De noche.

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Protagonista; Francisca.

Spoiler: Fantasmas y paranormal.

Como guerrero y cazador de recompensas Francisca estada totalmente acostumbrado a pasar por esos lugares, la enorme oscuridad de la noche era algo a lo que ya no le tenía miedo a estas alturas, solo caminando en la recorrida por su destino

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Como guerrero y cazador de recompensas Francisca estada totalmente acostumbrado a pasar por esos lugares, la enorme oscuridad de la noche era algo a lo que ya no le tenía miedo a estas alturas, solo caminando en la recorrida por su destino. Por todas las cosas que ha visto en su oficio que tal vez no era él más noble, había visto de todo, incluso brujas, tanto reales como mujeres simplemente castigadas de forma injusta donde nada pudo hacer al estar ser quemadas vivas, luego de una tortura.

Francisca era un hombre amable y cálido con sus cercanos, algo que no cambiada por más cosas que haya pasada en su viva. Con un suspiro que abandono sus labios, el hombre rubio se encontró cansado y con la necesidad de dormir. Buscando de forma rápida un lugar seguro, una cueva tal vez, en lo profundo pudiera descansar ignorando los animales que las habitan.

- Vaya... Esto me sorprende mucho. - Se dijo a sí mismo al momento que encontró una cabaña, de buen tamaño, y en condiciones bastante decente, pero con la particularidad que al entrar noto que estada abandonada en todo el sentido. Incluso notando pequeñas arañas que para toda su suerte no eran venenosas... O eso creía.

- ¿Quién habrá dejado esto así? Parece como si la hubiera habitado una bruja. - Se dijo a sí mismo, porque de otra forma no encontrada quien hubiera querido vivir en medio de un bosque con varios kilómetros para encontrar un pueblo.

Si no era de una bruja, era de algún loco ermitaño. Tal vez un científico en el mejor de los casos. Pero al no notar alguna pertenecía solo quedaron como especulaciones pues no hay nada que le diga que vivía allí, más bien, excepto por una cama parecía que nadie nunca vivió allí, seguro varios decidieron habitarla por la noche también se llevaron ciertos objetos.

En fin. Para Cesar lo que viene el Cesar, y Francisca quería dormir. Encontrándose con una cama buscando descansar, pero asustándose al notar que otra persona entrada, encontrándose a una chica, cuya vestimenta estada totalmente rasgada. Notándola seria, sin alma casi. Hasta el momento donde sus vistas se toparon que eso cambio totalmente.

- Ahh... Hola; Soy Francisca, pensé que la cosa estada abandonada, quería pasar la noche lamento si interrumpo.

- Descuida, estoy igual que tu porque no vivo aquí. Nadie lo ha hecho en siglos. - Ella menciono, acercándose a él sin mencionar mayores palabras, Francisca notada que ella estada herida dejándolo preocupado, queriendo ayudarla pero ella se negó, alegando que estada cansada y quería dormir.

- Duerme tú en la cama, yo puedo hacerlo en el suelo sin problemas. - Ofreció él, seguida de una ligera conversación ella termino por aceptar.

La noche fue larga, era algo incomodo estar así, sin saber que decirle al otro, pero ninguno logro dormir, era raro, porque Francisca hace rato estada muy cansado.

- ¿Señorita...? - Menciono, notando el momento que ella se acostó a su lado dejándose recortar contra él, dejándolo muy sonrojado en el proceso. Parecía que la compañía de mujeres nunca fue algo que le fue bien. - Pasa algo.

- No, estoy bien, solo... No quiero estar sola. - Le hizo saber, Francisca la abrazo, sintiéndose mal por ella. Quería consolarla pero no sabía que tenía, y pensada que de verdad se lo dijera a un completo desconocido.

- Lo lamento, me pregunto qué tanto abras pasado pero no tienes que decirme, al amanecer te puedo ayudar si lo deseas. Llevarte al pueblo. - Le expreso. Quedándose los 2 una cerca del otro, queriendo ser su apoyo en ese momento.

Sin pensarlo muchos los labios de los 2 se unieron, un moviente casi hipnótico que los atrapo a los 2. Abrazándose de forma casi sobre protectora, hasta quedar en el suelo, donde Francisca al ver donde quedaron la llevo a la cama, acostándose sobre ella, en un profundo beso, acariciando sus cuerpos sin prestarle nada de atención al tema. Si bien Francisca nunca ha sido esa clase de hombre, y menos con una mujer que no conocía en ese contexto, en sé momento no lo pensada, solo se dejada llevar, uniéndose con ella.

A la mañana siguiente el rubio no recordada nada, solo la imagen en su mente del rostro de la chica, como se encontró sin ropa en la cama, supo que inmediato que paso.

- Ni siquiera pregunto su nombre... No quería perder la virginidad así. - Un fuerte suspiro abandono sus labios decidiendo ignorarlo. Aun con eso, la imagen de la chica que lo acompaño no abandono sus mente, tenía las mil preguntas sobre ella y su situación, que los llevo a conocerse, pero también a dejarlo solo tras tener sexo, algo que al menos le gustaría recordar, pero su mente estada en blanco.

- No lo soñé, de eso estoy seguro. - Se dijo en su mente, tenía el sabor de sus labios, la imagen de sus ojos, y el sonido de su voz clavados en su mente de forma muy profunda.

Al llegar al pueblo más cercano que había, no hizo más que preguntar cada que encontrada la oportunidad, explicando toda su situación. Llevándose la peor sorpresa.

-Oohhh... No sé como decírselo, pero ella lleva 50 años muerta. Se llama Zinerva, era una mujer que vivía en este pueblo, pero fue asesinada tras ser violada en un acto de resistencia. Esa casa que usted vio, nunca existió. Si no lo mato, es porque sabe que es un buen hombre.

Francisca estada totalmente pálido en ese momento, rememorando cada momento con esa información en mente.

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora