Capítulo XIV

801 64 10
                                    

Si hubiera sido James quien conducía probablemente hubiera provocado un accidente ya que con la pregunta llegando a como bomba a destrozar sus pensamientos lo más probable es que frenara en seco deteniendo el tránsito y causando una colisión por ir en la vía rápida. La ventaja de los hubiera y lo y si... Es que no son reales, así que por ahora estaban a salvo bajo la conducción de Ezra.

Los tres oyentes apenas soltaron el aire retenido mientras la información pasaba por sus cabezas, Ezra se movió al carril lento y para no perder el control del auto dejó que poco a poco disminuyo la velocidad, aun así no detuvo el auto.

—No sabría decirte, quién puede ser, la conozco desde hace algunos años, pero no es como si supiera quien a quién conoce y a quién no, es más ni siquiera sé cómo los conoce a ustedes y al pequeño.

—Tengo entendido que Step se equivocó de entrevista laboral, se había quedado sin trabajo así que fue a presentar una entrevista, pero en vez de llegar a la empresa a la que postulaba presentó en la de Alex, luego se encontró a Nathan quién había sido abandonado por esa mujer...— Suspiró para no decir lo que en realidad pensaba sobre esa mujer —Y bueno el resto ya lo saben.

—¿La entrevista era en la mañana?— Habló Nate, y Víctor afirmó con la cabeza— Sí, esa es ella y para compensar lo lenta que es cuando se levanta, entra en modo automático hasta que se despierta realmente, cuando la vi por primera vez pensé que era un androide y había entrado en modo avión mientras actualizaba sus sistemas antivirus.

—Sí, fuiste un idiota esa vez— Declaró James.

—Lo importante es que ella no lo sabe, así que seré su eterno idiota, aunque ella no lo sepa.

La conversación giró en tema a la tecnología, y así se fue desviando la pregunta para que esta quedara en el olvido, al menos por esa noche, una de las razones era porque no tenían una respuesta y la otra razón era que ninguno contestarlo.

Mientras la conversación seguía su curso, los pensamientos llevaban a Nate al día que conoció a su hermana gemela. Ese día se había levantado más temprano que otros días, pues había una salida escolar y por temor a quedarse no había dormido casi, la emoción era tal que estaba listo para salir mucho antes de que el sol saliera, cuando el cielo había empezado a aclarar el timbre de la casa sonó, lo cual era muy extraño, tenía que ser una emergencia o algo así, ya que el personal que se encargaba de la casa sencillamente entraba por la puerta trasera.

La señora Stottlemeyer fue la primera en acudir al encuentro, en otro horario del día hubiera enviado a algún empleado o hubiera esperado a que alguien más se encargara de ello, después de que sonó por primera vez el timbre, le siguieron unos golpes fuertes y toscos a la puerta, lo que hizo que la dueña de la casa acelerara sus pasos. El curioso Nate había

ha bajado rápidamente para descubrir quien estaba al otro lado de la puerta, para cuando llegó, sus padres estaban frente a una mujer mientras le pedían que hiciera silencio.

Cuando ya llevaban unos minutos, los otros dos hermanos y unos cuantos del personal vigilaban curiosos lo que estaba pasando, de pronto una niña con unas ropas sucias y gastadas alcanzo la vista de todos, sin pensarlo dos veces la dueña de la casa la arrancó de la mano de la mujer, la pequeña no se asustó ni un poco, al contrario, se veía serena a pesar que la mujer tiraba de sus ropas y la dueña la protegía con su cuerpo.

—Solo tiene que darme dinero, no me la tiene que quitar, yo soy la que la está cuidando— Gritó la mujer.

—Le daré el dinero que quiera, pero la niña se queda conmigo— La señora Stottlemeyer estaba perdiendo la batalla con la decencia y la alcurnia, en un momento como ese no podía sencillamente actuar como se supone debería actuar.

Una madre para Nathan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora