~CAPITULO 44~

8.2K 466 23
                                    

Llegamos al hotel y subimos a la suite.
Abro la puerta y tiro mi bolsa y tacos al sillón, donde me tiro en el. Sam hace lo mismo y se pone a escribir en su móvil.

Hay algo que me tortura y hasta no saber no dejara mis pensamientos.

— Sam— Lo llamo y él sube su mirada para captar la mía.

—¿Mhm?

— Tu madre... ¿tiene parientes?

— Tal vez— Se encoje de hombros—. Ella tenía a su padre solamente y este murió cuando quedó embarazada de Lucía, el padre biológico de mi hermana las abandonó, típica historia, no se quiso hacer cargo, a parte ellos sólo eran novios, no tenían ningún lazo además de Lucía. Deben tener parientes por parte de su madre.

—¿Y su madre?

— Era una prostituta que se enamoró de su padre, como él de ella pero cuando vio que debía ser ama de casa y encima su esposo no era millonario y no podía darse los lujos que ella quisiese a lo que estaba acostumbrada, tuvo a mi madre y luego se marchó a la vida fácil. Y así quedaron solos hasta que él murió.

— Ah...— Fue lo único que pude decir.

La señora Eva tampoco había tenido una vida fácil como aparenta y ahora entiendo porque era tan pegota al señor Santino. Lo veía como un segundo padre.

— Me iré a duchar.

Me levanto y camino a la habitación. Entro al baño y abro la regadera, me adentro y comienzo a jabonar todo mi cuerpo, lavo mi cabello hechando shampoo y luego acondicionador.

Estoy enjuagando mi cuerpo cuando siento unas manos abrazarme, doy vuelta encontrándome con Sam desnudo.

— Estuve esperando todo el maldito día para hacerte mía. ¿Lo olvidaste?

¡Mierda! Lo olvidé.

— No, esperaba por ti.

— Vamos a jugar un rato.

Me hace rodear su cadera con mis piernas y me toma de mi trasero. Cierra la regadera y sale del baño para luego acostarme encima de la cama mojandola con nuestros cuerpos.

Me besa posesivo, salvaje y con lujuria. Gimo en su boca al tacto de nuestras intimidades. Mi entrepierna palpita y se va empapando con cada toque que le proporciona a mi cuerpo, yo no me quedo atrás y toco sus tonificados brazos y espalda, con mis pies acaricio su trasero y muevo mis caderas generando fricción entre nosotros haciéndolo gruñir.

Besa mi cuello y deja marcas en el, mí corazón palpita fuerte cuando succiona con fuerza un pezon erecto, peor aún cuando con una de sus manos juega con mi otro pezon y la otra la pasa por mi hendidura resbalosa generando corriente eléctricas en mi interior. Su boca y sus manos están haciendo estragos en mí.

¡Carajos esto se siente de la mierda!

Mi respiración se vuelve entrecortada, jadeos y gemidos, se escuchan en estas cuatro paredes. Lo volteo con rapidez y me coloco encima de él pero con mi cara hacía su polla y literal quedamos en la posición del sesenta y nueve.

— Esto se ve sabroso—comenta acariciando con sus yemas mis labios mayores.

— Esto también, cariño—digo viendo su miembro con las venas a estallar.

Tomo con mi mano su virilidad y masajeo de arriba a bajo, lo escucho gruñir y siento su boca como empieza a lamer y succionar toda mi longitud, gimo y eso me impulso a pasar mi lengua por su glande, era la primera vez que probabamos esta posición. El sabor a salado llego a mi boca y luego comencé a meter el resto a mi boca y aún así no pude llegar a gran profundidad.

Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora