Harry sabe que el Dr. Paulson ha tenido un largo día.
"¿Está todo bien con su esposa, Doctor?" Harry pregunta educadamente.
"Excelente," jadea el Dr. Paulson, descansando en su silla. "¿Chocolate o chupete?"
"Chupete," responde Harry. Le gusta chuparlos tan obscenamente como le sea posible, sólo para comprobar las prioridades del Dr. Paulson.
El chupete es rojo, sabe a verde-rojo-amarillo, como cerezas. Harry es cuidadoso, pasándolo por sus labios, enrojeciéndolos lo más posible.
"La última sesión hablamos de libros," dice el Dr. Paulson, sin prestar atención al trabajo de Harry con su chupete. "Y dolores de cabeza."
"Esos dos quizá sean sinónimos," dice Harry.
"Sí, lo mencionaste varias veces," dice el Dr. Paulson, sonando cansado.
"Y la biblia-"
"-tiene una impresión tan pequeña, que parece estar mirando un arcoíris," finalizó el doctor.
"A pesar de que la primera parte-"
"-de Génesis es casi toda verde, así que puedes leerla," dice el Dr. Paulson. "Tomo muy buenos apuntes, ¿recuerdas?"
"Sí recuerdo," dice Harry en el mismo tono que usa con su madre.
Dr. Paulson, que está bastante familiarizado con los tonos vocales de Harry, suspira.
"Harry, siento mucho no estar en mi mejor momento ahora mismo," dice él. Se inclina hacia adelante, y Harry se inclina hacia atrás tan rápidamente que el chupete casi se va por su garganta. "Lo siento, lo siento," se disculpa el Doctor. Se saca sus anteojos para poder restregar su cara con sus manos. "Lo siento mucho, Harry."
Harry no dice nada. Él piensa que si abre la boca, sólo saldría "farfulleo", el cual sólo Louis es capaz de entender. Su corazón está martillando su pecho, y pone su mano sobre éste. El Dr. Paulson sigue sus movimientos y se apena.
"Lo siento mucho, Harry," repite. "No quería asustarte."
"Estoy bien," dice Harry, feliz de poder escucharse decir palabras "normales".
"No lo estás, Harry," dice el doctor con un suspiro. "No estás bien." Sacude su cabeza lentamente, como si fuese a aclararla. "¿De qué quieres hablar hoy?"
Harry se encoge de hombros. "No lo sé."
"¿Haz estado escribiendo? pregunta el doctor.
"Un poco," murmura Harry, tomando un hilo suelto de sus jeans.
"¿Has escrito sobre algo en particular?"
"La casa en el árbol," dice Harry, antes de desear no haber dicho nada, porque los ojos del Dr. Paulson se transforman en azul-naranjo-verde, totalmente interesado e incluso luciendo un poco hambriento.
"¿Cuál casa del árbol?" pregunta el Dr. Paulson, apuntando algo en su cuaderno.
"Nosotros- Yo encontré una casa en el árbol, en el bosque," murmura Harry, bajando hacia la alfombra. Se siente extrañamente expuesto ahora.
"¿Cómo era la casa en el árbol?" pregunta el doctor, sin despegar la vista de su cuaderno.
"No lo sé, leñosa." Amarilla-morada. Así como sentir carbón mojado. El Si más grave de su piano.
"¿Saben tus padres sobre esta casa en el árbol?" pregunta el Dr. Paulson.
"¿Acaso importa?" dice Harry, un poco más a la defensiva de lo que pretendía.
El Dr. Paulson pestañea. "Supongo que no," dice lentamente. "Sólo quería saber si te has estado comunicando con ellos."
"Simplemente pudo haberles preguntado eso," resalta Harry. "Simplemente pudo haberme preguntado eso."
"Tienes razón, Harry. Lo siento," dice el Dr. Paulson, sonando verdaderamente compungido. "¿Haz estado hablando con tus padres?" Harry bufa. "Eso pensé." El doctor se inclina hacia adelante lentamente, para que Harry tenga tiempo para prepararse a su presencia. "Creo que deberías hablar con ellos Harry, a ellos de verdad les importas."
"No les importo." Harry sabe que suena como un crío, como el olor a cascara de naranja, pero a él no le importa.
"Si les importas, Harry. Y estaban muy, muy mal cuando se enteraron de lo que te pasó."
"Nunca me creyeron."
"Harry, en ese entonces no eras muy fácil de entender," dice el Dr. Paulson gentilmente. "Sigues igual, honestamente."
"Usted parece llevarlo bien."
"Te conozco hace mucho, Harry."
"También mis padres."
"¿Te conocen de verdad?"
Harry se queda en silencio por un momento. "No." Hace una pausa. "Ellos no me conocen para nada."
"Harry, ¿has pensado alguna vez en hacer las paces con tus padres?" el Dr. Paulson pregunta.
Harry frunce el ceño. "Ellos deberían hacer las paces conmigo."
"Lo están intentando, Harry, enserio," dice el doctor. "Supongo que no lo has notado, pero están intentado compensártelo.
"Bueno, están haciendo un trabajo horrible," murmura Harry.
El Dr. Paulson ignora el comentario. "Dijeron que han estado intentando sacarte más y participar más en actividades familiares."
"Odio las multitudes," Harry le dice a su doctor. "Odio los juego de mesa, odio la TV."
"Ellos no saben lo que te gusta, Harry," dice el doctor. "Pero estoy seguro de que estarían felices de hacer algo que a ti te guste."
"Yo..." Harry hace una pausa. "No hay nada que me guste hacer."
El doctor se queda en silencio por un momento. "Te gusta Louis."
Harry pestañea. "¿Qué" el Dr. Paulson nunca ha hablado sobre el tema por su voluntad.
"No estoy diciendo que Louis es real, Harry," dice el doctor rápidamente. "Pero quizás podrías tratar de hablarle sobre él a alguien de tu familia."
"¿Y qué propósito tendría eso, aparte de alimentar mis alucinaciones?"
"Te ayudará a abrirte," dice el Dr. Paulson, ignorando su sarcasmo. "Eres mucho más fácil de entender cuando hablas acerca de algo que te apasiona."
Harry piensa sobre la situación. "Tendrá que decirle a mis padres que está bien que yo hable de Louis ."
El doctor suspira. "No quería que pasara aquello cuando les conté sobre Louis, Harry. Lo siento."
Harry se encoge de hombros. "Lo que sea."
El Dr. Paulson asiente lentamente para él mismo, anotando algo en su cuaderno. "Yo hablaré con ellos."