Discordia

Reto Flufftober #21, Fight and apologize

Por espacio de varios minutos, Khan había estado contemplando abstraído a la nada, indignado y derrotado como nunca antes en su vida. No sabe cómo pero, en un agitado mar de eventos, el cuadrante Alfa ha entrado en una época de paz gracias a la trasmisión de un podcast bastante peculiar en su contenido y particular en lo humorístico.

Arthur logró que al menos tres de los planetas habitables del sector en el que estaba la nave le tomaran especial aprecio a su trabajo, para cuando atrajo la atención de los oriones estos rápidamente expandieron la novedad entre ellos hasta en las más alejadas regiones en las que comerciaban. Incluso los malencarados klingons y su hosco humor, los más parcos burócratas vogones y aún más sorprendente de creer, Humma Kavula y sus extraños sectarios jatravartidas se detenían a escucharlo sin falta antes de sus oficios religiosos y se desternillaban de risa antes de entrar a la congregación. El mismo Humma llamó un día para felicitarlo personalmente. Poco después comenzaron a llover las invitaciones a entrevistas.

Para ponerle insulto al ya herido ego del ex dictador y ahora ex terrorista, un breve consejo de gobiernos estelares unidos le extendió una llamada a Arthur donde se le haría condecorar con un título honorífico por contribuir a la paz entre los pueblos civilizados de la galaxia.

En pocas palabras esto significaba nulo trabajo para Khan. Sin guerras, rebeliones, intrigas y peleas ideológicas entre políticos, religiosos y habitantes, su trabajo como asesino a sueldo y mercenario era ahora tan útil como las instrucciones al reverso del shampoo.

“¿Y a ti qué te pasa? ¿Por qué esa cara larga?” Preguntó el pelirrojo con verdadera preocupación. Khan volvió la cabeza pesadamente para encararlo.

“Tus ocurrencias me han dejado sin empleo.” sentenció con un manotazo sobre la única superficie que no tenía teclas en el mando del puente. “La única razón por la que esa gente hace tanto escándalo respecto a la paz es porque no tenían de quién reírse antes.”

“Ah, tú siempre tan amable con las opiniones.” Dijo el otro sabiendo de antemano lo cruel que podía ser su pareja si se le daba oportunidad suficiente de escupir palabras ponzoñosas que cuadraban con su oficio. Lo mejor era dejarlo solo hasta que se le pasara el enfado. Khan tenía una vida dedicada a hacerle la vida cuadritos a otros o acabarla en violentos eventos a petición de sus empleadores;  no solo era un talento natural escrito en su ADN. Arthur podía comprender la hostilidad contra su persona en esos momentos pero una cosa muy diferente era la insistente búsqueda de enfrentamiento.

“Cuando reúnes a siete planetas repletos de idiotas que llevan años captando señales provenientes de la Tierra, ocurre que todos comienzan a aprender inglés a base de escuchar Monty Python y Doctor Who. Y por eso creen que eres el epítome de la comedia.”
Para ese momento el semblante de Arthur estaba diferente de cuando inició inocentemente la conversación. Si las miradas mataran seguramente hubieran ahorcado a Khan antes de que acabara lo que le dio el tiro de gracia a la aparente tranquilidad a bordo del USS Vengeance.

“Solo están emocionados porque por fin pueden entender y hablar en inglés, aunque sea a medias o completamente mal, al fin que tú entiendes cada idioma. El problema es que tú solo puedes responder en inglés, no en todos esos idiomas distintos y ahí el porque de toda esta enorme broma que ya ha llegado muy lejos.”

Rojo de cólera, Arthur caminó fuera del puente. “Bien. Duérmete en el sofá al fin que tú no respondes por tus barbaridades en ningún idioma.” Pronunció alto como si saboreara el contraataque, los años no pasaron en vano aprendiendo las tácticas del otro. Al declarar Arthur su última palabra al respecto ya era tarde para retirar todo lo que había dicho Khan. Este detalle hizo que se prolongara una negación activa de dirigirse la palabra entre los dos por las siguientes semanas. Llegaron al punto de estar en la misma mesa usando de intermediario a un muy confundido hijo ya harto de la situación.

“Se tienen justo en frente, par de inmaduros. No me metan en sus peleas.” dijo totalmente fastidiado Ender antes de abandonar la mesa con su plato aún repleto de comida.

En consecuencia, los episodios emitidos durante el tiempo que duró ese remedo marital de guerra fría tuvieron más de una mención fugaz en el programa.

“Me han señalado que ahora que todos hablamos inglés veo cómo se entienden entre sí, y yo que soy inglés no me entiende ni Dios con este acento, ni yo entendería a nadie de no ser porque tengo un pez Babel en la cabeza.” Y los invitados rieron divertidos con la ocurrencia hasta que uno de los presentes comentó. “¿Por qué un pez Babel y no un traductor universal de última versión? Eso es abuso animal.”

—No tengo un traductor universal porque hace tiempo me encariñé con el pez.

—Pero lo adquiriste de manera legal, ¿cierto?

—No tengo idea, era una emergencia en la que tuve que huir de la Tierra y no hubo manera ni de preguntar o yo de saber.

Gran parte de la audiencia se paralizó un poco en este punto, acabando por dividirse las opiniones respecto a que no se le debía tomar mayor importancia pues Arthur tenía sus razones, y otros lograron llegar a conclusiones totalmente incorrectas por las razones correctas. “Era de esperarse. Khan Noonien Singh y él son pareja ¿Quién le creyó el cuento de que era un embajador de paz y todos esos disparates si aquél es una amenaza planetaria que aterroriza nuestros gobiernos cada tanto?”

—Bueno, también he tenido promociones en armamento. Dejé los cañones de partículas al 2x1 durante medio año y nadie me ha dado mérito alguno.— Ladró fastidiado contra a la pantalla que trasmitía noticias sobre el tema hasta que afortunadamente le cortó la señal luego de un audible: “Arthur Dent queda cancelado.” proveniente de la sección de opinión.

El susodicho tenía la nariz metida en La guía sin inmutarse.

“Felicidades, esta es tu primera cancelación.” Mencionó estando a espaldas del pelirrojo, quien tomó el comentario por provocación y giró el torso para responderle un par de cosas que podrían haber reavivado la pelea pero en realidad murieron en su boca. Le estaban entregando una taza de té y galletas como si se tratara de un trofeo.

“Supongo que ya estarás contento.” Resopló antes de continuar o siquiera pensar en aceptar lo que estaba en las manos de Khan. “Ayer, Kreludor declaró a los oriones como especie non grata, y mañana se disuelve la coalición unida de planetas de clase M por diferencias ideológicas. En cualquier momento llegará un aviso para que destruyas algún edificio o asesines alguna flotilla de inocentes naves.” Contestó cerrando su libro sin quitarle la vista a su pareja.

Al oír esto, Khan se sentó a su lado como indicando que la conversación estaba a punto de ponerse mucho más seria. “Estaré ocupado por largo tiempo, sí.” La expresión de él se suavizó. Apoyando el té sobre una mano, con la otra libre buscó las manos de Arthur pero este se negó y tampoco buscó continuar la conversación. “Sé que como humano te parece una brutalidad el que yo esté hecho para destruir, pero, exageré y lo siento mucho. Dije cosas que no debí decir.”

La mirada recelosa se encontró con unos ojos suplicantes pidiendo por cualquier respuesta por parte del otro hombre. Arthur aceptó serenamente la bebida y luego decidió dar su opinión. Miraba al fondo de su pequeña taza como si esperase encontrar ahí las palabras que buscaba. “Ya sé que no eres exactamente un santo, pero este asunto sobre la dominación planetaria es muy ambicioso hasta para ti, creo que te nubla el juicio la idea de la conquista del universo.”

“Arthur. Tú eres mi universo.” Al mencionado le sorprendió la huella de afecto impresa en su siempre áspera voz. Todo el calor del cuerpo se le subió a la cara y no sabía en donde esconder las emociones contrariadas en el rostro. “Y tú… eres un bruto.”

La mano del más alto se alargó hasta el cuello de la bata, atrayéndolo hacia él y lo besó detrás de una renovada mueca maliciosa.