Punto de vista de Tom
Bajamos de las escaleras de aquel jet privado en el aeropuerto internacional de Tokyo, Harrison se encontraba a mi derecha, Alisha a mi izquierda. Las fichas del tablero estaban empezando a moverse y ya quería saber del paradero de mi pequeña Isabelle, pero no íbamos a Kobe hasta conseguir información de primera mano
Tom: Harrison, cuéntame que has encontrado - me quité las gafas Ray - Ban de aviador color negro y miré a mi mejor amigo - según mis contactos nos dirigimos hacia el apartamento de Hitoshi Kiyomoto segundo al mando de la mafia aquí en Tokio - me dijo Harrison.
En la misma puerta del aeropuerto, nos encontramos con un Mazda RX7 de color plateado, había sido fácil poder conseguir transporte, el dinero llamaba al dinero, y de eso me sobraba bastante. Alisha soltó un suspiro, la Yamaguchi - yumi quería su cabeza y podía notar el nerviosismo en su voz - tranquila - acaricié su mejilla en cuenta entramos al coche.
Alisha: ¿Cómo quieres que esté tranquila? Ellos me quieren ver muerta - sus ojos azules me miraron y pude apreciar el miedo en ellos, lo único que se me ocurrió fue tomar su mentón y poder darle un corto y suave beso en los labios.
Tom: yo te protegeré Alisha, no te tienes que preocupar - las calles que nos llevarían a nuestro lugar de encuentro eran concurridas y con mucha iluminación, en aquellos momentos nos encontrábamos en Minato City, una región de la metrópolis de la ciudad de Tokio.
Harrison aseguraba que Hitoshi vivía cerca de un local que era una especie de centro de masajes de ambiente con final feliz. El local se llamaba Onegay. Y Hitoshi era el dueño.
La fachada del local tenía motivos orientales, luces con farolillos rojos y estaba revestida de madera oscura y granate. El atardecer caía sobre Tokio y teñía el cielo de unas nubes cargadas de tormenta que no hacían presagiar nada bueno.
Cuando aparcamos, Eito mi corresponsal en Tokio tocó la ventana de Alisha con la palma. Ella dio un brinco, asustada.
¿Se suponía que iban a intervenir en ese centro de masajes? - me preguntó.
Empezaba a llover con fuerza. Harrison salió del coche por lo que se estaba empezando a empapar. Sus ojos azules me miraban de frente. Señaló con el índice la fachada que le quedaba a la espalda.
—Es aquí. El tío no está en su casa. Probaremos en el local. Baja rápido del coche y entra con nosotros.
—Tom —me detuvo Alisha por el brazo—, ¿qué vais a hacer?
—Tú quédate en la parte de atrás y no salgas.
—No, no... No me puedes dejar aquí.
Salí del coche a toda prisa y cerré, dejando allí a Alisha, que aún se estaba quitando el cinturón de seguridad.
Al oír el sonido de los seguros y verse encerrada, ella entrecerró los ojos y me fulminó con la mirada.
—¡No me puedes dejar al margen de esto! —me gritó golpeando el cristal con los puños.
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Marcas oscuras
FanfictionYo soy Holland, El Boss, el hombre al que las mafias, los gobiernos y las empresas miran con sumisión. Y sin embargo, aquí estoy, sentado en una mansión oscura, solo habitada por el eco y una copa de vino derramada a mis pies. Y entonces apareció e...