Capitulo 15.

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Mierda. Sin lugar a dudas tendría que haber seguido mi primer instinto de evitar cualquier tipo de charla y haberme escondido en un hotel, pero no, Marie Ann es incapaz de hacer algo que no termine en un maldito drama romántico de netflix.

Es mas seguramente en una película este seria el clímax de la trama, cuando los dos hombres se pelean por la protagonista, y ella llora mientras que una lluvia torrencial cae, siendo una alegoría de la tempestad de su frágil psiquis.

Los dos hombres se olvidaron de mi por completo, maldito patriarcado nuevamente, sentía que eran dos perros intentando marcar el terreno, pero yo no estaba de humor para eso. Mire hacia el cielo, estaba algo nublado, no se veían las estrellas, le pedí a la diosa de la madurez que me ayudara a salir de este embrollo sin que nadie terminara con una nariz rota.

Ellos estaban frente a frente, sin decirse una palabra, es mas creo que los alientos de ambos se entremezclaban. Que gracioso, parecían una pareja a punto de darse un beso apasionado, pero todos sabíamos que eso era lo único que no iba a pasar entre ellos dos. No les voy a mentir, mi yo perverso que a veces hacia acto de presencia, me decía como en un susurro "¿Como seria ser el relleno de ese sándwich?". Admito que no solo es perverso, sino que también bastante pedorro.

Cuando vi que Fran empujaba a Mat y que este ultimo se aprontaba para dar un gancho derecho en la cara del otro, fue el momento que decidí dejar de imaginar tríos candentes y actuar.

- Chicos, podemos cortar la película por acá. No tengo ni pop, ni coca para disfrutarla como se debe... - los dos me dedicaron una mirada gélida, creo que hasta peor a la que se estaban dando entre ellos. Se que tal vez no era el momento adecuado para un chiste, pero es algo que no puedo evitar, en situaciones incomodas o hago chistes o me rio sin control.

- ¿Para que me llamaste Marie Ann? - me pregunto Mat. Su voz parecía contenida, como si estuviera haciendo un esfuerzo sobre humano para no gritarme, lo cual me daba gracia, porque él no tenia ni el mas mínimo derecho de hacer un escandalo.

- Si Marie Ann , ¿ porque lo llamaste? - insistió Fran, el muy maldito tampoco tenia ningún derecho a hacerme una escena, así que invocando a la diosa de la calma para que no me hiciera perder los estribos (si últimamente invoco diosas inexistentes según mis necesidades, a mi me sirve, no me juzguen)

- En primer lugar, no llame a nadie. Llamar hubiese sido de psicópata, yo solo mande un mensajito, pequeñito...

- Marie Ann, no tengo paciencia, así que vayamos cortando con la bromita. - no se cual de los dos lo dijo, pero cualquiera podría haberlo hecho. Estaban ambos de brazos cruzados, esperando una respuesta.

Una respuesta que ni yo misma tenía clara. No sabía porque le había escrito a Mat, si es verdad que tarde o temprano está conversación entre los dos tenía que pasar, pero no en estas condiciones.

- La realidad no lo sé Mat, no se porque te escribí, pero creo que ambos nos merecemos una conversación. Es más , yo me merezco poder gritarte, poder decirte ¡Idiota me dejaste sola, me engañaste, me destruiste!  - Le dije yo a Mat en un arranque de sinceridad, Fran me miraba 100 % decepcionado. El no entendía porque necesitaba hacer esto, pero el no tenía ni voz ni voto en cómo manejar mi vida.

- Tenes razón Marie, vayamos a hablar y decime todo lo que me tengas que decir, aunque yo también tengo algunas cosas para decirte.

- ¿Vos a mi? , por favor Mat, lo único que podes hacer es sentarte, escuchar y no emitir palabra alguna

- ¿Vos te acordas que me ocultaste un embarazo ?

- ¿Vos te acordas que por tu culpa termine atropellada por un auto?

- Marie, yo me voy , hablamos luego - me dijo Fran y sin despedirse se marchó. No entiendo porque le molesta tanto que quiera recriminarle y echarle en cara todo lo que me hizo a Mat , me lo merezco luego de todo lo que sufrí, quiero poder devolverle algo de lo que me hizo sentir, aunque sea solo con palabras.

Mat entendió la partida de Fran como una señal para irnos de allí, lo que agradecí porque en cualquier momento aparecería Ian y completábamos el bingo de encuentros incómodos. El se subió a su auto y lo puso en marcha, antes de entrar tome un gran respiro y me auto pedí no caer en sus encantos, sería una completa idiota si terminara esta noche desnuda en su cama.

Arrancó el auto y condujo un buen rato, ninguno de los dos emitió el más mínimo sonido. Estoy segura que la cabeza de ambos maquinaba como comenzar esta conversación, la mía aún no había encontrado la respuesta.

Estacionó el auto en la puerta de un enorme portón, el cual se abrió luego de que él digitara un código en su celular, evidentemente ya no viva en el loft de soltero, sino en una mansión, digna del rey que casi fue; porque es la verdad, estuvo muy cerca de convertirse en rey, fue gracias a mi y a la manera en la cual me uso que pudo escapar de ese destino.

Estacionó frente a una enorme casona blanca, hermosa. Por un momento imaginé cómo hubiese sido nuestra vida si no hubiésemos ido a ese casamiento y yo nunca me hubiese enterado de todo el engaño, seguramente viviríamos juntos, tendríamos un hijo o una hija y odiaría completamente esta vida. Viendo todo en retrospectiva aquel casamiento, aquel accidente me salvó de una vida en la cual me hubiese sentido como una extraña. Una vida la cual sería una cárcel de cristal.

Se bajo del auto y subió los escalones hasta la puerta principal de la casa, yo lo imité. Una vez dentro de la casa me dirigió hacia una sala, era algo así como una biblioteca, todas sus paredes estaban repletas de estantes con libros, a su vez la habitación estaba coronada con unos ventanales enormes u una pequeña estufa a leña. Me senté en una de las butacas individuales, necesitaba ante todo mantener las distancias, bajo ningún concepto lo quería cerca de mi. El extraño que tenía adelante (porque nunca lo conocí realmente) me había roto el corazón pero sobre todo había roto la relación con mi padre.

- ¿Quieres una taza de café ?

- Si, sería excelente.

- Voy por ella, ¿Te molesta si dejó entrar al perro? se está volviendo loco por saludarte - me dijo el , por lo qué afine el oído y escuché al perro del idiota aullar, el pobrecito no tenía la culpa de tener un dueño tan de mierda.

- Si claro , no tengo ningún problema con el perro, solo con su dueño - me dije yo con una media sonrisa, debíamos intentar diluir la incomodidad, pues sino nada bueno saldría de esta charla.

Pero mis palabras tuvieron el efecto contrario, su rostro se endureció y se acercó un par de pasos hacia mi, para decirme con su voz profunda, todo lo que quise escuchar durante los meses y meses que lo busqué luego del final, tratando de poder entender porque había tenido que ser yo la persona que tenía que destruir para salvarse a él mismo, también queriendo entender porque nunca me recibió, porque jamás dio la cara ¿Tan poco importante había sido para el?

- Marie san, yo te quiero explicar ...

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Holaaaa !

Tarde pilaaaaa en actualizar, estaba con un bloqueo pero sus comentarios pidiéndome que actualizara me ayudo a salir de el ! Así que ya saben comenten este capítulo contándome que creen que Mat le va a decir ¿Marie Ann volverá a caer?

Quiero leerlas!

Besooo

UNA ULTIMA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora