1. -¿El nuevo comienzo?-

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Tess Miller :

Mis hermanos siempre son unos desgraciados conmigo, y mi madre nunca les dice algo para que eso cambie

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Mis hermanos siempre son unos desgraciados conmigo, y mi madre nunca les dice algo para que eso cambie.

Pero no puedo esperar mucho, ya que en esta época las mujeres no tenemos ni voz ni voto, tampoco podemos decidir sobre nosotras mismas.

Mi madre, mi abuela y mi hermana fueron casadas a la fuerza, con hombres escogidos por sus propios padres, para acabar siendo la sirvienta de su propia familia. Sin cumplir ninguno de sus sueños o deseos.

—¡Deja de soñar niña!—me regañó mi abuela—¡Mejor ayuda a tus hermanos con sus maletas!.

—Pero, ellos también tienen pies y manos—le respondí sin saber la gravedad de mi respuesta—Pueden llevar su equipaje solos.

Mi abuela abrió grandemente sus ojos, como si lo que dije hubiese sido muy grave.

—¡Que estás diciendo niña!—me regañó otra vez—¡Si sigues con esos pensamientos ningún hombre va a querer casarse contigo!.

Tenía razón, ningún hombre querrá casarse conmigo si me comportaba de esa manera.

Seguiré siendo como soy entonces.

—¡Tu hermana ya está casada!—dijo mi vieja abuela—¡Ahora solo quedas tú!.

—Claro abuela—contesté sin interés en lo que decía.

—El señor Johnson es un buen partido, con mucho dinero—mi abuela estaba tan interesada por el dinero—Deberías tomarte un tiempo de conocerlo.

—¡Abuela!—le llamé la atención—Es un hombre muy mayor para mí.

—¿Olvidas al esposo de tu hermana?—borré mi expresión—Le lleva muchos años por delante y aún así de casaron.

Otra verdad salida de la boca de mi abuela.
Mi pobre hermana fue obligada a casarse con un hombre de buen título en el pueblo, pero ese hombre le llevaba 17 años de diferencia.

Aún recuerdo las muchas veces que mi hermana me rogó escapar para evitar que se casará con ese horrible hombre.

Pero mamá nos escuchó tramando el plan y nos separó de habitaciones, además de adelantar la boda de mi hermana.

—¡No quiero casarme!—le hablé sinceramente—¡Soy muy jóven para eso!.

—A tu edad, yo ya tenía a tu tía en mi vientre—contó mientras recogía la ropa de la habitación—Casada con un buen partido para mí familia.

Desde que mi hermana salió de casa para mudarse con su esposo, toda mi familia me preparaba para mi futuro "prometido", y claramente yo siempre los espantaba con ayuda de mi hermano menor.

—¡Pero abuela...—quise hablar pero mi madre apareció tras la puerta.

—¿Tienes listas las maletas?—mi madre me vió de pies a cabeza—¡Pareces una pordiosera con esa ropa!.

Sin Tu Amor - Constance Berman y Tú (Fear Street 1666).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora