𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚

𝟐𝟐 - 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐧̃𝐨𝐫𝐞𝐬

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Tan pronto como el pavo real azul alcanzó el "techo" del palacio inacabado, miró a su alrededor apresuradamente. Cuando encontró su destino, no perdió el tiempo. Se empujó y se deslizó sobre la pared y los tejados con un grito de pavo real. Poco después, Shen atravesó los tablones también y vio a su rival volar hacia la Ciudad del Este.

Resoplando enojado, el señor ató su espada larga y lo persiguió.

Xiang escuchó fuertes aleteos de sus alas y se dio la vuelta brevemente, el señor blanco estaba cerca de su trayectoria. Xiang gruñó en voz alta. Nada de eso era parte de su plan, pero aún tenía un plan B, como siempre.

Antes de que Shen pudiera alcanzar al fugitivo, rápidamente se sentó en un callejón entre las casas y se escabulló.

Con un ruido sordo, Shen se detuvo en un techo y sostuvo su espada en posición de ataque. Sus ojos rojos escudriñaron la calle, pero el pavo real azul no estaba a la vista.

Resoplando, Shen se deslizó desde el techo de una tienda de faroles y se quedó allí en una posición agachada en el suelo, el escuchó,  o hubo sonido. Las calles estaban vacías, la gente de la ciudad ya había abandonado la ciudad presa del pánico por nuevas explosiones.

Después de unos segundos, el señor blanco se levantó y caminó lentamente por las casas.

-¡¿También eres un cobarde ?! - Shen gritó por los callejones - ¡Bien! Respira unos segundos más si quieres ¡Pero no tendrás una muerte corta!

Siguió un período de silencio.

-¿Crees que eso es realmente justo? - Respondió una voz.

Shen entrecerró los ojos y miró fijamente a una esquina a unos metros de distancia, donde sospechaba de su rival.

_¿Tan fácil matar a alguien sin una pelea decente? - Xiang continuó con voz mansa, pero con un tono burlón.

El señor blanco corrió hacia adelante y saltó por la esquina, pero el callejón estaba vacío. Su cola de pavo real comenzó a temblar de ira.

-¿Qué sabes acerca de la justicia? - Siseó y miró a su alrededor de nuevo - ¡En realidad, debería cortarte las alas y colgarte vivo!

-Oh, sí - continuó Xiang en otro rincón - Está bien, no fue exactamente amable de mi parte enterrar a tus mocosos de una manera tan ruidosa, pero aunque ... si aún no lo has conseguido, esta es mi victoria.

Shen soltó un bufido despectivo.

-¿Cómo no sabes que no será mío?

Estuvo en silencio por un momento - ¿De verdad quieres ser como yo? Ni siquiera eres la mitad de mí.

Shen sintió un movimiento al otro lado de la calle.

Sus ojos se encontraron. Xiang estaba de pie con las manos cruzadas, mirando con calma al señor blanco.

-¿Por qué no lo dejamos así y te entregas voluntariamente?

El pavo real azul sonrió, provocando que Shen se enfureciera.

Levantó su espada y quiso derribarla sobre Xiang. Pero al momento siguiente, sintió un fuerte golpe en la cabeza y cayó inconsciente al suelo.

Xiang sonrió - Buen trabajo - elogió y pateó la espada que Shen había dejado caer.

Dos soldados de buey vestidos de negro emergieron y agarraron al señor desmayado.

-Átalo allí - ordenó Xiang, señalando un pilar de una tienda.