Capitulo 26|La vida es una mierda.

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Me siento...

Humillada

Decepcionada

Triste

Avergonzada (Por algo que yo no e hecho)

Enfadada (Conmigo) por ser tan ingenua y no ver lo que el me hacía.

Si, así es exactamente como me siento, pero sobre todo furiosa, ¿Por qué fui tan tonta e ingenua?¿Por qué no le plante cara, cuando me dejó por llamada?¿Por qué?

Hay tantas preguntas.. Como por ejemplo: ¿¡POR QUE FUI SU PUÑETERA APUESTA!? O está es mejor, ¿¡QUE MIERDA SE APOSTO!? ¿Mi primera vez? No creo... eso solo pasa en los libros y en las películas, pero igual... se a hecho realidad y el muy maldito se a apostado eso, aparte que después de esa noche el a cambiado. Tiene que ser eso.

— Preciosa, ¿Que te a pasado?— Pregunta un Ian preocupado.

— La vida es una mierda.— Le respondo. — Y te la pega cuando menos lo esperas...— Continuo hablando.

— ¿Por?¿Que te an hecho?— Pregunta.

— Destrozarme.— Contesto, volviendo a llorar.

— ¿Quien lo a hecho?— Vuelve a preguntar.

— Nadie.— Le respondo de manera borde y se que esta mal, pero no para de preguntar y aunque agradezco su preocupación ahora mismo no estoy para preguntas.

— Me voy.— Dice fríamente, levantándose del sofá en el que estamos sentados.

— Bien.— Respondo, aunque no quiero que se vaya.

Pero eso lo decide el sólito...

Comienza a caminar hacia la salida de mi casa, pero antes de que el pueda abrirl la puerta es abierta de golpe ni mas, ni menos que por mi queridisima madre.

— ¿En serio?— Pregunta riéndose, derrepente.

¿De que se rie?¿Va drogada? Porque no lo entiendo...

— Traes a chicos...— Continua diciendo.— ¿¡Quien te dijo que podías traer chicos!?— Grita asustandome a mi y a Ian, ya que el la tiene delante de sus narices.

La mami da miedito.

Ian sale rápidamente de la casa y mi madre cierra de un portazo, para luego mirarme mal.

— Ya lo decia tu padre...— Murmura derrepente y la miró curiosa.

¿Que decia mi padre?

— Siempre fuistes una cualquiera.- Dice y eso me hierve la sangre.— Traerte chicos a casa, cuando estas sola.— Me mira mal, como con desaprobación.

Lo que me faltaba.

— Si alguien no se fuera...— Atacó.— Además, solo son amigos.— Le digo con rintintin.

— Claro.— Se rie.— Con derecho.— Dice llendo a la cocina.

— Estate tranquila... que de momento mi queridisimo padre no tiene razón.— Digo con seguridad.

— Mira como as cambiado, ahora me contestas mal, pequeña puta.

— Se ve que te estás sentado mal salir demasiado de viaje.— Digo enfadada, pero controlandome.

Es mi madre...

Mañana viene mi pareja a vivir aquí y espero que te calles, lo respetes y lo trates como si fuera un rey, mocosa.— Dice.

Me voy sin decir nada y con toda la rabia, dolor y tristeza del mundo, me encierro en mi habitación.

Haber si consigo descansar algo...

♡♡♡

Cuando despierto dirijo mi mirada hacia la ventana y me doy cuenta de que ya es de noche, así que ni me levanto y me quedo hechada en la cama.

— La vida es una mierda.— Me vuelvo a repetir.

Esa es la única frase que pienso y digo todo el santo rato.

Me levanto y me voy directa hacia el baño, para darme una ducha con agua ardiendo y intentar que se borre toda huella de mi piel.

Cuando llego, me desnudo por completo y me meto a la ducha, para luego encender el agua caliente y esperar a que empieza a salir humo. Cuando eso pasa comienzo a ducharme y aunque me queme y me duela con el alma... prefiero este dolor al que siento todo el puto día.

Ya no se ni que hacer...

Una vez termino, salgo de la ducha y salgo sin toalla alguna, al fin y al cabo... estoy en mi casa. Cuando me miró a un espejo que tengo de cuerpo completo, me doy cuenta de que tengo todo el cuerpo rojo.

El agua caliente.

— ¿Que mierda...?— Dicen a mis espaldas y me giro sin pensarlo dos veces.— Oh...— Dice con la voz más ronca de lo normal y respirando lentamente.

Parece un animal y... ¿Por que me mira como si quisiese comerme?

Cuando miro hacia donde estan viendo sus ojos, me doy cuenta de que estoy desnuda y de que el, me está mirando o haciendo el intento de no mira mi desnudez, o mejor dicho mis pechos.

Rápidamente me cubro con la sábana que hay en la cama y entonces el, devia la mirada hacia la pared.

Degenerado.

— ¿¡Que haces aquí!?— Le chillo.

— Venía a ver como estabas...— Dice con una voz demasiado ronca y gutural.— Pero me he dado cuenta que estas muy bien... demasiado, pero un poco rojita.— Dice susurrando las últimas cuatro palabras.

— Imbecil.— Le digo.— Mientras saco la ropa del armario y comienzo a ponérmela rápidamente.

— Preciosa.

— Tonto.

— Hermosa.

— ¡Ya!— Grito enfadada.

— Lo que tu digas, preciosa.— Dice guiñandome un ojo, cuando le digo que ya se puede girar.

— Que pena...— Comienzo a decir.— Tan guapo y tan tonto.— Le digo, poniendo cara de disgusto.

— Por lo menos soy guapo y tu lo as admitido.— Dice sonriendo con arrogancia.

Estúpido, prepotente...

La Chica De La Apuesta.✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora