El esperado lunes llegó al fin, no dormí casi nada y eso no importa, la ansiedad de verla me esta volviendo loco. Respiro profundamente y botó el gran suspiro que tenía guardado, aún tengo mis ojos cerrados para no preocuparla.Solo faltan unos segundos y sentiré ese delicioso aroma a frutos rojos, sus delicados pasos y poder observar su preciosa sonrisa. Son las 07:30 y ella aún no viene a mi habitación, ella se ha demorado media hora y mi ansiedad está muy mal, pero solo debo esperar a que ella venga.
Y si ella se arrepiente de volver a verme, le conté una parte de mí que nadie entendería y si ella no quiere saber de mi. Fui un completo estupido por creer que ella me seguiría viendo de la misma forma, pero quien quiere tratar y cuidar a un maldito asesino...
Pero mis pensamientos se callan al percibir ese delicioso olor a frutos rojos y mis ojos se abren y se juntan a los de ella. Pero algo no concuerda con ella, algo no está alegre el día de hoy y ella trata de ocultarlo.
— Buenos días, Massimo.— Se acerca a paso lento y delicado, cómo si le doliera todo su cuerpo.— ¿Cómo estás el día de hoy?
— ...
— ¿Te sientes bien?.— Y por segunda vez me observa a los ojos, ella me sonríe y hace que todo lo que antes pensaba se nublara.— Siento el retraso, Grandote. Pero mi auto se averió y tuve que venir en autobús.
Hace un puchero inconscientemente y eso me hace sentir otra vez esa corriente por todo mi cuerpo.
Pero no respondo y solo asiento, no tengo ganas de hablar con nadie. Ella lo nota y solo asiente, hay días buenos, malos y difíciles, el de hoy está por casi llegar al difícil. Solo por pensar en que ella no volviera nunca más y eso me aterraba bastante...
Ella hace la rutina diaria, ver mi estado de ánimo, darme mi medicamento, ver que coma mi desayuno y demás, ella esta a punto de irse y no quiero que se aleje de mi, no hoy. Así que sin decir alguna palabra me levanto y con cuidado tomo su muñeca, ella se frena y voltea a verme con su hermosa sonrisa.
Nos observamos por algunos minutos y yo solo niego con mi cabeza, ella sonríe de lado y comprende lo que quiero. La suelto y vuelvo a acostarme, ella solo me observa y es la única que habla en la habitación.
— Está bien, me quedaré todo el día aquí contigo pero debo ir por algunas cosas y regreso de inmediato.— Toma mi mano y me hace observarla.— ¿De acuerdo?
Y como siempre mi respuesta es un asentimiento de cabeza.
— Está bien, regresó en unos minutos.— Ante eso ella sale de mi habitación dejando la puerta cerrada y dejando un tonto vacío en mi, no logro comprender esto.
Y cómo lo prometió volvió a los minutos después con algunos papeles, su bolso de siempre y su infaltable libro con el título Pídeme lo que quieras. Me da curiosidad ya que siempre la veo con ese libro en sus ratos libres y lo lee con sus piernas una arriba de la otra, unas risitas nerviosas y algo de sonrojo.
Creo que nota mi penetrante mirada sobre ella ya que cuando se sienta a mi lado eleva la vista y sonríe de lado antes de negar divertidamente, ella hace que mi mal humor mejore de una manera impresionante.
La mañana transcurre normal, ella con sus chiste que aumentan mi gran humor y luego lee su libro, pregunto de qué trata y ella comenta que es algo aburrido, que no me gustará. ¡Ay pequeña!, con eso me harás comprar el libro y leerlo por ti.
Llego la hora de almuerzo y lo compartimos entre los dos, chistes de su parte y las risas de mi parte. El día había mejorado demasiado pero aún quería tener su compañía así podía descansar y sin darme cuenta me dormí profundamente a su lado sin tener ninguna pesadilla, con ella sentía una gran seguridad.
Podría jurar que ella sentía la misma seguridad que yo estoy sintiendo en estos momentos, ver a una persona y sentir esa paz placentera. Ver su sonrisa y alegrarte sin razón alguna, sentir el cariño, preocupación y amor de esa persona especial.
Podrían pasar años y meses pero sentirás siempre lo mismo por esa persona, porque saber que es la indicada a estar el resto de tu vida. Pero al abrir los ojos veo una escena que parte mi alma, ella está abrazando sus piernas mientras observa las estrellas por la ventana y el único fondo son sus sollozos algo silenciosos pero para mí son claros.
Cuanto daría por poder abrazarla y decir que todo pasara, pero aún no estoy listo para dar ese gran paso en mi vida, ese paso de tocar a otra persona y no sentir asco por lo que hice. No sentir asco por haber matado a un hombre con mis propios dientes, solo por hambre y tranquilidad.
Aún no estoy listo para poder superar todo lo que me atormenta, quisiera poder despertar y decir solo fue un mal sueño que nunca más volveré a tener, nada fue real...pero estaría realmente equivocado al pensar que todo fue un mal sueño.
Vuelvo a cerrar mis ojos para no verla sufrir, no puedo lograr ni siquiera decir alguna palabra de apoyo y debo esconderme. No sé cuánto volví a dormir, pero estoy seguro que solo pasaron algunos minutos y volví a despertar pero sin abrir los ojos escucho sus voces.
— ¿Q-que carajos haces aquí?.— Siento la nerviosa pero molesta voz de mi morenita, pero un silencio se instala en la habitación.— ¡Responde, Owen!
¿Quien es Owen?
— Princesa, debes ayudarme... .— ¿Princesa? Pero qué apodo más estupido, a ella no le debería hablar así y menos en mi presencia.
— Creo que la última vez te dejé bien en claro, nunca más volveré a ayudarte.— ¡Eso morenita! Muéstrale quien manda, por eso ella es tan diferente a las demás.
— Por favor, Ellie.— Esta bien desesperado el amigo.— Sabes lo que me harán, solo te pido una última ayuda y poder pagar esos 10 mil dólares.
Frunzo el ceño y quiero verle la cara pero me resisto.
— ¡10 mil dólares! No, ni hablar...sabes que por tu maldita culpa yo debo seguir pagando lo mío.— Bufa.— Mira, por tu maldita culpa casi me venden, casi me matan y ahora debo recibir palizas para pagar una maldita deuda de mi ex-nov...
¿Que? Mis ojos se abren de golpe y me levanto para poder observar al desagraciado que tengo al frente.
Mis manos se mandan solas porque sin pensarlo le doy un buen golpe en su horrible cara, nadie hará pasar malos ratos a Ellie y menos si estoy yo para defenderla.
— ¡Massimo!.— Exclama algo sorprendida.
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Hola preciosas o preciosos, espero que les guste mi historia y la voten.
Me siento feliz por hacer esta historia, emocionada ya que no lo tenía en mente y aquí estamos.
Será una historia muy tierna y espero les guste demasiado, un besote gigante.
Cualquier teoría, idea o duda en los comentarios.
Los quiere, Anto<33
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Hasta que te encontré ©️
RomanceUna complicada vida que se une con otra muy extrovertida, Massimo Freiré un mafioso de un lindo corazón que debe demostrar lo frío que es hasta que una desgracia lo junta con su pequeña Ellie. Esa pequeña secretaría y enfermera de una clínica en Nu...