TW:
Sexo explícito
No uso de barreras de látex
No uso de dedales de látexLa espera es tortuosa cada día, y cada vez empeora más y más. Todos los sábados tengo que regresar a casa después de una larga jornada de trabajo en el que me siento exhausta y vacía, como si me faltara algo para darle "pasión" a mi vida, o quizás simplemente son ideas mías y el agotamiento me hace pensar que mi vida es estresante, y esperar el muy lento transporte público solo está haciendo que quiera golpearme la cabeza aquí mismo.
De camino a casa logro ver un lindo bar que no había notado que existía, quizás sea porque siempre que paso estoy ensimismada en mis pensamientos en cuánto anhelo llegar a una cama a dormir. LLevando en mi mente la misma idea de que mi vida es patética y necesito algo de "color" o "pasión", me bajo del transporte público me dirijo al lindo bar a encontrar algo de experiencia, sin importar que aún lleve la ropa de trabajo.
Trabajo como secretaria en un banco, y por tanto mi ropa es formal, pero me aseguro de darle mi toque a la ropa antes de entrar, por eso me subo la falda de modo que llegue a mitad de mis gruesos muslos y me desabrocho la camisa dejando a la vista mi escote.
Al entrar no puedo evitar los nervios de estar aquí, de hacer algo que cotidianamente no haría, y para ser honesta, se siente bien, muy muy bien.
Me recuesto en la barra y echo una mirada a mi alrededor, quizás buscando a alguien que quiera pasar una buena noche de sexo... en serio que necesito una buena cogida. A simple vista veo a dos hombres en una mesa mirando para mi dirección con deseo, y ninguna mujer, es una lástima porque mi corazón y vulva solo palpita para mujeres.
Decido seguir detallando el lugar observando disimuladamente cuando mi mirada se encuentra con una - a decir verdad - ardiente. Sus ojos cafés, su cabello rubio oscuro y su piel trigueña siemplemente me enloqueció, es absolutamente hermosa. Sin perder mi tiempo, me retiré de la barra y camine en su dirección, rezando a que le gustaran las mujeres.
-¿Está ocupado? - le preguntó apenas me ubiqué a su lado, dandole una sonrisa cómplice.
- Mmm eso depende - su respuesta me desubicó un poco.
-¿Depende de qué?
- De si quieres sentarte a mi lado - hace señas para que baje mi cabeza a la altura de su boca y lo hago - o si quieres sentarte en mí - dijo con un tono sugerente con sus carnosos labios rozando mi oreja, haciendo que el vello de mi nuca se erice.
Le dediqué una sonrisa cómplice mientras me acerqué a su oreja del mismo modo que ella a mí - pues eso depende de lo dispuesta que estés- y me alejé rápidamente para ver su reacción. Ella me dedicó una mirada obscena, y ya estaba mojada por ella.
- Acompañame al baño, y lo descubrirás - y se levantó sin más.
La seguí directo al baño, y no pude evitar mirar sus lindas nalgas, solo me imaginaba tocandolas y manoseandolas al mismo tiempos que sus pezones en sus hermosos senos. Mi vagina estaba definitivamente completamente empapada.
Cuando llegamos al baño, le puso seguro a la puerta y yo no perdí el tiempo. Me avalancé a sus labios saboreandolos, deleitandome en ellos. Un beso voráz con hambre y deseo.
Poco a poco sus manos comenzaron a bajar por mis nalgas y a tocas mis senos por encima de mi escote, haciendo que necesitara más, que deseara más. Luego, sentí dos dedo por encima de mis bragas en la zona de mi vulva donde estaba el clitoris, y aunque no estaba tocando mi piel directamente y solo ejercía presión, estaba sintiendo maravillas. Deseosa empecé a menear mis caderas bajo esa presión mientras la besaba, y sin poder evitarlo, saque solo un seno de su escote y me dispuse a succionarlo, y a darle pequeños mordiscos a su pezo y aureola provocandole pequeños gemidos.
- Oh mierda, eso se siente tan pero tan bien- dijo y sus dedos se colaron por debajo de mis bragas ahora sí tocando mi carnosa piel - y estás tan mojada - sus dedos comenzaron a introducirse dentro de mí y no pude evitar gemir.
Ella movia sus dedos rapidamente dentro de mí, mientras yo no dejaba de chupar su seno. Pero ambas tuvimos que detenernos cuando un golpe y una maldición sonó fuerte. Olvidabamos que estabamos en un club.
- Yo no sé tú, pero yo no estoy dispuesta a irme sin follarte - me dijo besando mi oreja y moviendo sus húmedos labios a mi cuello mientras yo suspiraba.
- Yo tampoco lo estoy - respondí mientras sentía como seguia besandome y bajando por mi pecho.
***
Salimos del club toqueteandonos, y nos manoseamos un poco dentro del taxi pero discretamente.
LLegamos a mi casa, y apenas cruzamos la puerta renaduamos por donde lo habiamos dejado. Nuestros besos eran húmedos, necesitados, bestiales, era deseo puro. La desnudé rápidamente y ella a mí mientras nos arrojabamos ambas a la cama. Ya sin ropa ella encima de mí se detuvo para observar mis senos y yo no pude evitar admirarla.
Me sonrió y comenzó a descender con besos, llegó a mi ombligo y luego a mi monte de venus (ese montículo que está encima del hueso pubis), besando directamente ahí sacandome un suspiro, pero no se detuvo y siguió bajando hasta besar en mis labios vaginales logrando una oleada de placer en mí. Lo siguiente que sentí fueran sensaciones deslumbrantes mientras ella pasaba su lengua arriba y abajo en mi clitoris, luego succiono y siguió moviendola en forma redondeada más intensamente, hasta que tuve mi orgasmo y ella comenzó a lamber como si fuera helado.
Decidí devolverle el placer, así que me giré en mi eje quedando ahora encima de ella. Extendí sus piernas flexionadas hacía arriba, de modo que sus rodillas tocaban sus pechos y yo pudiera apreciar su hermosa vulva.
Su vulva rosada, hinchada y hermosa.
Escupí de modo que la saliva cayera en ese punto: el glande del clítoris. Quería moverme sobre ella tan rápido como la ví: sus rizos estaban regados por su cara, sus pupilas dilatadas y sus mejillas sonrosadas. Es jodidamente hermosa. Sus pechos de porcelana estaban excitados y picudos, y las inmensas ganas de chuparlos de nuevo me invadieron, pero no más que las mías de chocar mi vulva con la de ella.
La choque con un poco de presión, suficiente para que ella lanzara un ligero gemido y se escuchara el sonido de nuestros fluidos moviendose.
Estaba desnuda encima de ella moviéndome lentamente, frotando mi vagina contra su clítoris también desnudo. Estábamos empapadas de sudor y también exhaustas, pero el deseo sexual entre ambas era tan amplio que simplemente no podíamos parar. Mis jadeos y peticiones sonaban en mi habitación, así como los gemidos de ella.
Sentía mis labios vaginales frotarse lenta y tortuosamente con su linda e hinchada vulva, mientras tenía mis piernas abiertas en la posición que nos permitía besarnos y manosearnos como si no hubiera mañana.
Mientras me movía cabalgando, sentí la necesidad de hacerlo más rápido, así que lo hice. Aceleré mis movimientos, adelante y hacia atrás, contenta y extasiada con la fricción. Seguí de este modo, extasiada con el sonidos de los fluidos chocando combinado con sus gemidos y los mios.
Seguimos así hasta que quedamos completamente agotadas.
***
A la mañana siguiente me despierto primero, y la miro a mi lado: completamente hermosa. Sus senos estaban siendo tocados por el sol y su pierna estaba enganchada a la mía, así que me dediqué a observarla, y quizás de alguna forma se dio cuenta porque se despertó con una sonrisa que hinchó mi corazón y palpitó mi deseo hacía ella, así que le respondí a la sonrisa.
Ella debió haber sentido lo mismo que yo porque se subió encima de mí frotando su vagina en mi abdomen aprovechando que aun estabamos desnudas. Tomé sus caderas y la fui desplazando hacia mi vagina arrancandole gemidos por la fricción con mi abdomen.
- Ni siquiera sé tu nombre - le dije entre jadeos. Me sonrió de vuelta mientras aumentaba sus movimientos ahora en circulos
- Quedemos con que soy una extraña, que quizás te de su número para cuando quiera otra noche de sexo intenso.
- Quedemonos con que eres una extraña - le sonreí antes de gemir y tomar sus caderas para aumentar el ritmo.
***
ESTÁS LEYENDO
Geranium©
Acak[+18] #RELATOS ERÓTICOS Sí, es una portada inocente para para disimular esos relatos no tan inocentes.