Capítulo 4.

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Se encontraba agazapado y listo para atacar. No quería hacerle daño a aquel chico que parecía indefenso; pero sus instintos ya no eran los mismos, habían cambiado de forma radical. Lo único que movía su fortaleza era su ansia de supervivencia. Algo en el fondo, muy en el fondo de su pecho le decía que se detuviera o lamentaría las consecuencias; pero su nueva y descomunal fuerza podía más que él...

Jimin, sentado en el frío suelo y agarrado a los duros barrotes de la jaula, lloraba desconsoladamente. Había cometido un gran error, el más grande de su vida, y que sin dudas cargaría siempre sobre sus hombros.

Ajeno a todo lo que ocurría frente a él continuó llorando sin cesar mientras las lágrimas comenzaban a acumularse frente a su regazo.

El nuevo Jungkook, era más fuerte y se había apoderado de su cuerpo con las mismas intenciones que había tenido hacía unos minutos, matar a todo el que se le acercara.

Hasta que un suave impacto le hizo dirigir su furiosa mirada hacia su pecho en el que dos dardos, que él sabía perfectamente para que eran, se habían incrustado en la dura musculatura de esa zona y el sueño lo volvió a vencer callendo al suelo lo que provocó un estruendo.

Jimin levantó rápidamente el rostro en ese instante y se horrorizó al verlo con los tranquilizantes en su pecho.

Se levantó ofuscado y miró con odio a la persona que le había echo aquello a su Jungkook.

-¿¡Qué te pasa!?- bramó al golpear con fuerza el pecho contrario- ¿¡porqué le has hecho eso!?

-Jimin, se había despertado e iba a atacarte, solo lo he impedido.

Desorientado miró a Jungkook que yacía en el suelo con la respiración acompasada y los ojos cerrados, se veía tan lindo y tierno a pesar de su gran tamaño. El reflexionó, el pelinegro no sería capaz de hacerle algo malo.

-Él no es así, nunca me haría daño- frunció el seño y apretó sus labios, no quería llorar, cada vez que los recuerdos llegaban a su mente también se alojaban como un nudo en su garganta.

-Tienes que entender que esa persona que ves ahí- lo señaló con un dedo- ya no es la misma que conocías hace media hora atrás, es peligroso, y por lo que le hizo al supervisor sabemos que es capaz de matar.

El chico de cabellos morados bajó la cabeza y observó el suelo, una lágrima traicionera rodó cuesta abajo por sus sonrojados pómulos. Aquel hombre tenía razón, su azabache ya no era el mismo en ninguno de los aspectos que lo caracterizaban. Ese pensamiento hizo que su corazón doliera todavía más. Aunque pareciera imposible de creer, el dolor, la culpabilidad, la ira y la rabia para con el mismo lo tenían destrozado y con ganas de morir.

Secó su rostro con su mano derecha y mirando a la persona que tenía al frente se interesó por el estado de salud del supervisor.

-¿Cómo está Xin Long?

-Destrozado, herido, furioso. Perder la visión es algo que no se merece nadie. Es muy duro saber que por algo así ya no va a poder disfrutar de los hermosos amaneceres y atardeceres, no va a poder ejercer su trabajo y se le van a dificultar muchas cosas con las que antes estaba familiarizado.

-Lo entiendo, es muy duro por lo que está pasando, solo espero que se mejore pronto.

-Eso esperamos todos- hizo una pausa y observó nuevamente a Jungkook dormido en el suelo, él sabia que el tranquilizante no le iba a durar mucho- Jimin, es mejor que salgas de aquí, no puedes estar solo con él. Vamos a montar guardias en la puerta por si ocurre un percance, es mejor que vallas a descansar, no ha sido una mañana muy fácil.

Mutación [Libro1. Saga Agente Biológico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora