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Los personajes de los libros, cuando despiertan en una cama extraña, siempre se quedaban un momento desorientados, sin recordar dónde están.

Minghao no era de esas personas; cuando despertaba, recordaba perfectamente dónde se había dormido.

Sin embargo, le resultó raro oír su viejo despertador en aquel nuevo entorno. La luz que se colaba por la ventana también le pareció extraña, demasiado estridente para ser temprano, y en el dormitorio flotaba un olor a detergente al que no creía llegar a acostumbrarse nunca. Minghao agarró el teléfono y apagó la alarma, recordando que todavía no le había enviado un mensaje a Mingyu, su mejor amigo en la preparatoria. Ni siquiera había comprobado el correo ni su cuenta de AO3 antes de meterse a la cama.

"Primer día" le escribió a Mingyu "Ya te contaré. Beso, abrazo, etc."

La cama del otro lado seguía vacía.

Minghao podía acostumbrarse a eso. Puede que Joshua se la pasara en el dormitorio del chico rubio de ayer, quien posiblemente era su novio. O en su departamento. El chico parecía mayor; seguramente vivía fuera del campus con otros veinte compañeros en una casa ruinosa con un sofá en el jardín delantero.

Aún teniendo el cuarto para él solo, a Minghao no le parecía seguro cambiarse allí. Joshua podía entrar en cualquier momento. O peor aún, el novio de Joshua. Y cualquiera de los dos podía ser un pervertido de esos que van por ahí tomando fotos.

Se llevó la ropa al cuarto de baño y se encerró en una cabina para vestirse.

Terminó de asearse con mucho tiempo al margen para desayunar, pero no quería enfrentarse al comedor; no sabía dónde estaba ni cómo funcionaba...

Minghao abrió una caja de barritas de proteínas. Tenía cuatro cajas más y tres tarros gigantes de mantequilla de cacahuate escondidos bajo la cama. Si se dosificaba bien, podría evitar ir al comedor hasta octubre.

Masticando una barrita de avena, desplegó la laptop y echó una ojeada a su página de AO3. Le habían dejado un montón de comentarios nuevos. Todo el mundo se retorcía las manos con su impaciencia porque Minghao no había subido un nuevo capítulo de Amenazante.

Comenzó a escribir un anuncio en su perfil de aquella página: "Hola, gente. Lamento lo de anoche. Primer día en la universidad, familia, etc. No creo que hoy pueda subir nada tampoco. Pero prometo saldar mi deuda el martes. He preparado algo particularmente malvado. Paz y amor.
—THE8."

🌙 🌙 🌙

Minghao llegó a clase de Historia diez minutos antes de que comenzara, un tiempo insuficiente para lograr conseguir un pupitre al fondo de la clase. Todos los presentes parecían incómodos y nerviosos.

("Vístete como si fuera un día normal" se había dicho a sí mismo cuando había escogido su ropa la noche anterior. Jeans, camiseta blanca y chaqueta negra. Aquí nadie parecía ser amante de la moda, los sacos y las gabardinas, como lo era él. No era momento de llamar la atención).

Minghao cerró los ojos. Oía los crujidos de los pupitres de sus compañeros. Olía sus desodorantes. La mera presencia de aquellas personas lo hacía sentirse tenso y acorralado.

Si Minghao hubiera sido un poco menos orgulloso, se habría matriculado en el mismo grupo que su hermano; tanto Jihoon como él necesitaban créditos en Historia. Quizás se habría sentido mejor asistiendo con Jihoon a las pocas clases que compartían. Esto porque su hermano quería estudiar marketing y quizá buscaría un trabajo en una agencia de publicidad, como su padre.

Minghao no se imaginaba a sí mismo trabajando o ejerciendo un oficio. Había hecho examen para Literatura coreana, con la esperanza de pasarse los próximos cuatro años leyendo y escribiendo. Y puede que cuatro años más.

fanboy ◑ hanhao/jeonghaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora