Interludio Isis

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Se acarició su panza después de sentir un movimiento suave hacia el costado derecho

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Se acarició su panza después de sentir un movimiento suave hacia el costado derecho. Debía mantener la calma, guardar reposo. Su embarazo no era de riesgo, pero, podría convertirse en uno si no seguía las indicaciones pertinentes.
Sin embargo, resultaba que estaba metida en medio de una selva, en un lugar virgen repleto de mosquitos, insectos, chinches y cosas extrañas que hacían ruidos extraños.

Logró acceder a una vacuna de emergencia por si corría peligro de ser picada por alguna de esas cosas. Aunque solo había conseguido que se sintiera peor.
Llevaba un día con nauseas y bochornos, además de un incómodo dolor en su pubis.
Estaba echada sobre la cama del hotel, no había bajado a cenar. Un ventilador eléctrico aireaba la habitación, y varias botellas de agua vacías abarrotaban el velador y la cama.
La bebé no era tan grande como para sentirla con tanta fuerza, pero había algo que se asimilaban a burbujas que se paseaban de un lado a otro, y no, no era su tripa.
Valiant llevaba varias horas observándola, preguntándole si estaba bien, si necesitaba algo.
En esos momentos, ambos estaban echados sobre la cama, él tenía la cabeza recostada encima del vientre abultado y pequeño.

Isis había sentido la conexión de sus dioses muchas veces, pero jamás al nivel en el que se enlazaban en aquellos momentos, o, cuando concibieron a Chloe.

Se ruborizaba de solo recordarlo, pero había sido algo inexplicable, una unión de almas donde el aire y el fuego se azotaron como una tormenta al interior de su ser.

Tanto Bruka como Jaga estaban expectantes al nacimiento de la criatura. Isis sabía que no dejarían que nada le ocurriera, pero eso no impedía que sintiera inseguridad y miedo.

"¿Cómo está todo?" preguntó a su Dios en un suspiro, fingiéndose dormida.

"Está bien, muy tranquila. El puente de las almas se ha reconstruido, así que va y viene. Es una niña muy enérgica."

"¿Aún no sabes qué Dios se hospedará en ella?"

La risa de Bruka era como escuchar campanas de viento. Isis lo veía en su mente como una entidad delicada y elegante, pero además era salvaje y arrebatador, algo picaresco y juguetón. A veces, le gustaba imaginarlo en forma humana, y siempre se le venía a la mente un Drag Queen.

Crossroads • A Través del Mundo {Libro 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora