Capitulo 2: La oscuridad

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–¡ES TU CULPA!– le grite mientras lloraba en mi cama –se supone que era mi cumpleaños, un día para mí–

–Sarv enserio lo siento– dijo tratando de calmarme

–no y vete– no lo mire, estaba profundamente triste, mi corazón estaba roto junto mis ilusiones –no quiero volver a verte–

–mira no es mi culpa que

–Principe sus padres están apunto de llegar– dice interrumpiendo

Solo escuché sus pasos alejándose mientras me cerraban la puerta.

–tranquilo, déjala un rato a solas– escuché que le decía –ahora no es buen momento para que peleen– su voz se alejaba así como los pasos en las escaleras.

Desde ese día me sumergí en un profundo abismo, salía solo para comer y bañarme pero ya no para verlo fue tanto que se dieron cuenta que algo no anda bien conmigo ya que me vieron como si la vida se me hubiera ido.

Ya había pasado 6 meses de eso y seguía sumergida en la oscuridad.

–¿Sarvente?– pregunto entrando a mi cuarto, la luz del exterior hizo que tal vez me viera –vine a jugar– encendió la luz para darse cuenta de lo que me había pasado

–dejame en paz– dije sin ganas cuando sentí como me abrazo por la espada, estaba llorando

–Sarv, mírame y dime qué sigues ahí– se puso frente mío y me tomo del rostro preocupado

–si, creo– lo mire a los ojos y mostraba total preocupación, supe que algo no estaba bien, mire mis manos de estás salía un tipo de aura oscura, me asuste –¿¡Que esto!?, Quitamelo–

Me levanté y todo mi cuerpo estaba en la misma situación, sacudía como si eso fuera a quitarlo

–tranquila– me tomo de las manos –mirame a los ojos y respira hondo– trataba de hacerlo pero estaba muy asustada

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–vamos tu puedes– le dije antes de irme de su salón

–gracias y yo se que tú también– me detuve en la puerta, fuimos de los primeros en llegar así que no había muchos alumnos, me volteo a verla es tan hermosa.

–suerte– y me fui del salón rápidamente

"¿Suerte? Pero que demonios conmigo" pensé mientras camino al segundo piso "primero le digo amor y ahora soy muy frío de seguro debe odiarme"

Llegué a mi salón, rápidamente tome uno de los asientos de enmedio y puse mi cara en el escritorio me sentía como un imbécil.

–¿estás bien?– pregunto una voz femenina, alce mi cara y era una chica alta de cabello largo color negro y ojos morados los cuales eran lo único que resalta entre todo su conjunto de ropa negra, está se sentó a un lado mío.

–si– respondí sin ganas

–¿Estás seguro? Porque se dónde queda enfermería–

–gracias pero no es eso– dije sin mirarla

–¿Es alguna chica?– pregunto a lo que voltee rápido –disculpa, no debí entrometerme– se sienta bien mirando al pizarrón.

–solo dime algo, que puedo hacer para declararme–

–bueno algunas chicas les gusta que sean directos y otras que sea más detallistas– dice con una sonrisa –podrías probar con un poco de ambas o

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