ＡＭ Ｉ ＶＡＬＩＤ? ♡ kazufuyu !

ᵉˣᵗʳᵃ

Chifuyu se había acercado a la casa de su novio, avisándole de que tenía una sorpresa en su casa. Kazutora estaba ansioso, no tenía idea de que era lo que le esperaba en la casa del contrario.

Cuando le vio esperando en la puerta de su casa, se acercó a él rápidamente y le agarró firmemente de la mano, dedicándole también una linda sonrisa al contrario.

En el camino no hablaron de nada, solo caminaron en silencio, la principal razón era porque Kazutora estaba pensativo, imaginando cual sería su sorpresa.

Finalmente estaban frente a la puerta del apartamento del bajo. Este abrió lentamente la puerta para darle más suspense al asunto. Cuando la puerta ya se abrió, entró primero y luego dejó paso al contrario.

-Espera en el salón, ahora mismo te llevo tu sorpresa-

El de mechas atacó la orden, y se sentó en el cómodo sofá, aún nervioso esperando a que el rubio apareciese por la puerta del lugar.

Y este por fin apareció, con un pequeño gatito de ojos azules en sus brazos. El gato se veía tan cómodo. Kazutora se tapó la boca de la sorpresa.

-Es nuestro hijo. Lo adopté ayer. Le puse nombre, se llama Peke J, que te parece?-

-Yo no me lo esperaba. Me encanta.- sonrió encantado

Chifuyu extendió los brazos, pasándole el felino al otro chico, que lo cogió delicadamente para que no se asustara.

-Me dijiste que te gustaban los gatos y a mi también me gustan. Será una responsabilidad más, pero como dije, desde ahora será como nuestro hijo-

Kazutora dejó de lado al gato, para agarrar a Chifuyu de un brazo, acercándolo para abrazarle. El rubio también le rodeó con los brazos, y le dio un beso en la mejilla para luego frotar la suya con la contraria.

Se separaron delicadamente y se sentaron juntos en el sofá, con el pequeño gato negro al lado.

-Cambiando de tema, que tal el médico? Te dijeron si te iban a operar?- miró curioso al mayor

-Me operan del pecho dentro de un mes.-

-Estoy muy orgulloso de ti, Tora- sonrió, mirándole dulcemente a los ojos, pasando su mano por su muslo, acariciándolo de paso

-Yo también lo estoy de ti, Fuyu- hizo la misma acción, solo que puso su mano encima de la contraria

El rubio suspiró después de unos segundos, apoyando su espalda al sofá completamente. Acción que Kazutora interpretó como cansancio. Ahora, miró al gato, que al notar su mirada se tumbó encima de su regazo. El alto le observó más de cerca.

-Sus ojos me recuerdan a ti. Tienen un color y profundidad similar.- comentó acariciando a Peke J

Chifuyu giró la cabeza para mirar a su novio, que en este momento no le estaba mirando. Para llamar su atención le acarició lentamente el pelo. Al sentir sus dedos, el mayor cerró los ojos por inercia.

El bajo llamó al gato, haciendo que este se colocara ahora en sus piernas. Y Kazutora al sentir como los dedos se alejaban, abrió los ojos.

El rubio levantó al gato tratando de no hacerle daño, y le acercó a la mejilla del de mechas. Este se extremeció al sentir como el felino le lamía esa zona con su áspera lengua. Luego, le apartó de su mejilla.

-Yo también estoy orgulloso de ti- dijo moviendo al animal, hablando más agudo, simulando que era el gato quien estaba hablando

Kazutora rió en bajo, para luego mirar al menor, viendo como ya le dedicaba una hermosa sonrisa. Miró al felino de nuevo, viendo como Chifuyu le acercaba a sus labios. Los juntó como si el animal le estuviera besando. Después le alejó, dejando que el alto le acariciara.

E imitando lo que hizo con el gato, también posó sus labios en los contrarios. A Hanemiya esa acción le tomó por sorpresa, pero fácilmente correspondió el beso. Después de todo, no era la primera vez que se besaban.

El beso era dulce y delicado. Los dos tomaron las mejillas del contrario, que se iban tornando a un color carmesí a medida que el beso seguía. Finalmente se separaron, y se sonrieron dulcemente, como solían hacerlo.

Chifuyu, sin dejar de mirar a Kazutora, le volvió a acariciar sus lacios cabellos. Y este, en respuesta le plantó un beso en la nariz. Se dedicaron una última sonrisa, antes de dejarse caer completamente en el sofá, acurrucándose a sus cuerpos, los tres ya que el gatito también estaba ahí.

Y se quedaron ahí, sin hablar, solo disfrutando de la presencia del contrario mientras veían tranquilamente la televisión.

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