Al día siguiente el Alfa lo esperaba con una Rosa roja, al verlo la tendió poniéndose de pie, el Omega se sonrojó, había tenido novios anteriormente, la mayoría patanes de hecho, esta sería una nueva oportunidad.
Y para Steve sería otra oportunidad...
Un rubio dormía plácidamente cuando de pronto despertó de golpe.
— ¡Maldita sea!— De nuevo el mismo sueño que lo atormentaba cada noche y que no era real.
Odiaba despertar sin él, sin su lindo castaño platinado y ojos Zafiro.
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Howard iba saliendo de su oficina cuando los vio caminar hacia él, notó el aroma y suspiró, tarde o temprano tenía he pasar, su hijo Omega ya era un adulto y eran destinados, pues era obvio, nunca lo admitiría pero agradecía que Steve fuera su Alfa.
— Buenas tardes Howard quisiera hablar contigo— Quería mostrarse decidido y lo lograba, pero aún así no podía evitar sentirse nervioso.
— Pasen— Los tres entraron, al tomar asiento el Alfa mayor pidió que comenzara.
— Ya sabes que él es mi Omega y yo soy su Alfa— Asintió— Quería pedir tu permiso para hacerlo oficialmente.
— ¿Comenzarán con el cortejo? — Preguntó con el ceño fruncido
— Ya acepté ser su Omega papá— Este no se sorprendió, pues habían tenido casi dos años para acelerar las cosas, que no hicieron del todo y agradecía.
— ¿Piensan casarse?— Volvió a preguntar sin quitar la expresión de su rostro
— Le pedí matrimonio Howard, aceptó, por eso mismo venimos a hablar contigo. — Su padre aceptó con resignación, sabiendo que si se negaba nunca volvería a ver a su cachorro.
— Adelante, sólo antes de hacerme abuelo casense.
El Omega asintió contento, al fin podría estar con Steve.
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Un mes después el Omega se acababa de mudar donde el rubio, ya estaban planeando todo, en tres meses más sería la boda, sabían que era muy rápido, aún así era el tiempo perfecto para planear una boda.
Las noches ya no se sentirían tan frías, pues a partir de esa noche el castaño dormiría con su prometido, salió de la ducha con una bata corta de satín. El rubio se acercó a él para besarlo, su aroma era más fuerte.
— Tu aroma es más potente mi vida, tu celo se acerca, ¿Cierto?.— El Omega asintió
— S-si Alfa— Le sonrió mientras desplegaba sus feromonas de golpe, el otro gruñó.
— No hagas eso bebé— Mencionó mientras tomaba los glúteos del genio amazandolos a su antojo.
— Mañana o pasado mañana empieza, me quedaré a trabajar.
El rubio asintió — No te dejaré salir mi amor, me quedaré contigo
El otro lo observó con un puchero — Hazme tuyo Stevie, me siento muy sensible.
Acató la orden, quitando la bata de su Omega, el deber lo llamaba y no podía estar más felíz, con ello.
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Meses después...
El gran patio de la mansión Stark se encontraba listo para recibir al Omega de la familia. Este sonreía de camino al altar del brazo de su padre, cuanto le había costado llegar a este punto pero al fin, Steve sería suyo, no podía estar más feliz al respecto.
Se juraron amor eterno, pues se amaban con locura, estaban completamente seguros de que se mantendrían al lado del otro o buscarían la manera siempre.
— Los declaro Alfa y Omega enlazados, Alfa Steven puede besar a su Omega
Al momento de acercarse con una sonrisa el mencionado le susurró al oído, sólo él podía escuchar
— Llévame contigo Stevie— Este asintió decidido acercándose a sus labios plantandole un tierno beso
En la audiencia se encontraba un Bucky Barnes ya mayor, aplaudía con el beso como el resto, le platicaron todo lo ocurrido, le dio gusto ver a Steve, aunque técnicamente él no era su amigo. Aún así no pudo evitar sentirse feliz por él.
Al anochecer los invitados formaron una valla para despedir a los novios. María besó y abrazó a su cachorro, se sentía tan feliz y orgullosa de su pequeño.
—Te veo en unas semanas mi niño—Le asintió a su mamá, se despidieron y partieron rumbo a la casa de Malibú de los Stark. Ahí pasarían un par de semanas, ya que el celo del omega se encontraba próximo, aprovecharían para enlazarse.
Todo había salido según lo planeado, en el camino no dejaban de besarse, al fin, nada podría separarlos.
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Mientras tanto en un lugar muy alejado un castaño con canas en sus cabellos sonreía.
— Te encontré, Beloved.
Prepararía todo para en unos días ir por su Steve, esta vez, nadie podría separarlos.
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700 palabras de lectura
Lamento la demora pero ayer no puede editarlo y aún le faltaban algunas cosas Gracias por leer, el lunes subo capítulo 😘😘😘😘
