La noche; mas oscura que el fondo del mar. Besos con sabor a vino que me hacían pedir mas.
Una confesión sin censura erizó toda mi piel, perdí toda la cordura y de tu cuerpo me adueñe.
Me arrastre sobre tí como serpiente con deseo de pecar. Tus intenciónes no eran sanas y fué facil de notar.
Tus manos curiosas explorarón todo mi cuerpo, era adictiva la sensación que traía por dentro.
En ese cuarto de hotel hicimos cosas jamás hechas en la tierra. Me sedujiste de manera que quede perpleja.
Y como me dijiste en esa habitación: "Estas noches son de lo mejor".