Bibury, Inglaterra. 1942

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En la segunda planta de una casa ubicada en este bello pueblo europeo, un joven de nombre Sora se encontraba muy concentrado elaborando una de sus más recientes figuritas de barro: la cría de un tipo de aves que sólo se pueden encontrar al sur de Inglaterra, un fenómeno sin igual, de un hermoso plumaje dorado, del tamaño de un avestruz y con el pico de una guacamaya.

El joven se guiaba de una fotografía que su padre había conseguido tomar en uno de sus viajes, años antes de que se mudarán de la capital.

Para Sora, que es un chico que disfruta de este tipo de pasatiempos, vivir en lugares tan rústicos y llenos de naturaleza sirven de mucha inspiración para crear su arte. Se encontraba dando los toques finales a las alas cuando la voz de su padre llamó su atención:

-¡Sora, deja de perder el tiempo y ven acá!

El joven proviene de una familia de clase media dedicada a la carpintería. Viviendo en una sociedad donde recién comienzan los avances mínimos en la ciencia y la tecnología, pero más dedicados al comercio. Tan sólo hay que pensar en que las cámaras fotográficas recién se habían inventado hace un par de años atrás. Esa misma, donde lo más importante es el dinero y el prestigio, el cual sólo se conseguía de dos maneras: naciendo en una familia de alto nivel socioeconómico, o por medio de un matrimonio arreglado a cambio de poder. Aunque claro, en estos tiempos los prejuicios y uniones forzadas estaban a la orden del día.

Él y su familia siempre habían tenido una vida tranquila, conformándose con lo que tenían, o por lo menos hasta ahora, pues de un tiempo para acá sus padres sólo se la pasan pensando en cómo conseguir más dinero y convertirse en personas de la altísima sociedad.

De hecho, hace unos pocos meses ellos habían conseguido contactar con una de las familias más ricas del pueblo, con quienes en secreto decidieron hacer un acuerdo que beneficiaría satisfactoriamente a ambas familias: la familia de Sora estaría en sociedad, mientras que la otra dejaría de estar estancada en la bancarrota, todo con una pequeña condición.

Los hijos de ambas familias se unirían en sagrado matrimonio.

-¿Qué haces vestido con esa ropa?, ¡Mira lo sucio que estás por culpa de esos pasatiempos tuyos que no te sirven para nada! -Su madre se notaba muy ansiosa. Se apresuró a darle ropa limpia y quitar los restos de arcilla pegados en su cara- Apresúrate y ponte decente, que esta misma tarde iremos a la mansión de los Lockhart.

-Lo sé, Madre... Es el ensayo de la boda. -Musitó el muchacho, ahora bien vestido y arreglado. Listo para presentarse ante la alta sociedad.

Se apresuró junto a sus padres, Aerith y Squall Leonhart, a quitar su pintoresca publicidad del negocio familiar de carpintería, y subir al carruaje que los llevaría hasta su destino.

-Esta es una oportunidad enorme, Sora. Ella es una jovencita ideal. -Pronunciaron sus padres, una vez que estuvieron en marcha.

-Eso creo, pero... ¿Kairi Lockhart no debería casarse con un Lord o algo por el estilo?

La madre giró los ojos en una señal de desaprobación.

-En lugar de hacer preguntas tan tontas deberías alegrarte. ¡¿No ves que la suerte nos ha sonreído?!, gracias al cielo esas personas te aceptaron.

-Tu madre tiene razón, Sora -Agregó su padre que estaba al volante, sin quitar su vista del camino en ningún momento- No es normal que una familia de renombre acceda a llevar a cabo este tipo de tratos con gente como nosotros.

Por su puesto, el joven de cabellos castaños no estaba para nada entusiasmado con la idea, de hecho, como era costumbre en estos tiempos, ni siquiera se le dejó opinar o decir si estaba de acuerdo, de cualquier manera no era como si a sus padres les importara mucho. No tuvo más opción que hacer lo que se le pedía, yendo con ellos a lo que él consideraba como su terrible destino.

💀CORPSE  BRIDEGROOM💍 Amor mortem trascendit 💐 One-shot 💐 [SoRiku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora