KINKTOBER JOHNDO

dirty talk

Johnny y Doyoung trabajan en la misma oficina, pero no pertenecen a un mismo sector así que es difícil que puedan pasar el rato en el horario laboral a menos que se encuentren en la cocina o en la sala de descanso.

Sin embargo, en las cenas de trabajo se ven a menudo, se volvieron cercanos gracias a eso.

A Johnny le encantan las cositas adorables y Doyoung era simplemente la cosita más hermosa que sus ojos podrían haber visto, comenzaron conociéndose en las cenas laborales, alcohol y mucha comida, Johnny se volvió pegote a Doyoung, dándole de comer en la boca y acompañándolo a casa para que llegue sano y salvo.

Entonces ellos empezaron a desarrollar esta química que no pasaba por desapercibida, el oficinista lindo Kim Dongyoung siendo cortejado por el entusiasta oficinista John Suh.

—¿irás a la cena de hoy?—Johnny le estaba preparando su habitual té con leche a Doyoung, mientras que él le batia un café.

A Johnny le encantaban los cafés que Doyoung le preparaba, siempre los hacía espumosos y deliciosos, por eso él le preparaba el té para darle tiempo a Doyoung para que pudiera hacerle el café.

—sí, no tengo nada más para hacer—ruborizado, Doyoung vertió el agua en la taza, entregándole la taza humeante.

Johnny la recibió gustoso, intercambiandola por el té con leche que diariamente Doyoung bebía.

Se quedaron juntos bebiendo de sus respectivas tazas.

Johnny tenía expectativas, todos lo veían, la conexión que había entre ambos, así que tenía ganas de dar un paso más en su cercanía con Doyoung, quizás pedirle una cita para su siguiente día libre.

Estaba decidido, lo haría esta noche.

Luego del trabajo, Johnny recogió el saco de su traje junto con su maletín, encontrándose con los demás empleados en el lobby, en cuanto vio a Doyoung se acercó a él, hoy irían a comer sushi a no sé dónde, el lugar era lo que menos le importaba.

—suerte que tengo hambre—Doyoung le dijo riendo, estaba abrigado, parecía tener frío y se veía adorable con su tapado amarillo bebé.

—come mucho—Johnny también rio.

Como tenía su propio auto, acostumbraba a llevar a Doyoung y algunos otros colegas hasta el restaurante, pero de regreso solo llevaba a Doyoung a su casa.

En el restaurante se sentaron juntos y estuvieron hablando gran parte de la noche, Doyoung casi no bebió, Johnny por el auto tampoco bebía, así que era una estupenda noche.

Cuando finalmente pudieron retirarse, lo llevó a su casa como habitualmente hacia.

Excepto que esta vez se animaría.

Doyoung vivía en la casa de sus padres todavía, tenía veinticuatro años recién cumplidos, Johnny le llevaba dos años de diferencia.

—gracias por siempre traerme, Johnny—el chico adorable se despidió, sacando las llaves para abrir el portón, pero Johnny se atrevió.

—Doyoung...

Él lo miró, sus ojitos finos y negros se veían brillantes en la noche—¿sí?

—sé que recién es lunes, pero pensaba que podríamos ir a una cita el próximo sábado... si quieres—Johnny trago saliva y Doyoung hizo una mueca.

—te refieres a... ¿una cita romántica?

—uhm, sí—ay, sentía su corazón a punto de romperse, las manos le sudaban y la expresión desconcertada de Doyoung le indicaba que no parecía entusiasmado con la situación.