COMENTARIO ESTRELLA (26/10/2021): Maaddie_69 Esta aplicando la indiferencia con ella para ver si se interesa por el. ¡Quiero más!.
Capítulo 30| El bueno y el malo.
Luego de mis épocas de rebeldía y autodestrucción, las suelas de mis zapatos no habían vuelto a tocar la afelpada alfombra de la oficina del director. Y a tres meses de terminar las clases, no creí que aquello sucediera hasta que mi nombre brotó de manera chillona por las altavoces. No voy a mentirles, no me asuste... me aterré.
Tener una mancha en mi expediente a horas contadas de largarme de aquí, no era de mi interes. Suficiente me había sacrificado para que toda mi mala conducta quedara archivada y en el olvido. Lo peor es que no tenía ni la más mínima idea de a que se podía deber el llamado. No obstante, tampoco tenía ganas de averiguarlo.
—Señorita Foster, el director ya está listo para recibirla.
Le sonreí por simple educación a la anciana responsable de mi llamado con voz chillona y me puse de pie al instante. Como dicen: Al mal paso, darle prisa.
El olor a incienso de vainilla invadió mis fosas nasales, retuve una arcada.
—Señorita Foster, ya hasta pensábamos que no iba a venir —comentó con altanería el director Vargas.
Un saco de color marrón descansaba en el perchero a un lado de la puerta. Papeles estaban esparcidos por su escritorio y un pequeño mueble pegado contra la pared, y algunos objetos de decoración, que en mi opinión eran totalmente necesarios, hacían parecer que el despacho estaba ordenado. Pero si se prestaba atención a los detalles, podría asegurar que las personas de limpieza no entraban a limpiar jamás en su vida ese lugar.
El hombre, absorto en los papeles bajo sus manos, habló sin mirarme: —Quería comentarle que luego de vacaciones tendremos la actuación de el club de teatro. La obra es un poco urbana. Trata de delincuentes, sexo, droga y todas esas cosas. Así que queremos decorar la sala con grafitis sobre la concientización de lo que puede ocasionar el no estudiar o un embarazo temprano —elevó su mirada y me observó con seriedad —. Será la encargada de crear los bocetos para que los alumnos realicen el trabajo.
Sequé la palma de mis manos en las piernas del pantalón de pana gris.
—Disculpe, director. Pero no estoy interesada.
No tenía tiempo. En tres semanas se abrirían las inscripciones para la escuela de pintura y necesitaba estar concentrada en la temática que pedirían. Cada año solicitaban diez bocetos para la evaluación de ingreso. Ojalá se tratara solo de pagar una cuota, pero aquí deberías ganarte ingresar con tu trabajo duro. Una vez había aceptado crear los bocetos para el baile de graduación, cuando tuve que hacer buena letra para que se olvidaran de mis travesuras. Sin embargo, no tenía razón para ceder ante tal petición esta vez.
—Es una oportunidad para mejorar su notas.
Reí sin poder evitarlo.
—Está confundido, mis notas son de las mejores.
—Tiene tres materias bajas, Foster. Su rendimiento ha decaído de manera abismal en los últimos meses. No sé qué le está sucediendo, pero ha sido una alumna ejemplar en los últimos cuatro años. Por lo que hemos decidido darle una oportunidad de ganar notas extras realizando los bocetos.
He leído muchas veces la frase me cayó como un balde de agua helada, y siendo sincera, no comprendía mucho aquello, hasta ese instante. Tenía planeado todo para comenzar mi vida, y ahora me estaban informando de una manera muy poco profesional, que todos mis esfuerzos se estaban yendo por un caño. Estaba arrinconada. Por un lado mis notas habían bajado gracias a las reuniones de consejos, casi y no me quedaba tiempo para nada, hasta había dejado de ir a hacer skate los fines de semana. Pero si no trabajaba con esos inútiles no habría conseguido gran parte del dinero que necesitaba, y ahora que esa parte estaba bastante solucionada, corría el riesgo de tener que recursar o realizar exámenes en las vacaciones, lo que si me dejaría sin nada de tiempo para los bocetos o quizás hasta sin la oportunidad de poder inscribirme.
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La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICO
Teen FictionAshton Carter es el cliché personificado. Un sexy chico popular, que juega a todas esas mierdas de deportes, está más bueno que comer pollo con la mano y podría derretir la antártida si se lo propusiera. O al menos eso comentan, porqué en realidad e...