Esta Es Mi Tercera Vida

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Nuevamente las cuatro más grandes y prestigiosas Sectas se encontraban reunidas, LanLing Jin, YunMeng Jiang, QinGhe Nie y Gusu Lan, todas con sus respectivos Líderes en sus respectivos lugares dentro del Gran salón en la Torre Dorada Koi.

Una vez más el Líder de la Secta Jin, Jin GuangShan los convocaba después de los sucesos que ocurrieron en la Ciudad de YiLing y los Túmulos Funerarios luego de haber sido informado sobre la oleada de cadáveres feroces que atacaron a todos los discípulos.

— Wei WuXian, ese Patriarca de YiLing lo debió haber planeado todo — habla Jin ZiXun, mientras veía a aquel hijo ilegítimo que había sido reconocido por el Líder Jin no hacía mucho tiempo, no hacía nada por inculpar a Wei WuXian como se había predicho iban a hacer en aquella reunión.

— ¿Cómo se atreven una vez más a intentar ensuciar el nombre de Wei WuXian? — Nie MingJue sin resistir las habladurías del discípulo Jin gruñó fuertemente dando a entender que no estaba de acuerdo con sus palabras.

— Líder de la Secta Nie, dígame ¿Quien más podría ser que no fuera él? — pregunto Jin ZiXun con sus puños apretados sin dejar de acusar a Wei WuXian — él conoce mejor que nadie ese lugar que hasta llega a considerarlo su hogar, por lo que las cosas están más que claras, ese Patriarca de YiLing es un cultivador poco ortodoxo que cultiva energía resentida — dichas esas palabras afirmativas un fuerte estruendo se escuchó por todo el salón dejando a todos en silencio sin poder llegar a murmurar nada, mientras veían como aquel lugar de a dónde había provenido ese golpe, nada más y nada menos había sido causado por la Matriarca del Muelle de Loto, Yu ZiYuan.

Madam Yu se encontraba con sus puños apretados, dejando que ZiDian chispeara alrededor de su puño a punto de transformarse cómo era debido en su largo y majestuoso látigo.

— Es imposible que el Joven Wei haya podido hacer eso — antes de que Madam Yu hiciera notar aún más su furia golpeando nuevamente al insolente que intentaba calumniar a Wei WuXian, Lan XiChen fue quien habló suavemente llamando la atención de todos.

— ¿Que quiere decir con eso XiChen-Ge? — Jin GuangYao; el hijo bastardo de Jin GuangShan, pregunto suavemente mostrándole respeto y admiración al mayor mientras dejaba al descubierto una suave sonrisa dejando notar los tiernos hoyuelos en sus mejillas.

— El Joven Maestro Wei fue quien impidió que todos nuestros discípulos se encontrarán muertos apenas entraron a la Ciudad de YiLing y quien impidió que el Maestro Lan FuQian estuviera muerto — replicó Lan XiChen al recordar lo que el maestro de confianza de su tío les había contado apenas recuperó la consciencia, ya que gracias a sus demás discípulos Lan que se encontraban casi ilesos fueron quienes pudieron encontrar su cuerpo solo frente a la enorme cueva a la que se les fue imposible de entrar al haber sido sellada desde su interior.

— Entonces, ZeWu-Jun puede decirnos ¿Por qué el Joven Maestro Wei no está presente aqui? — intervino el Líder del Clan Yao quién mostraba claramente del lado de quien se encontraba tratando de incriminar constantemente al Joven cultivador por el que algunos se preocupan, cada vez que aquel Líder de Clan abría su boca — si ese Wei WuXian no estuviera involucrado o no fuera ese Demonio debería estar aquí presente dando nos la cara y una clara explicación de toda esta situación — con solo esas palabras, los pocos Clanes que estaban a punto de volverse importantes estuvieron de acuerdo con el Líder Yao.

— Wei WuXian arriesgo su propia vida para salvar al Maestro Lan... ¿Que parte de eso no entienden? — gruñó Jiang WanYin fastidiado de escuchar las incoherentes barbaridades de los demás — si sus pequeños cerebros no logran entender el significado de esa palabra, se les explicará sencillamente — todos aquellos Líder de los pequeños Clanes gruñeron mientras hacían notar el enfado ante la falta de respeto que el menor tenía frente a sus mayor, algo con lo que intentaron que Jiang WanYin se llevará un severo castigo, pero que nunca llegó a ocurrir cuando Yu ZiYuan a pesar de estar de acuerdo con que su hijo fue irrespetuoso con los mayores, tenía una enorme sonrisa en sus labios por el conjunto de palabras bien dichas por parte de su hijo.