Capitulo 25|Maldito, ¡Maldito!

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Abro los ojos y parpadeo un par de veces, para ver mejor en donde estoy y porque la claridad de donde me encuentro me molesta.

¡Maldita luz!

Me intento sentar en lo que parece que es una cama y con todo el dolor, y el pesar de mi cuerpo, consigo sentarme.

¿¡Donde mierda estoy!?

— Despertastes.— Dice una voz  y cuando miro de donde proviene la voz, me doy cuenta de que es Izan.

— Supongo.— Contesto encogiendome de hombros.

— ¿Que te paso?— Pregunta y no parece muy feliz.

— Me golpearon tus amigas...— Le confieso.

Para que voy a mentir...

— Tu eras el proyecto.— Se dice el mismo, como si estuviera encajando piezas en su cabeza.— Tiene sentido...— Dice después de unos minutos de silencio.

— ¿Que proyecto?— Pregunto interesada, ya que a dicho que ese proyecto era yo.

— Las chicas comentaban que tenían que hacer un proyecto de golpes, algo raro, pero eso an dicho...— Explica.

— Vaya mierda proyecto.— Digo algo tosca.

— Supongo.

— ¿Donde estoy?— Pregunto.

— Mi casa.— Dice como si nada.

— Bien.

Ahora que lo dejamos me trae a si casa, ¿Esto es en serio?¿O son solo mis imaginaciones tontas? Lo que me estoy dando cuenta es de que el, es un imbecil.

— Cuando quieras, puedes irte.— Dice y hace el intento de salir, pero mi voz lo detiene.

— ¿Por que?— Pregunto, sabiendo muy bien que el, me entenderá.

— ¿Por que, que?— Me devuelve la pregunta sin mirarme a mi y mirando al pomo de la puerta que está sujetando con su mano.

— ¡Porque me dejaste y encima por móvil, imbecil!— Grito desesperada, porque el se está haciendo el tonto.

— Porque se me dio la gana.— Contesta fríamente, pero en sus ojos puedo ver algo de pena.

— Oh...— Digo algo impactada por si respuesta, pero rápidamente me repongo.— Me da igual que me dejes, porque no te quiero...— Digo sonriendo, sabiendo que voy a ser una cabrona hablándole.— Lo que me jode es haberle dado mi primera vez a un imbecil, como tu.— Sigo diciendo.— Pero bueno, son cosas que pasan, así que no me importa y como no te quiero ver, me iré de tu casita.— Le muestro una sonrisa fingida y con esfuerzo me levanto de la cama.

El sonrie, pero no una sonrisa de esas sinceras, no. Esta es una sonrisa con burla, con maldad y encima parece que el sepa algo, que yo no.

Es un desgraciado.

— Te he dejado por móvil, porque Ian Foster me obligó.— Revela sin dejar de sonreír y abro los ojos de golpe.

— Eso no es verdad.— Lo contradigo enfadada.

— Si, lo es.— Dice.— Yo quería dejarte delante de todos los estudiantes del instituto.— Dice y su sonrisa se hace más grande, cuando ve que mi mirada se a suavizado.— Quería humillarte, avergonzarte, hacer que dejarás el instituto...— Sigue diciendo, pero mis oídos se desconecta, hasta que empieza a hablar de un tema que capta mi atención y lo miro atentamente.— ...solo as sido una apuesta que hicimos, la cual, gane con creces.— Se rie.— Eso fuistes, estúpida.— Dice y siento como mis ojos comienzan a agúarse.

— Me voy.— Digo calzandome.

— Claro.— Dice.— Cuando quieras y por cierto... fuistes la peor de todas las apuesta que echo.— Vuelve a decir, soltando veneno por su sucia boca.

Pensaba que le haría daño yo... pues an dado la vuelta a la tortilla y a sido el, el que me a dañado.

Sin mirarlo a los ojos, me acerco y me pongo delante de su cuerpo y sin decir palabra alguna, estampó mis cinco deditos en su mejilla, la cual queda roja.

Salgo del cuarto sin dejarlo replicar y comienzo a buscar la salida en esta gran casa, al final la encuentro y salgo de esa maldita casa.

¡Te maldigo Izan Jones!

Comienzo a correr como una loca, sintiendo como mis ojos llueven y sintiendo la misma lluvia que a empezado a caer del cielo.

Cuando ya estoy a una cuadra de mi casa, corro más fuerte y rápido, hasta que un charco de agua y barro, hace que me caiga al suelo.

— Maldito, ¡Maldito!— Grito tirada en el suelo.

— No se quien será un maldito, pero tu estás tirada en el suelo y te estás manchando la ropa... como tu mami se entere.— Dice bromeando al final la voz de Ian Foster.

Lo miro mal y con todo el orgullo del mundo me levanto del suelo y comienzo a andar con el pisandome los talones.

La Chica De La Apuesta.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora