Jungkook sentía que su vida se había acabado, se sentía muerto en vida, se sentía roto. Y es que no tener la movilidad de la mitad de su cuerpo, no era cosa fácil para este chico de 24 años...
☦︎ 𝗸𝗼𝗼𝗸𝗴𝗶
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Jungkook recuerda ese día con rencor, con odio, el día en el que su vida dio un giro inesperado, jamás se imagino que terminaría postrado en aquella silla de ruedas.
Jungkook llevaba un año en una silla que le impedía realizar muchas cosas en su vida diaria, sin sentir la mitad de su cuerpo y para él, era una completa tortura, Jeon hubiera preferido morir a estar así y ¿Cómo término así?
Después de encontrar a su ex teniendo sexo con su mejor amigo, salió deprisa del lugar donde vivía con el que pensaba que era el amor de su vida. Manejar a una velocidad extrema siempre ha sido un riesgo, pero Jeon estaba tan enojado que no tenía cabeza para pensar en lo que estaba haciendo, mucho menos para ver ese auto que se estrelló con el suyo con fuerza, así causando lo que era ahora; una carga.
- Jungkook, la persona que se encargará de ti ha llegado, por favor se respetuoso. - él no se movió de su lugar, tampoco respondió nada, ya estaba harto de que sus padres consiguieran personas para que se hicieran cargo de él, al final, todos se terminaban yendo.
Finalmente un chico bajito, de ojos gatunos y de piel completamente pálida se paró enfrente de él, debía admitir que era un chico lindo.
- Buenos días joven Jeon, yo seré quien se encargue de usted de ahora en adelante, estoy a su disposición - hizo una reverencia.
Jungkook solo asintió para dar vuelta en su silla de ruedas y dejar a su madre y a aquel chico del cual no se dio el tiempo de conocer su nombre, solos.
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