jimin hacía muecas con frecuencia, sobre todo cuando estaba inmerso en sus pensamientos, pero ese día tenía el rostro hecho una roca de lo inmóvil que estaba. sin expresión alguna, sus ojos muertos vagando de un lado de la enorme habitación hacia el otro. cero trece le seguía constantemente y eso lo tenía nervioso, pero tampoco hallaba la fuerza mental y física como para pedirle que se alejara de él, demasiado tenso e inseguro por el momento. y tampoco era como si cero trece luciera dispuesto a dejarlo: parecía un perrito faldero, pegado a él y mirándolo atentamente. jimin se paró en el centro del lugar, en medio de toda esa gente que estaba en las mismas condiciones que él, y cero trece estaba detrás suyo, su brazo pegado a la espalda del más bajo. ambos permanecían en silencio y escuchaban atentos a lo que decía el resto.
reconocía el concierto para trompeta, de haydn, saliendo por las bocinas en alguna parte de la enorme habitación, y eso le daba un poco de miedo; recordaba haber escuchado esa canción en su infancia, en la radio que ponían sus padres. ellos, a su vez, siempre comentaban que en no se qué programa de televisión sonaba esa pieza musical. tembló ligeramente por ello.
cerró sus ojos, temeroso, justo al momento en que se abrían las enormes puertas de metal y entraban dos filas de soldados... ¿soldados...? con los mismos overoles rosa que los habían vestido antes. trece ahora se apoyaba un poco en jimin, que estaba cada vez más intimidado por la descarada y molesta presencia del más alto. aunque nada era más asqueroso que comer ramyeon recocido con más ralladura de bonito que fideos. lo había comido tantas veces por equivocación, dada la falta de comida decente en su casa... juró ganar los juegos para pagar la universidad, y si le sobraba dinero, comprar comida decente por un par de meses.
volvió en sí cuando una de las personas en overol se adelantó a las demás, tomando palabra. como el resto, tenía una máscara negra, pero esta llevaba un cuadrado blanco. los demás eran círculos. un par de personas círculo flanqueaban el sitio, desarmados. porque efectivamente, los círculos tenían en sus regazos unas firmes y pesadas metralletas negras, que parecían estar cargadas. jimin tragó saliva y comenzó a temblar ya de una forma más continua, cada vez más nervioso. el resto de las personas parecían estar igual que él, temblando, algo pálidos, tocándose los bolsillos. confundidos. todo el mundo estaba confundido.
── te ves lindo temblando de miedo. ── susurró trece en su oído, y jimin abrió los ojos horrorizado para girar su torso y observar al más alto con la cara petrificada. este, fanfarrón, sonrió de lado e hizo crujir su cuello. también estaba tatuado ahí. carajo, ¿en qué se había metido ese cabrón? jimin intentó alejarse de él, aunque trece le siguió el paso sin que el más bajo lograra su cometido.
── ¿quién mierda eres? no me faltes el respeto así. apuesto a que eres menor que yo, respeta a tus mayores. ── espetó jimin, mirando nuevamente al frente y apretando su mandíbula con el rostro pegado en la misma expresión de al inicio. respirando fuertemente. los latidos de su corazón acelerándose. trece suspiró con aparente aburrimiento, aunque jimin supo captar que en su forma de suspirar había un trémulo aire de miedo que se alargaba inevitablemente. eso lo hizo sonreír con los dientes en una mueca claramente incómoda.
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JUEGO DEL CALAMAR: 013 + 058 𐙚 操作 . GGUKMIN.
Fanfiction« Sabes, se me ocurrió una forma de que ganes dinero rápido, y así puedas pagar todas tus deudas. Ya deja de mirarme así, siempre lo hiciste. Pero de verdad que hay una forma. ¿Te gustan las apuestas? ». Jimin tiene deudas millonarias, Jeongguk tamb...