78. Nuevo año escolar.

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—¿No le vas a decir a Hermione? —preguntó Ron, mirando a Lana con atención.

Estaban en la habitación de la italiana en la mansión Salvatore, Lana había ido allí para sacar todas sus cosas de ahí, y Ron se había ofrecido a acompañarla.

—No es algo importante —masculló, metiendo varias prendas de ropa en su baúl—. No pasa nada si no lo digo.

—¡Por Merlín, Lana! —exclamó Ron, pasándose las manos por el rostro—. ¡Las Holyhead Harpies te ofrecieron un contrato para jugar! ¡Claro que es importante!

Lana chasqueó la lengua, entonces volteó a verle.

—Vale, sí, quizás sea importante —aceptó, inconforme—. De todas formas, ¿por qué le diría a Hermione si voy a rechazar la oferta?

Ron se quedó mirándole con la boca abierta, esperando que se riera y le dijera que era una broma.

—Yo pensaba que estabas demente, pero no creía que fuera cierto —comenzó a hablar él, mientras caminaba por la habitación, entonces se detuvo y miró a Lana—. ¡Estás loca! —exclamó—. ¿Por qué demonios vas a rechazar a las Holyhead Harpies?

—Hermione —respondió con simpleza, diciendo la verdad a medias—. Mira, Ron —suspiró, mirándolo—. Si acepto, no puedo volver a Hogwarts, entonces...

—Entonces estarías un mísero año lejos de Hermione, no es el fin del mundo.

Lana gruñó con frustración. No lo entendía, claro que no.

—No voy a volver a Hogwarts solo por Hermione —confesó ella—. Aunque suene ridículo, me gusta la idea de terminar el colegio, de esa forma, en caso de que luego del quidditch, quiera dedicarme a otra cosa, no será tan difícil.

Ron soltó una carcajada, y Lana se enojó, sintiendo que se burlaba de ella. Esa era una de las razones por las que había preferido guardarse el hecho de que se preocupaba por su futuro, sabía que alguien se burlaría.

—Salvamos al mundo mágico, Lana —dijo él cuando terminó de reírse—. ¿Crees que exista alguien que le dé dos miradas a lo que has logrado antes de contratarte?

—Lo harán —aseguró Lana, dándole la espalda a Ron para comenzar a pretender que buscaba algo en su armario, prefería que no viera la mueca de tristeza que había aparecido en su rostro—. Tengo la jodida marca tenebrosa, en caso de que se te haya olvidado. Eso nos hace diferentes a ti y a mí.

Sintió que las lágrimas se formaban en sus ojos, y se forzó a parpadear rápidamente, en un intento de alejarlas.

Ron se quedó en silencio unos momentos, entonces habló con un tono suave:

—A nosotros no nos importa...

—Pero a los demás sí —Lana lo interrumpió con rudeza—. Vamos, Ron, la mayoría seguro pensará que cambié de lado justo cuando Voldemort iba a ser derrotado o algo así. Además, Rita Skeeter odia a Hermione... y seguro a mí también, ya la veo escribiendo porquerías.

—No puede —balbuceó Ron—. Hermione sabe que ella...

—Ya se registró en el Ministerio —lo interrumpió Lana—. Así que un chantaje no me va a salvar —suspiró y se acarició la sien—. Ahora que lo pienso bien, también debería registrarme en el Ministerio, prefiero evitar problemas.

Ron se sintió derrotado al escuchar el tono con el que Lana hablaba.

—Podemos decirles a todos que tú no...

—Da igual —Lana lo interrumpió, entonces dejó de pretender que buscaba algo en el armario y se volteó para mirarlo—. No es importante —Se encogió de hombros y se mantuvo neutral, como si no le afectara para nada lo que pudiera suceder.

Todo por Granger || Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora