I

2 0 0
                                    

      En un cálido departamento, de paredes cremosas y dulces, y ambiente aromático, el sol inundaba su habitación, abrasando la cama. La dueña de las ventanas se destapó bruscamente, con la piel colorada, y fue a tragarse un gran vaso de agua fría. La impaciencia le mojó el cuello.
      A pesar de haber dormido toda la noche, le dolían la cabeza y los músculos de brazos y piernas.  Tomó una pastilla con el último traguito de agua que le entraba, y fue al baño.
      Mientras se mojaba la cabeza pensó en el trabajo.
      Le gustaba su trabajo, hasta un año después de salir de la secundaria.
      De a intervalos irregulares se sentía peor con todo. Vivía bien, físicamente, y ganaba bien.
      Pero estaba empezando a odiar todo.
      No tenía pareja, no tenía hijos. Ni siquiera tenía un gato.
      Cómo empezaba a aborrecer el tema de la pareja. Todo el mundo le preguntaba. Las compañeras del trabajo, las amigas que le quedaban de la secundaria, e incluso su familia.
      No tenía. No sabía. No sabía si quería tener o no. No tenía la certeza de querer tener. No quería pensar en eso. No le interesaba.
      Solía pensar que no le daban un respiro.
      Y ni tuvo tiempo de terminar de cepillarse los dientes, cuando escuchó vibrar el teléfono. Se tomó su tiempo para terminar.
      Al encender la pantalla, vio que era un mensaje del trabajo. Qué ganas de pegarse un tiro. Apartó la idea cerrando un momento los ojos, y los abrió para leer:
      «Ataque al Orfanato Shiawasena. Urgente. Llegarán refuerzos en breve.»
      Claro, el Shiawasena, justo el más cercano a ella. Qué suerte puta.
      Mientras despotricaba, se hizo un sándwich con todo lo que pudo rescatar de la heladera, y llamó a un taxi. Empezó a comer mientras se vestía, y cuando vio al auto por la ventana del comedor, ni se molestó en usar las escaleras. Se arrojó por la misma ventana, sándwich en mano. Aterrizó y entró al auto.
      —Al Orfanato Shiawasena. ¡Lo más rápido posible!
      El conductor arrancó nervioso mientras ella terminaba su desayuno.
      Durante el trayecto solo pidió que la situación no fuera muy exigente.
      En tres minutos llegó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Él no es tu hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora