Educación física había llegado de nuevo, y ya lo estaba odiando.
Ponerme el uniforme hizo que recordara mi primera clase y la cantidad de pelotas rojas que me habían dado hasta en las pestañas. Ojalá Bran no estuviera de humor para sacarme los órganos con su lanzamiento si se le daba la oportunidad.
Y no solo eso rondaba mi mente sino lo que había hablado con Edrian, sobre la carta con la amenaza, como debía darme un espacio de Shawn para que dejarán de verme como un blanco al que derribar, tenía a Bran con su orgullo herido buscando a los culpables de la publicación del vídeo, y extrañamente la pesada atención de Isaac desde que entré la cancha no me ayudaba nada.
Oh, demonios.
Comenzaba a caminar hacia los vestidores, iba de última con la cabeza revuelta. Tanto que cuando Isaac se plantó frente a mí me lo llevé de sorpresa.
— ¿Sorprendida?—el ya estaba cambiado. Habría llegado temprano.
— ¿Por qué?
— Te estoy hablando—tenía pintado en su rostro una nueva de burla.
— Ya veo.
— No te emociones tampoco—ahora, ese era el Isaac de siempre— Solo vine a decirte gracias por las galletas.
— ¿No explotaron?
— Para tu desgracia no, así que podré ver cómo te caen todos encima.
— ¿Me estabas mirando?
— ¿Ah?
— ¿Que si me estabas mirando?
— Lo estoy haciendo ahora—abrio sus ojos y se inclinó casi rozando nuestras narices. Huí de dicho contacto— Me sorprende que no me hayas hecho piedra, ve a una peluquería y dile que te arreglen las serpientes—jaló uno de mis rizos causando que me quejara— Gracias Jodusa.
¿Jodusa? ¿Era un chiste? Ni siquiera me había causado gracia pero no pude hacérselo saber, el se había ido con su grupo.
Yo debía ir a cambiarme pero eso no hizo que olvidara lo que había dicho Isaac.
Él me había estado observando la clase anterior. Sabiendo que tenía alguien que clamara por su atención.
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Me puse la ropa adecuada rápidamente, los gritos del profesor volvieron a sonar llegando hasta los vestidores. Me hice una cola alta con ayuda de Scarlett. Iba a cerrar el casillero cuando divisé un sobre rojo, del mismo color estancado entre las rejillas del lado izquierdo. Lo saqué encontrando la misma letra negra con otro hermoso mensaje:
“Voy a arrancarte los ojos si vuelves a mirar a Shawn así. No estamos jugando, zorra. Las lágrimas de Claudia serán un rocío a comparación de las que llorarás tú"
— Josephine ¿Nos vamos?—no pueden verlo. Ninguna de las chicas debe verlo.
— Sí, ya vámonos—guarde la carta en mi bolsillo.
Si las chicas la vieron (cosa que dudaba) no comentaron al respecto. Mejor de esa forma.
La clase empezó y entre estiramientos y tristes comenzamos un circuito. Las chicas de un lado, los chicos del otro. Para mi sopresa el profesor no nos grito con tanto ahínco y a pesar de estar utilizando pelotas ninguna fue a mi dirección o podría ser que estaba pendiente hasta de mi sombra.
Bran andaba con su grupo, pagando la con otros chicos en su lado de la cancha, Shawn estaba haciendo pases con Edrian, lejos de mí. Ambos charlando como grandes amigos sin cometer un error en sus ejercicios.
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Queremos que nos quieras, Jo.
Teen FictionJosephine Livingston (llamada Jo para los cercanos) tiene una misión muy importante en sus manos: Graduarse del Instituto Roosevelt y no morir en el intento por una crisis nerviosa. Para eso debe seguir estos sencillos pasos: • No llamar la atención...