El timbre de la puerta sonó por toda la casa, no era tan temprano, pero los domingos acostumbraban despertar tarde y así saltarse la aburrida programación dominical de la tv.
Jack Conway estaba despierto desde hace un par de horas, (algo que se le quedó después de estar tantos años en el ejército) aún así no le gustaba salir del cuarto hasta escuchar que Gustabo se despertara, aún no se acostumbraba a hecho de vivir con alguien de nuevo, es decir, pasó un mes desde que se animó decirle a Gustabo el vivir juntos y en su casa, lo cual provocó risas por parte del rubio para ocultar su felicidad y pena. Había pasado ya 5 meses desde que comenzaron su relación cuando Gustabo se le declaró en pleno atraco de entrenamiento a joyería cuando se pegaban a tiros con los nuevos cadetes, cosa que llevó al superintendente a tener uno de sus famosos pánicos, terminando por dispar con las balas de goma al menor mientras toda la malla reía y celebraba.
El molesto ruido del timbre acompañado de tres golpes a la puerta lo trajo de vuelta al presente, haciendo que se levantara con pereza, tomó la bata que estaba a la derecha de su cama, se colocó las pantuflas y salió del cuarto
— ¿Quién carajos viene a molestar un domingo? — se dijo a sí mismo en voz baja mientras giraba la manija y abría la puerta
— ¿Señor García? —dijo un joven repartidor que sobre sus manos sostenía una caja blanca con un lazo color rojo brillante sobre ella
– No, soy su...— "novio". Se detuvo en seco y aclarando su garganta y sus pensamientos siguió — No se encuentra de momento.—
— Da igual, solo firme aquí, que me estoy congelando con éste estúpido uniforme — dijo aquel chico mientras rápido sacaba su celular y entraba a la aplicación de la compañía de entregas. Conway hasta ése momento había olvidado que ya estaban a mediados de Diciembre y ni siquiera había notado el viento frío que chocaba en su cara, no cabía duda que dormir poco también pasa factura
Firmó en el celular y cerró la puerta con el paquete ya en manos. ¿Quién le mandaría un paquete a Gustabo a éstas horas? La respuesta le llegó en menos de 5 segundos cuando vio una tarjeta colocada entre los listones: "toma guapo, te lo pones hoy para ir a juego, vale perrrrrlaa?? -H"
Arqueó la ceja un momento, Gustabo no le había comentado nada de una salida, él le contaba todo y más si se trataba de hacer algo con Horacio. Ignoró eso y caminó a la cocina para dejar la caja sobre la mesa y así hacer el almuerzo, conociendo al rubio, despertaría en cualquier momento
.
.
.— Buaah, dormí como un bebé, abuelo! Las sabanas que compré están muy calentitas — Gustabo caminada en dirección a la cocina mientras se estiraba y acomodaba su pijama navideña, después de unos segundos notó el olor a huevos con tocino que ya impregnaba la habitación - Joder, que rico huele! Tengo un hambre que en cualquier momento me como la pierna, Conway - dijo entre risas mientras tomaba asiento
— En primera, viejos tienes los cojones, segundo, vete a lavar las putas manos y tercero, Horacio te mandó eso.—
— Si si, ya voy mamá, no me vayas a dejar sin cenar, por favor — dijo con sarcasmo mientras el pelinegro lo veía pararse de la mesa
Al regresar, tomó el paquete, miró la nota y soltó una ligera risa cuando abrió el paquete, lo que hizo que Conway volteara y lo que vió casi hizo que se quemara con la sartén caliente cuando Gustabo sacó lo que había dentro: un conjunto de lencería roja conformado por un sostén de encaje, unas bragas del mismo material y unas largas conectadas a un liguero.
— ¡¿Qué carajos es eso, anormal?! — por su cara, se notaba que estaba más confundido que molesto, es decir, conocía como era Horacio, pero no sabía que su pareja tuviera ése tipo de aficiones
ESTÁS LEYENDO
RED || Intenabo
Fanfiction"Un regalo poco común llega a la puerta, sin pensar que ésto lo meterá en aprietos." * oneshot * 5k palabras * es mi primera vez escribiendo, así que todas las críticas son bien recibidas