Prólogo

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¿Cómo he llegado a esto? ¿Cómo de estar bailando en las discotecas de buenos aires junto a Nairobi y Helsinki disfrutando de la vida ahora estoy rodeada de rehenes apuntando a matar?

O sí, supongo que por eso el profesor no quiso que tuviéramos relaciones sentimentales entre nosotros, para que no tengamos que volver a dar un golpe; justo como ahora. Estamos tomando de la mano a la muerte por un amigo, por lo estúpida que fue Tokio abandonando al pobre y emocionalmente dependiente de Río.

Estaba sentada al lado de mi dependencia emocional, la persona que hace que ría en este infierno, la que me hace llorar y comerme la cabeza. Me he ido del tema, ¿por dónde iba?

Cierto, tres rehenes liderados por Arturito se habían atrincherado en nuestro almacén, pero no el de comida, eso sería demasiado bueno para nosotros, en el almacén de armas. Disparaban a bocajarro amenazando con matar a cualquiera que se atreviera a asomarse. Decidí cambiarle el sitio a la persona que más me importa ahora mismo, ignoré sus gritos y movimientos bruscos para intentar que no arriesgue mi vida por la suya.

Iba a responder pero para nuestra mala suerte una granada se asomó dejándonos consternados. Sentí sus brazos rodearme para protegerme de la explosión, supongo que lo logró pues solo sentía mis oídos pitar, mareándome y haciéndome sentir desorientada.

Creo que antes de seguir debería poneros un poco en situación, saber cómo empezó todo esto. Me refiero a vernos rodeados en este ambiente de nuevo y a mi inesperado enamoramiento hacia él. 

Busan[Palermo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora