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Vio como Steve se levantaba y se quitaba la única prenda que lo cubría. Se mordió su labio inferior observando el glande, que era enorme y goteaba pre- semen, se veía tan apetitoso, se moría por seguir y que terminara dentro de él.

Se recostó en su pequeño cuerpo, sin dejar caer todo su peso, sólo por encima.

— Gracias por permitirme ser el primero - Mencionó tomando su miembro para encaminarlo a la entrada del genio.— Aunque me importa más ser el último mi amor.

Este sonrío asintiendo y esa sonrisa le sonó a promesa, pues eso esperaba, quedarse con su Tony, que nadie se lo arrebatara.

Levantó las piernas del Omega para que fuera más sencilla la tarea de entrar en él. Las puso sobre sus hombros y su miembro fue entrando lenta y tortuosamente para ambos. Tony arqueo su espalda, en un placer absoluto, amaba la manera en la que Steve tomaba sus caderas y lo penetraba con lentitud.

Poco a poco fue adentrándose hasta que sintió las bolas del rubio topar, habían llegado hasta el fondo de su ser, su espalda aún arqueada, de sus labios salían gemidos complacidos, pero aun quería más.

Quería darle todo lo que pidiera, no quería despertar un día y encontrarse con la noticia de que lo había perdido, pues un Stark jamás se daba por vencido, estaba consciente de que en algún punto había un Tony Stark buscándolo, pues su miedo lo hacía imaginarse cosas absurdas.

Que estupidez, pensó, pues eso no iba a ocurrir.

Con eso en mente, comenzó a estabilizarse acariciando sus pectorales y abdomen, se veía tan musculoso tan varonil, era delicioso, su aroma a granos de café le fascinaba, se sentía con un toque a menta, era delicioso.

El omega desprendió sus feromonas a mil, llamándolo, el Alfa gruñó complacido, amaba el chocolate de Tony su aroma lo inundaba, olía completamente diferente, ya que el de su línea temporal olía a duraznos, un lindo aroma, pero este Tony le fascinaba, en todos los sentidos, su Omega lo llamaba, y el Alfa en su interior respondía a él, pues era suyo.

Continuó encima de su cuerpo, lamiendo a destajo, comenzando las estocadas escuchando el canto de un angel, sonaba cursi, pues para él, Tony era su angel, y sus gemidos eran el más dulce canto.

— Tan erótico, tan mío— Susurró hechizado

— Sólo tuyo Stevie... ¡Sí!— La última palabra la gritó, no pudo evitarlo, pues lamía con gula su glándula Omega, sin tocar su miembro, sólo embistiendolo, lo hacía sentir en el cielo.

Pasando los minutos, poco a poco aceleró el ritmo, sin ser del todo rápido, pues al principio las estocadas eran demasiado lentas. Esta vez eran con un ritmo moderado, aún demasiado lentas para ambos, pero ninguno quería acelerar las cosas, al menos ésta vez.

Las estocadas continuaron hasta que dio a su punto dulce, el Omega se arqueo por completo gimiendo, claro que no tan fuerte como minutos antes que sus labios tuvieron que ser tapados, pues el departamento del rubio era pequeño, contaba con insonorización, cada departamento lo hacía ya que era una buena zona, pero aún así por si las dudas lo hizo. Le había encantado tocar sus labios con sus manos pues se veía tan delicioso y sumiso,tan manejable.

Tony sonrió escuchando sus pensamientos, eran destinados, no había ninguna duda, su lazo era fuerte ya que aún no había marca de pormedio, con eso en mente terminó en el abdomen del rubio, que hechizado lo volteó, poniéndolo en cuatro para él,para su Alfa.

— Mío— Gruñó el rubio, el castaño sólo se dejaba hacer, asintiendo a sus palabras, pues no podía formular ninguna, sólo asentir y seguir mostrándose complacido.

A los minutos ambos terminaron dejándose caer, exhaustos. Querían más, era obvio, decidieron por el momento no continuar, pues el Omega se veía muy cansado. El rubio los limpió a ambos dejando caricias leves y besos tiernos donde pasaba un paño humedo. Le dio agua, el Omega bebió y se quedó dormido unos minutos.

Media hora después despertó, se ducharon por separado, pues irían a hablar con Howard, era necesario quitarse el aroma del otro.

Se encaminaron a la mansión Stark, entraron con normalidad, María se encontraba en la sala informándoles que Howard estaba en su despacho.

— Acaba de llegarle un pendiente, dijo que no tardaría— Sonrió observando como entraban, pues aunque quisieran ocultarlo el aroma de ambos se encontraba mezclado, levemente pero lo hacía.

Lamentablemente para un padre y una madre el aroma de su cachorro era más fuerte, cualquier persona no lo hubiera notado, pues se habían duchado separados.

Howard iba saliendo de su oficina cuando los vio caminar hacia él, notó el aroma y suspiró, tarde o temprano tenía que pasar, su hijo Omega ya era un adulto y eran destinados, nunca lo admitiría pero agradecía que Steve fuera su Alfa.

💛🌙💛🌙

810 palabras de lectura!!

Ya me andan funando en los comentarios por cortar en la mejor parte
Jajajaja sé que tardo mucho en responder comentarios pero si los leo.

Mañana siguiente capítulo
Ya casi llegamos al final😘

Vuelve (Stony-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora