12. Pijamada

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Lea Cristaldi

—¿No me piensas hablar?

Ignoro a Braider y subo rápidamente a mi cuarto para preparar lo que me voy a llevar.

¿Era noche de películas o pijamada?

Llamo a Enzo, para que resuelva mi duda.

Voy en camino. Tranquila.

Asiento — No era por eso... ¿Es pijamada o noche de películas?

La que quieras... Creo que aún tienes un pijama aquí. Los chicos se van a ir, pero si te quieres quedar, recuerda que esta es tu casa.

Sonrío — Vale, me servirá un pequeño descanso de Braider.

Ríe — Estoy a unas calles.

— Okey, te veo abajo.

Cuelgo y agarro mi bolsa con mi celular, dinero y más cosas que necesito.

Bajo y me topo con Braider a media escalera.

—¿A dónde vas?

Lo miro «Ojalá no hubiera ido a esa emboscada» «Tú no estarías aquí y yo sería feliz» Sus palabras se repiten en mi mente como un disco rayado.

—Yo... — bajo la cabeza —No... No tengo por qué decirte.

—Pero a mí sí — Vittorio hace su aparición. Su voz es fría, nada que ver con la versión que me mostró cuando lo conocí —¿A dónde vas?

Lo miro —Saldré con unos amigos.

—¿En qué momento te dije que sí?

Bufo —Soy mayor de edad ¿Sabes? No necesito tu permiso.

—Mientras vivas en...

—¡Yo no quiero vivir aquí y con gusto me iría! — lo interrumpo, molesta. Esto ya me cansó — ¿Puedes dejar de comportarte como un niño? ¡Maldición, solo lo abracé porque se parece a mamá! ¡Por qué creí... Creí...! — mis ojos se cristalizan y suelto un sollozo.

¡Odio llorar! ¡Odio hacerlo por cualquier cosa! ¡Odio explotar tan rápido!

Vittorio rápidamente sube las escaleras hasta llegar a donde estoy. Levanta los brazos para abrazarme y lo veo dudar, así que esta vez soy yo la que se adelanta.

Rodeo su torso con mis brazos, sollozando en su pecho.

—Creíste que la sentirías a ella... — termina por mí.

Respondo con un sollozo más fuerte.

Sus brazos me aprietan más fuerte y siento ese calor familiar, esa sensación de cariño, de protección... No es igual a la de ella, nada será igual a sus abrazos, pero con esto es más que suficiente.

—Ella estaría muy orgullosa de ti, Lea.

Niego con la cabeza.

—Tú estás lidiando con esto desde cero — comenta — Ella creció entre todo esto, y aun así le costó aceptarlo. Le llevó sus años convertirse en la persona que fue. Y, aun así, la amé en todas sus facetas. Alexa podía ser una loba en medio de miles de ovejas y nadie sabría lo que en realidad era.

» Ella estaba preparada para todo, menos para ti. No estaba preparada para amar a alguien como te amaba a ti, no estaba preparada para alejarse de este mundo, no estaba preparada para convertirse en la mamá que conociste, pero, aun así, ella fue fuerte y estuvo a tu lado siempre. Ella no estaba preparada para criarte sola, pero lo hizo. Y lo hizo mejor de lo que todos esperábamos.

En las sombras (En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora