𝐻𝑒𝑙𝑙𝑖𝑠ℎ 𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ | 𝒟ℯ𝓇ℯ𝓀 ℋ𝒶𝓁ℯ

04

-HELLISH WITCH-

"𝑠𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑑𝑎𝑑𝑑𝑦"

rosalyn

Ya habían pasado tres semanas desde que habíamos derrotado al darach.

Varias cosas habían pasado en el pueblo. Derek decidió llevar a Cora a Sudamérica, donde ella se encontraba después de lo sucedido con el incendio en la casa Hale. Fui a despedirme de la mujer loba, diciéndole que me escribiera como iba todo, y así poder mantenernos en contacto. La pelirroja no lo iba a admitir, pero quería mantenerse en contacto por Derek.

Los chicos del sacrificio, Stiles, Scott y Allison; estaban sin duda pasando por lo que Deaton les había asegurado de los efectos secundarios.

Había una parte que el veterinario y yo no le habíamos contado a los chicos. Sabíamos que el ritual no solo les daría efectos secundarios a ellos. Si no que a mi también, con el tiempo esto se iba a ir empeorando. Así que si había una solución para todos, debíamos encontrarla y rápido.

Lydia había llegado de la escuela hoy y me había contado lo que pasaba con los chicos. Nos estaba pasando lo mismo a los 4, alucinaciones, parálisis del sueño.

Me encontraba en mi habitación, no había podido dormir bien, me sentía extraña, las manos me hormigueaban, no tenia buen control de mi magia. Definitivamente tendría que ir a hablar con Deaton.

Ya estaba lista para bajar a la sala cuando tocan la puerta de mi habitación. -Pasa. -dije, ya sabia que se trataba de mi hermana, pude escucharla desde antes de que subiera las escaleras. Podía escuchar a mamá en la cocina.

-Ross, estoy por ir de compras con Allison, ¿quieres venir con nosotras? -por mas que yo no le haya comentado nada a mi hermana de como me encontraba, sabia que ella debía sospechar.

Nos conocíamos como anillo al dedo. Desde pequeñas siempre nos preocupábamos la una por la otra, porque si no lo hacíamos nosotras ¿Quién más lo iba a hacer?, mamá y papá se habían separado cuando yo tenia mas o menos unos diez años, Lydia tan solo tenia cuatro.

Así que como era la segunda persona mas grande de la casa me tocaba ser la que se mantenía fuerte cuando mamá se venia abajo. Solía escucharla por las noches llorar, creyendo que nadie la escuchaba, pero yo siempre la oía. Así que desde ese día me dije a mi misma que no iba a permitir que nadie mas le haga daño a mi familia, no mientras yo este ahí para evitarlo.

-Bueno Lyds, si puedes a la vuelta me dejas en lo de Deaton. -no tenia nada mas que hacer así que ¿Por qué no ir a gastar un poco de dinero en ropa?. Podría despejarme un poco de toda la situación que nos rodea. Y definitivamente tendría que comprarme un auto. Estos días estuve utilizando el de Lydia, así no la molestaría mas.

Agarré mi bolso con mi teléfono para después bajar las escaleras hasta la cocina donde se encontraba mi madre. Ella estaba con su computadora sentada en la isla de la cocina, al escucharme levanto la vista y me dedico una sonrisa.

Tome asiento en frente suyo mientras la observaba con una sonrisa picara. -Y mamá... ¿Algo para contarme? -volvió a dirigirme la mirada esta vez con el seño fruncido. -¿Tienes alguna conquista por ahí? Algún sugar daddy que este besándote los pies por un poco de atención... -pude notar como se sonrojaba al mismo tiempo que su corazón se aceleraba. -Cuente, desembuche, quiero saber el chisme.