Shame | YoonKi

Tercer capítulo

Capítulo tres: Él nos detesta.

YoonGi acomodó su saco correctamente, admirándose a sí mismo con el traje color negro. Suspiró suavemente mientras levantaba su muñeca y revisaba el reloj allí puesto.

YoonGi tenía un horario de trabajo realmente pesado desde que lo habían ascendido, salía de madrugada de su hogar y regresaba por la noche, solo teniendo tiempo para ayudar en una que otra cosa a sus hijos y comer junto a ellos. Luego, caía completamente rendido en la cama.

Y, aunque no pareciese, eso tenía un poco afectado a KiHyun.

Ya no tenían largas charlas a solas por la noche, no se sentaban a ver una película juntos... he incluso ya no lo tocaba.

Pero, no piensen mal desde ya, YoonGi no posee ni un solo amante, desde que fue ascendido a asistente del jefe y dejó de ser un recepcionista de la planta baja, tenía que acompañar en todo momento a su jefe —que más específicamente es una jefa—, a todo lugar.

Y eso incluye si se queda tres horas después de la jornada laboral arreglando papeles y cuadrando horarios.

Pero, vamos, YoonGi jamás se fijaría en una mujer como ella. La mujer sabe valorar el esfuerzo, ya que fue por eso que YoonGi ascendió de puesto, pero tiene una actitud un tanto arrogante, fría y manipuladora.

Y al pelinegro no puede agradarle alguien así.

Pero, aun así, anda agradecido con ella por ascenderlo de puesto y haber subido un poco su sueldo, ya que, desde que KiHyun quedó embarazado por tercera vez y su bebé nació, los gastos habían subido notoriamente.

Suspiró nuevamente el pelinegro y miró por el espejo a sus espaldas la cama que dejaba reposar un cuerpo delgado, completamente privado de sueño. YoonGi dio media vuelta y se dirigió a la cama, admirando a su pareja dormir de costado, con los ojos suavemente cerrados, su mejilla apoyada en la almohada, haciendo que sus labios se abulten y estén levemente entreabiertos.

Se colocó de rodillas frente a él y se inclinó para dejar un tierno beso en sus labios, luego llevó su mano a su sedoso cabello para acariciar con delicadeza su cabello, sin querer despertarlo.

Tomó una inspiración larga al ver en la mejilla descubierta del peli naranja un rastro seco de lágrimas, sabía que había estado llorando como las noches anteriores, él no podía escuchar sus sollozos fuertes, pero aún dormían en la misma cama y podía sentir como su cuerpo temblaba levemente y se removía incómodo, aparte de que aún se les escapaban jadeos bajos.

Siempre tuvo la intención de abrazarlo, pero sabía que eso sofocaría más a su marido, así que solo lo dejaba soltar todo ese dolor que tenía.

Y siempre era por la misma razón.

ChangKyun y su odio hacía él.

El pelinegro siguió acariciando su cabello con delicadeza, mientras soltaba un suspiro pesado —: KiHyunnie ¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué nos detesta tanto? —susurró mientras sentía su pecho oprimirse al ver nuevamente su rastro de lágrimas secas.

Cerró sus ojos suavemente para luego dejar un último beso en sus abultados labios, levantarse y abandonar la habitación.