Día 22 [De mudanza]
Draco y Luna***
La caja que contiene las pequeñas bailarinas de cristal que su madre le regaló cuando era niño, se tambalea peligrosamente en el aire, provocando un ruido alarmante que tiene a Draco con los nervios de punta.
Harry le había dicho que debía tener paciencia con la extrovertida personalidad de Luna Lovegood, pero Draco la está teniendo cada vez más difícil.
Él sabe que ella jamás haría algo con mala intención y que en realidad sólo quiere colaborar con la mudanza, ya que Harry y sus dos amigos están reparando cualquier daño que haya quedado en la antigua casa, pero se le hace imposible no estremecerse de mala manera cada que la rubia salta de un lado a otro en el primer piso de la nueva casa, cantando en un idioma extraño mientras hace levitar desordenadamente cajas y cajas llenas de objetos valiosos para Draco.
Maldita Pansy, maldito Theo. Malditos. ¿Cómo es que no quisieron ayudarlo en la mudanza? ¿Dejándole a merced de Lovegood, quien parece vivir en las nubes? Oh, que ni crean que él les invitará al té en esta casa. ¡Jamás!
Crack.
Draco se detiene en su sitio, sintiendo sus músculos tensarse. Cierra los ojos y reza a cualquier divinidad que lo que sea que se haya quebrado, que al menos no sean sus bailarinas o la bola de nieve de vidrio que el mismo Harry construyó, con una réplica de ellos juntos, recordando a su primera cita bajo los copos de nieve de una navidad ya lejana.
No quiere gritar, mucho menos quiere discutir con Lovegood, quien es una de las amigas más queridas de Harry. Pero es que hoy ha sido un día tan pesado para Draco, que en verdad está en pie por pura voluntad.
Incorporándose lentamente, Draco gira la cabeza, preparándose para lo peor. No espera encontrarse a Lovegood con una mirada pensativa hacia el suelo, con cajas levitando a su alrededor.
— ¿Lovegood? —llama Draco después de comprobar que sus cajas están intactas— ¿Qué pasó? —se acerca a ella, mirando al suelo también, encontrándose con un frasco mediano ya destruido, con polvo brillante a su alrededor y un objeto azul en forma de mariposa en el centro. Los fragmentos de vidrio esparcidos hacen que Draco levante la vista rápidamente, tomando las manos de Lovegood en busca de alguna herida— ¿Estás bien?
Luna levanta la vista también, pero es como si estuviera despertando de un sueño, ya que sus ojos parecen aclararse mientras parpadea con rapidez.
—Oh... —su voz es tan baja, tan perdida. Draco hace una mueca— No te preocupes, Draco. Estoy bien.
Draco revisa nuevamente las manos de Lovegood y las deja caer cuando se cerciora de que están bien. Mirando nuevamente a la chica, Draco inclina la cabeza hacia un lado, observando con curiosidad cómo Lovegood desvía la mirada y su pequeña nariz se frunce.
Oh no... Va a llorar.
—Lovegood —Draco habla en voz baja también—, ¿qué era esto? —señala al suelo— ¿Es muy importante? Puedo repararlo de inmediato, ¿sabes? Incluso tú puedes hacerlo.
Lovegood le mira con atención, como si apenas se diera cuenta de su presencia.
—Aunque la magia es magia, tú sabes que un simple reparo no devolverá a las cosas a su estado natural, ¿no? —pregunta, sonriendo con pesar— No será lo mismo.
—Bueno, sí, pero-
—Lo mismo pasaría con tus bailarinas y tu bola de nieve. Sin importar que se arreglen con un reparo, la intención original de quien nos dio el regalo quedará en los fragmentos quebrados, y sólo será un recuerdo que ya no podremos tener al alcance físico.
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♡ Flufftober ♡ [ HP Fictober 2021 ]
Fanfic31 días llenos de amor y fluff Disclaimer Los personajes, lugares y hechizos son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la realización y publicación de esta historia. créditos del dibuj...