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Sólo después de mentirle a Tsukasa reportando que Senku murió, Gen pudo permitirse descansar y sentir el dolor en su cuerpo alejado de todo, en medio del bosque. No existía persona más sorprendida que él en ese instante, todavía le costaba asimilar que, con su pobre resistencia física, pudo emprender un maratón tan largo. Peor aún, lo hizo descalzo y tras recibir semejante golpiza ¿cómo siquiera consiguió ponerse de pie?

Se aseguró de que ningún curioso rondara por los alrededores para permitirse desatar el cordel de su ropa y examinar las heridas en su pecho. Increíblemente, estaba casi recuperado con excepción de unos cuantos hematomas, lo que le llevó a preguntarse si pasó un par de días inconsciente o si Senku era el verdadero mago entre ellos dos. Para lo que sus ojos vieron sobre lo que el chico era capaz en ese mundo de piedra, consideraba seriamente lo segundo.

Miró hacia arriba, buscando entre el espesor de las ramas el sol brillante, evocando el recuerdo del espectáculo que Senku le regaló. Porque genuinamente lo creía, una voz en su cabeza no dejó de repetirle con insistencia que el haber hecho la prueba del generador en un sitio tan alto fue especialmente por él. No tenía sentido ni significado para los aldeanos, la electricidad era algo que no conocían y sólo ellos dos, contemporáneos, podían rememorar la sensación de estar genuinamente en la civilización moderna.

Justo por eso no dudó en mentirle con descaro a Tsukasa a sabiendas del riesgo que correría, pero valió la pena. Si Senku era capaz de crear esa y más cosas gracias a la ciencia que tanto amaba, no se arrepentiría en ningún momento de su decisión. Claro, esto no se lo confesaría ni en un millón de años, incluso ya se imaginaba la expresión que pondría alguien como él al escuchar un halago hecho por otro hombre. De cualquier forma, aún no se sentía del todo cómodo con él, sólo se permitió pensar en aquello porque estaba desierto alrededor; y porque estaba recargado en su árbol predilecto, cuya fecha en la corteza continuaba intacta.

Terminado su descanso, Gen acudió a una de las múltiples bifurcaciones del río más próximo para lavarse, le incomodaba la sensación pegajosa que dejó sobre su piel los ungüentos que le aplicaron. La mayoría de los revividos por Tsukasa se hallaban en la zona central del Imperio, rara vez concurrían a esas horas por ahí, permitiéndole disfrutar un tiempo privado.

Desnudo, se sumergió completamente, limpiando con esmero cada centímetro de piel para deshacerse del olor a medicina. Unió sus manos formando un cuenco y juntó un poco de agua para frotar el rostro, deteniéndose antes a observar su imagen, especialmente la cicatriz que atravesaba su mejilla. A decir verdad, no le desagradaba del todo, quedaba bastante bien con su nuevo color de cabello del cual todavía no encontraba explicación.

Estaba perdido en sus pensamientos tratando de darle una respuesta a ese fenómeno, cuando se percató de algo peculiar. Cerró de forma casi imperceptible sus ojos, sin embargo, el reflejo en el agua no hizo lo mismo; peor aún, le sonrió cuando él ni siquiera tenía la comisura de los labios elevadas.

— ¿Qué...?

Dio un respingo y separó las manos derramando el agua, aunque el movimiento fue inútil para ese punto. Algo tomó sus piernas y lo sumergieron en la profundidad del río, ahogando su voz que no pudo pedir ayuda.

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Senku se sentía medianamente conforme con el progreso que llevaban. Tenía un laboratorio de química gracias al nuevo integrante en el Reino de la Ciencia, un artesano llamado Kaseki con grandes habilidades de construcción. Contando con instrumentos de vidrio y un experto en crear artesanías, sólo restaba avanzar con paso constante rumbo a la meta más próxima, que era ganar los juegos de la Aldea.

No obstante, y como era típico en su vida, por cada cosa buena que le pasaba dos malas llegaban también. Asagiri había mentido por Senku, retrasando considerablemente el posible enfrentamiento contra Tsukasa; eso era lo bueno, pero lo malo, es que no obtuvo noticias de Gen por un largo tiempo. Y tampoco del espíritu.

A través del reflejo/SenGenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora