Break my Face || JK + TH

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Cuando las drogas ya no hacen el efecto que hacían al principio, cuando la emoción ya no recorre las venas en situaciones extremas, cuando rozar un cristal contra la piel hasta sacar la sangre ya no provoca ningún tipo de sensación, ¿qué se debería hacer? ¿Buscar un psiquiatra? ¿Buscar otra adicción? ¿Buscar una afición productiva? ¿O buscar a alguien que sea capaz de revivir todos esos sentimientos insanos hasta llegar al éxtasis?

Las reuniones sociales con desconocidos ya no ayudaban, las citas de rehabilitación ya no ayudaban, las compañías personales pagadas ya no ayudaban; nada ayudaba, lo había probado casi todo y ya nada ayudaba.

Hasta que hizo eso, buscar a alguien capaz de culminar su éxtasis. Creía que tal vez eso arreglaría todo el desastre que había hecho durante tanto tiempo y reemplazaría el entumecimiento que llevaba viviendo en su interior durante años.

Y lo encontró; en una pelea ilegal, siendo por el que más apostaban, por el que más gritaban, por el que más venían. Era el rey del ring, el mejor luchador de todos. No sabía su nombre, ni lo había escuchado entre tanto griterío, pero eso poco le importaba, sólo quería lo que tenía; sus golpes.

Esa fuerza descomunal concentrada en sus puños con la que partía mandíbulas y costillas, con la que casi asesinaba; quería eso para él solo.

Y desde entonces hizo presencia siempre que había una pelea en aquel local desconocido. Apostaba y miraba con atención a su nueva salvación. Semidesnudo y ensangrentado, con los ojos bañados en cólera y adrenalina, el pelo pegado a la frente por el sudor de la acción, y las manos cubiertas por esas vendas de yeso ensuciadas entre tantos golpes. Era él, él era lo que necesitaba para completar aquel vacío existencial de su interior. Definitivamente aquel luchador lo ayudaría, costase lo que costase.