Octavo capítulo

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Capítulo ocho: ¿En qué época vives?

La relación de ChangKyun y NaEun iba bien, demasiado bien.

La castaña tomaba la mano del pelinegro mientras corría alegremente con este bajo la lluvia. Corrían por en medio de los árboles de un parque. ChangKyun intentaba seguirle el paso, pero siempre era tironeado ya que la mayor era más rápida, ambos reían a carcajadas mientras sentían en sus mejillas las gotas de agua que caían directo a sus rostros y algunas que se escurrían desde sus cabellos.

Luego de un rato, ChangKyun sintió su cuerpo pesado y empezó a toser levemente; deteniéndose despacio hasta quedarse de pie. NaEun pausó su juego y se acercó a él con preocupación, observándolo toser cada vez más fuerte.

—C-ChangKyun, estás enfermo —dijo con voz baja, sonando arrepentida.

—N-No, NaEun —tosió nuevamente. —Está bien.

—Estás tosiendo mucho y el pecho te suena — hizo un puchero. —No debí haberte pedido que jugáramos en la lluvia, en serio lo siento —se acercó a él y beso sus labios castamente.

—Está bien, no pasa nada —le sonrió suavemente y le devolvió el beso casto. Esta vez tomando las mejillas de su amada y al final dejando un beso en su frente.

—Déjame llevarte a mi casa, ChangKyunnie. Te haré un remedio —tomó las manos del pelinegro entre las suyas y le sonrió tiernamente.

La cara de ChangKyun palideció casi instantáneamente, sentía sus nervios a flor de piel, casi como si fuera a fallecer. Solo llevaba algunas semanas saliendo con NaEun, un mes y dos semanas. Para ser exactos. No se sentía en disposición de ir a su casa todavía, tenía miedo de sus padres ¿Y si no les agradaba? ¿Si lo alejaban de NaEun al conocer lo de sus progenitores?

—Está bien, NaEun, no hay necesidad.

—¡No! Te voy llevar, eso quiero. Mis padres son muy dulces, tranquilo —besó la punta de su nariz. —Les caerás bien.

El pelinegro no tuvo mucho tiempo de procesar las palabras cuando ya se encontraba siendo tironeado por la castaña por las calles, gracias a sus cavilaciones no estuvo muy pendiente de cuando llegaron a dicha casa, solo sentía sus pies moverse y cuando despertó, ya se encontraba frente a la puerta de una casa pequeña.

Una típica casa de los suburbios.

NaEun buscó entre los bolsillos de sus jeans las llaves del hogar, cuando estás fueron encontradas las introdujo en la cerradura y la puerta inmediatamente dio paso a la joven pareja.

—¡Ya llegué! —gritó la castaña dentro de casa cuando se aseguró de cerrar la puerta. Escuchó risas desde la cocina. —Espérame aquí, ya vuelvo.

Soltó la mano del pelinegro y salió corriendo hacía donde las risas provenían. ChangKyun soltó un suspiro pesado y bajo su mirada hacia sus manos, de un tono levemente violeta por el frío, en un intento de calmarse.

¿Cómo sería la madre de NaEun? ¿Sería dulce o de las que se enojan por todo? ¿Su padre sería amable con él? ¿Lo sofocaría de preguntas y lo llenaría de gritos?

Tomó una respiración larga en un intento de calmarse nuevamente, alzó su mirada observando el techo blanco mientras divagaba. Luego de unos segundos, unos pasos fueron escuchados.

Vio a NaEun acercarse a él con una sonrisa enorme, cuando estuvo enfrente tomó sus manos entre las suyas y le sonrió nuevamente mientras lo miraba directo a los ojos.

—C-ChangKyun, ellos te van a querer mucho, no estés nervioso ¿Sí? —lo miró, nerviosa. —No quiero que pienses que es demasiado rápido, n-no nos van a comprometer ni nada así. Solo quieren conocerte. Si se ponen intensos, perdónalos, les gusta la gente nueva y-y...

Shame | YoonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora