Quizá acaba de perder la cordura, quizá nunca tuvo en primer lugar, lo que explicaría muchas de las situaciones en las que se ha encontrado a lo largo de su vida, quizá debería estar corriendo por su vida o lanzarse al ataque; sin embargo, Hiccup se halla estático. Con los ojos abiertos a su máxima capacidad, pasea su vista por el humano, dragón o lo que parece ser la extraña combinación de ambas especies y más que sentir temor, no puede evitar sentirse maravillado.
¿Quién eres? ¿Qué eres? Quiere preguntar, sin embargo parece que su cerebro se ha apagado y la capacidad de producir palabras a sido reducida a cero; sólo puede abrir y cerrar la boca repetitivamente y, antes de siquiera emitir sonido alguno, el rugido que la bestia frente a él deja salir es suficiente advertencia para no mover ningún músculo.
Fue entonces que decidió prestar atención al rostro de la criatura sólo para notar que, él también, está siendo rigurosamente observado. La mirada de la bestia hace que un escalofrío recorra su columna, miedo, supone él. Saliendo un poco de su estupor se da cuenta que, de alguna manera, sigue vivo. Gracias a los dioses la bestia no decidió matarlo en el instante que lo vio. Aunque, ahora que lo piensa, es raro; los dragones no suelen titubear al momento de encontrar humanos o, al menos, es lo que todos decían.
- Largo.
De manera casi imposible, los ojos de Hiccup se abrieron más. Habla. Piensa sorprendido y puede sentir como la parte curiosa, para algunos la parte estúpida, de su ser explota maravillada. Un rugido fuerte y amenazante le hacen salir de cualquier idea impulsiva su cerebro este formulando.
-He dicho, largo.
La molestia presente en la voz de la criatura tiene el efecto de tensar todo su cuerpo y en su garganta parece ser que apareció un gran nudo que lo hace tragar duro. Está en un lio, lo sabe bien, pero no hay vuelta atrás y es regresar a casa con una gran victoria o morir ahí, volviéndose otro montículo de cenizas y uniéndose a la colección de los pobres ilusos que quisieron derrotar a la desconocida bestia. Hiccup casi ríe a lo que parece ser el mejor chiste del mundo, su vida. ¿En qué mundo podría el derrotar a un dragón?
-Lárgate de una vez
Y entonces, Hiccup se lleva otra sorpresa. ¿Irse? ¿Le está dejando ir? ¿O acaso le atacará una vez que le de la espalda? Es confuso ¿Es una trampa o de verdad le esta dejando salir de esta situación sin rasguño alguno?
-...¿Irme? ¿No vas a matarme? - Su voz, un poco temblorosa y titubeante.
- ¡No me pruebes! Ahora, largo antes de que me arrepienta y termines como una pila de polvo - Para acentuar la amenaza, la bestia decide dar un golpe seco sobre el lugar con su cola.
El corazón del pelirrojo da un respingo y su respiración está a punto de acelerarse descontroladamente, pero antes de siquiera atinar a correr no evita notar que, por un efímero momento, el rostro del dragón refleja dolor. Sus ojos viajan rápidamente a ,lo que él cree, es la causa de tremenda reacción, su cola.
-Eso definitivamente debe doler - Apunta a lo que definitivamente es una flecha atravesando la extremidad del dragón.
Los pupilas del azabache parecen afilarse y comienza a enseñar la hilera de afilados dientes, sisea en clara señal que no le ha gustado para nada que el más pequeño lo haya notado. Peligro, el híbrido cree que está en peligro. Lo cuál, para Hiccup, resulta ridículo, pero cuando vuelve a mirar el rostro del supuesto dragón sabe que tiene que hacer algo. Otros hubieran aprovechado tal desventaja, otros se lanzarían al ataque sin pensarlo dos veces, otros ya tendrían la cabeza de la bestia en una estaca, pero Hiccup no es como los otros, Hiccup es Hiccup y acaba de tener lo que hasta ahora considera la peor idea de toda su vida.
Lleva sus manos dónde su arma reside, no es sorpresa que la criatura gruña con mayor intensidad y su postura cambie por una de pelea. Hiccup cree que está siendo demasiado estúpido, una locura total, pero piensa que es lo correcto; toma su espada y, contrario a lo que la bestia piensa, ésta es arrojada lejos. Ahora, sin nada con que defenderse, da un paso hacia adelante mientras levanta sus manos vacías, en contraste con hace algunos minutos el dragón solo muestra los dientes, has algo estúpido y no dudaré en arrancarte la cabeza, otros paso más y luego otro, la postura del otro no cambia mucho, quizá aún espera que el humano ataque repentinamente.
Hiccup puede sentir un poco de sudor bajar por su frente, como sus manos y piernas comienzan a temblarle debido al nerviosismo y está vez esta seguro que su corazón saldrá disparado de su cuerpo. Con otros pocos pasos más y se encuentra justo enfrente de su objetivo, aún tiene las manos alzadas en lo que espera es una clara señal que no le hará daño a la bestia, da un paso más y trata de no hacer ningún movimiento brusco, una pequeña mirada hacia atrás y puede ver que el azabache está ligeramente destensado y el pelirrojo de verdad, de verdad, espera que al menos por un segundo crea que simplemente seguirá su camino. Claramente, no es así.
Decidido y en lo que es una nueva, pero bien recibida, ola de confianza gira rápidamente y antes de que el dragón tenga reacción alguna, toma la flecha y la saca rápidamente. Con flecha en mano, Hiccup quiere reír ¿De verdad lo logró? ¿Qué demonios? ¿De verdad fue más rápido que un dragón? No puede celebrar pues de un momento a otro siento como vuela por los aires y termina cayendo en alguna parte del lugar, al otro instante, una criatura larga, grande y completamente negra esta sobre él ejerciendo peso en sus hombros. Aterrado, voltea hacia enfrente y se topa con unos grandes, grandes, ojos. Verde toxico encontrándose con esmeralda, duran así unos cuantos segundos, simplemente mirándose, quizá tratando de descifrar que piensa el otro, quizás tratando de comprender al otro o quizá Hiccup solo está imaginando todo eso.
Pronto la atmosfera cambia cuando el humano capta que la bestia comienza a abrir su hocico. Esto es todo, es aquí donde muero; definitivamente mi vida pudo haber sido mejor. Sin embargo, en lugar de la bola de fuego que Hiccup estaba esperando, un gran rugido estalla de la garganta del reptil, el pequeño cierra los ojos y cuando los vuelve abrir, aturdido y desorientado, la figura de dragón no está en ninguna parte. Se levanta lentamente y comienza a caminar y caminar; esta vez, sin un rumbo fijo y con la sola intención de alejarse lo más posible del lugar, por ahora. La distintiva e hiperactivamente mente del pelirrojo solo puede repetir los últimos minutos.
Antes de desmayarse, Hiccup solo puede pensar una cosa:
WOW
-
¡Hola! perdón por esta actualización algo corta y súper tarde. Tanto tiempo para un capitulo que, a mi parecer, muy corto, pero tenía que pensar muchas cosas sobre este fanfic. Que rumbo llevará, como llenar algunos vacíos con los que me encontré por ahí y re acomodar algunas ideas, cosas sobre los personajes. Cosas que ustedes no tienen que preocuparse por ahora. Bueno, gracias por la paciencia y espero que sigan al pendiente de la historia. Quizá este sea la única nota que verán de mi parte. ¡Hasta el siguiente capitulo!

ESTÁS LEYENDO
Corazón de fuego
FanficHiccup cansado de ser mirado como la vergüenza de Berk a decidido realizar un viaje para rescatar a la típica damisela custodiada por un Dragón, lo que no contaba era que al hacer contacto con los ojos de aquella bestia iba a terminar profundamente...