El aullido en la noche

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Y así fue como todos descubrieron mi secreto. Pero, para que lo descubras, tendremos que retroceder en el tiempo. Concretamente el 19 del mes pasado

CAPÍTULO 1: LA LEYENDA NO TAN FALSA

[19 de Julio, dos días antes de mi cumpleaños]

La noche del 19 de Julio, con la luna llena presente, yo, Eros, me adentré en el bosque para buscar luciérnagas. Caminé durante 2 horas hasta encontrar a las primeras luciérnagas,

pero, al acercarme encontré algo aparte, un cadáver de un animal, concretamente un ciervo. Lo encontré con magulladuras y mordiscos.

Observando el panorama, unos ojos amarillos resaltaban entre los arboles, acercándose cada vez más. Y cuando me quise dar cuenta, ya lo tenía sobre mí, mordiéndome en

el costado y desapareciendo en la oscuridad.

Al llegar a casa me desinfecté la herida, la tapé con unas vendas que tenía por casualidad en el armario, y me fui a la cama.

La mañana siguiente fui al instituto, como un lunes normal y corriente. A primera hora fue la presentación del curso, y al entrar al aula, comencé a escuchar una llamada

de teléfono, la cual no detectaba de dónde era, puesto que el mío no era, y no veía a ningún compañero en el aula con el móvil encendido.

Al mirar por la ventana, pude ver a un chico sentado en un banco con el teléfono en la oreja, parecía que estaba llamando a alguien, y pasó por mi mente que podría haber

escuchado su teléfono, pero estaba demasiado lejos como para ser suyo. Al segundo escuché una voz masculina diciendo que se había dejado el estuche, pero pensé que era mi mente por ser las ocho de la mañana. A los dos minutos él entró, se presentó con el nombre de Liam. Casualmente él se sentó detrás mío, pidió un boli y le presté uno.

CAPÍTULO 2: MI CUMPLEAÑOS

Gracias al boli comencé a relacionarme con él, a tal punto de llegar a invitarle a la fiesta que celebré aquél fin de semana.

Junto a él, los invitados eran: mi mejor amigo Tom, su novia Lydia, algunos chicos de mi equipo y amigas de Lydia.

Al llegar el día 21, mi cumpleaños, me desperté con el sonido de mi despertador. Como no, de tono militar, para tener que levantarte a apagarlo.

Al bajar a desayunar vi a mi madre haciendo tortitas con huevo, mi desayuno favorito, desayuné y me fui al instituto corriendo para no llegar tarde, ya que el bus había salido 5 minutos antes de salir yo.

De camino pude observar una casa con 2 perros en el jardín, los cuales siempre les saludo, pero hoy al acercarme se pusieron a ladrar con un tono agudo, simbolizando que tenían miedo de mi. Al escucharlos ladrar me asusté y eché a correr, y, sorprendentemente, llegué antes que el mismo autobús que perdí. En la entrada de clase me encontré a Liam, aparcando su Jeep CJ-5 de 1980 color azul y negro, herencia familiar de su abuelo muerto.

Se acercó con el jeep y me dijo:

-¡Hola Eros! ¡Feliz cumpleaños!-

Y yo le contesté dándole las gracias.

A lo que él me dice:

-Que tal si hoy, por tu cumpleaños, nos saltamos las clases y vamos al bosque para que no nos molesten??-

A lo que yo acepté sin pensarlo dos veces.

Al momento de acabar esa frase, subimos rápidamente a su jeep y nos escapamos del instituto.

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