Única parte

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»Dentro de un tiempo que se colapsó
Incluso mis esperanzas
De que tu y yo estemos juntos
Ya no importan
Mi amor, que está enredado buscándote
Se fue, se fue lejos, lejos
Ya no creo poder detenerte de que te vayas.«

Nada es para siempre.

Y Hwang Hyunjin pudo confirmar esas cuatro palabras cuando su novio, futuro esposo decidió terminar con él así sin más dejándolo con un hueco en el pecho, llevándose su corazón con él.
¿Por qué la vida había sido tan injusta con él quitándole lo que más amaba, lo que más lo hacía feliz? Tantos años juntos se fueron en un abrir y cerrar de ojos, esos años se habían ido por la basura eliminando evidencia de que en verdad estuvieron allí. Su pecho dolía como el infierno, dolía porque el amor de su vida lo abandonó yéndose con otra persona, ¿por qué tenía que ser así? ¿A caso la vida lo odiaba?

Todas las promesas quedaron en el olvido, el juntos para siempre fue simplemente una frase que no se cumplió y Hyunjin lamentaba haberla dicho de igual manera, ¿no fue lo suficiente para su novio? ¿Qué tenía mal? ¿No lo supo satisfacer al máximo? ¿Qué errores tenía que borrar para que su novio volviera con él? Tenía muchas preguntas pero ninguna de esas tenían respuesta. Todas eran ¿por qué? ¿por qué? Pero...eran preguntas vacías.

Ahora mismo se encontraba sentado en la orilla de la cama con un vaso de agua entre sus manos temblorosas llorando en silencio en aquella gran habitación, ¿había sido así de grande todo este tiempo? Tal parecía que sí pero no se dio cuenta hasta que su novio lo dejó. La cama era un desastre con las mantas arrugadas y las almohadas en cada extremo, Hyunjin no quería hacerla porque eso era la única prueba en donde Lee Felix estuvo antes de irse, allí fue donde hicieron el amor por última vez y Hyunjin no estaba listo para dejarlo ir.
Sus lágrimas caían una por una en el vaso ensuciando el agua, quería dejar de llorar, quería dejar de lamentarse de las cosas que no hizo. Quería dejar de culparse, sin embargo, no podía hacerlo.

Sus amigos le decían que saliera a distraerse, a conocer gente nueva pero se negaba a salir de aquella oscura cueva, no quería salir y que al regresar darse cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor, no quería ser recibido por la soledad de su departamento. No estaba listo. Limpio sus lágrimas al escuchar la puerta principal abrirse, dejó el vaso en la mesita de noche corriendo hacia la sala viendo a su ex novio una vez más.

—Felix...—su voz se escuchaba esperanzada, sus ojos podían delatar el brillo que tenía por volverlo a ver después de varias semanas, su corazón parecía que volvió a la vida porque de nuevo latió y lo pudo sentir en sus oídos también.

—Vine a dejarte las llaves y algo de ropa que se me olvidó. Sí me permites, pasaré a la habitación—Hyunjin tragó duro haciéndose a un lado para que Felix pudiera pasar, no dudó mucho y lo siguió a paso lento. Metía su última ropa en aquella mochila sin decir nada, su cabello estaba desordenado, su vestimenta era casual, incluso no llevaba maquillaje así que Hyunjin supuso que venía de su nuevo hogar. Lo sabía perfectamente porque eso exactamente usaba cuando pasaba su día libre en cada y cuando regresaba de su trabajo también, no era ningún tonto.

—¿Por qué?—su voz se quebró sintiendo de nuevo las lágrimas aparecer—¿por qué me dejaste?

—Ya hablamos de esto—murmuró con un poco de fastidio en su voz, Hyunjin se sintió pequeño ante eso, se sentía desprotegido y hasta se podría decir que odiado también, se acercó más hasta estar en la misma habitación pero lejos de aquel rubio que tenía su vista posada en la mochila negra desgastada. Esa que Hyunjin le regaló en su cumpleaños número veintiséis.

—Respóndeme.

—Simplemente me enamore de otra persona—su corazón tembló al escuchar esas palabras que ya había oído antes.

Gone AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora