Extraños que alguna vez fueron familia

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No quiero ir, prefiero quedarme en casa abrazada a mis sábanas o leyendo algún libro de amor con final feliz. No quiero fingir que me agradan, mi ánimo no da para eso. La relación resulta tan fría que me cala los huesos.

¿Cuándo nos volvimos tan distantes? Quizás fue después del divorcio de mis padres. Jamás pensé que sería así ni jamás deseé que fuera así.

Siento el hielo en su corazón, puedo ver la melancolía en su mirada. Quizás en otra vida, nuestros caminos hubieran sido distintos. Quizás si me hubieran visitado, quizás si hubieran estado de mi lado, si tan solo no me hubieran dejado en el olvido no seríamos extraños intentando ser familia.

No me conocen, yo cambié y ustedes también lo hicieron. ¿Por qué debo hacerlo? Yo no me alejé, y aun así debo pagar los platos rotos.

"El tiempo cura las heridas" dice mi padre, tal vez él la tuvo fácil. Mientras a él toda su familia lo apoyaba, la mía se quebraba y se hundía en la penumbra.

No sé si esta herida la pueda curar el tiempo, es tan profunda que dudo que lo haga. Me lastima. ¿Qué mierda estamos intentando? No somos más que extraños que alguna vez fueron familia.

Ya no hay retorno, escogimos caminos diferentes. Un mar lleno de incertidumbre nos separa, y yo, por lo menos, no quiero dar el paso hacia lo desconocido.

Entre el mar y la arena se quedó nuestra perfecta relación, ¿para qué buscar algo que en su momento no supimos cuidar?

La sonrisa ensayada no llega a mis ojos que no reflejan más que dolor. En esta guerra sin sentido quedamos cruzados y tuvimos que escoger un bando, no les culpo por dejarme atrás pero no veo razón para volverme a buscar.

El egoísmo impera y yo no formo parte de sus ideales. Déjenme atrás como lo hicieron en aquella ocasión. Yo era una niña, ¿qué podía saber yo de la guerra de familias? Ustedes eran los adultos, pero sus actitudes inmaduras me hicieron desear no crecer jamás.

Me abandonaron y yo lo acepté; ahora pretenden recuperarme como nada hubiera pasado. Pero es su deseo, no el mío. No pretendan ser mis amigos, no pretendan ser mi familia. No somos más que extraños que alguna vez fueron familia.

Me sabe mal, la duda en su mirada. No saben qué hacer, qué decir para aliviar la tensión. La falsa alegría adorna mi rostro. ¿Por qué sonrío? No lo sé, supongo que para hacer las cosas más llevaderas. Empiezan a hablar entre ellos de temas que realmente no me interesan.

Miro el mar y me pierdo en el azul. Siempre he admirado la libertad con la que las olas se mueven, cómo se rompen en la orilla para volverse a formar e intentar llegar más lejos que antes.

A mis oídos llega mi nombre. Cierto, sigo aquí. Me preguntan algo de la escuela. La pregunta resuena en mi mente sin poder evitarlo: ¿Realmente les importa?

Es mejor fingir que somos familia a admitir que el tiempo no da reparo y que las heridas aún no ha sanado.

Todo aquello que alguna vez tuvimos se quedó en el olvido. Fue su error no el mío. Yo era una niña cuando mi mundo color de rosas se tiñó de negro.

Pero ¿qué le voy a hacer, si nunca lo quise así?

Ustedes me dejaron atrás, mientras yo me resignaba a aceptar toda la mierda que la vida me ofrecía sin poder negarme.

Y en vano lo intentaba, yo me iba acercando y ustedes se alejaban.

Prefirieron no volver la mirada, avanzar sin mirar atrás. Prefirieron ignorar mi existencia, me dejaron sin dudarlo un instante.

Lo mío fue cosa del destino, lo suyo fue elección y eligieron dejarme en el olvido.

Perder, resignarse a ver, llorar, olvidar, el sentimiento de impotencia impregnado en mi piel.

Lo jodieron y no me apetece arreglarlo. Y no se trata egoísmo, se trata de cansancio.

No quiero comer, si tan sólo me conocieran de verdad sabrían que odio esta comida.

Quiero estar con mi mamá, disfrutar de ser una familia real.

Volvamos el tiempo atrás, donde todo era felicidad, donde mi preocupación más relevante era escoger qué me iba a poner ese día, donde el mañana prometía ser perfecto y el ayer algo digno de recordar.

Quiéreme de verdad, ódiame con crudeza, pero no me trates como si me conocieras cuando apenas llevamos dos encuentros luego de varios años sin vernos a la cara.

Dejemos de lado la hipocresía, saquémonos estas máscaras y falsas sonrisas. Seamos sinceros por primera vez y admitamos que no nos saldrá bien.

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2021 ⏰

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