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Un llamado comenzó escucharse. Los aullidos de mi manada acuchilleaban mis oídos una y otra vez. Sacudí mi cabeza varias veces pero no podía evitar escucharlos. Unos pedían ayuda, otros me llamaban, preocupados. Una imagen de mi castillo, siendo quemado por personas diferentes a mi gente. Mi padre pedía refuerzos pero todos estaban siendo ejecutados uno por uno. Mi madre sigue intacta. Su voz ahora toma sonido, con efectos extraños, pixeleados, y un silbido opaca todo ruido... ¿Que era esto?.
-¡Encuentren a la princesa!-ordeno una voz demasiado estruendosa a sus hombres, uniformados con vestimentas de piel y detalles rojizos, mientras que en sus manos sostenían espadas, lanzas con una extraña roca brillante en forma de punta, o arcos.
Subieron las escaleras del castillo, rompiendo cada puerta de cada habitación con una patada utilizando toda su fuerza en una sola pierna. No hallaban lo que buscaban, trotaban a otra habitación. Mi padre esta con dos de sus soldados. Cada uno lleva una espada y un escudo en la mano correspondiente. Papá estaba aun lado con mi madre, sosteniendo su mano, besándola por ultima vez antes de que los soldados destrozaran la puerta en miles de pedazos con un solo golpe. "Te amo", susurro mi padre antes de soltar la mano de su mujer, tomó su espada y su mirada se clavo en los soldados. Veo a Yin entrar de picada por la ventana. Picotea a uno de los soldados mientras este la atacaba con manotazos, y para ella eso no era impedimento, hasta que una flecha atravesó su lomo, haciendo que Yin cayera ante los pies de uno de los soldados enemigos. Rieron y se burlaron del intento fallido al querer proteger a sus amos, y la hicieron a un lado con un leve empujón con su pie.
Todo esto era horrible... Mi padre estaba a punto de estallar una guerra, mi madre ni un dedo movía y mi fiel ave había sido asesinada, tratando de proteger a mis padres. Trataba de caminar hacia ellos, pero solo lograba atravesarlos, como si yo fuera un fantasma, un alma que solo ambulaba por aquellos rumbos. Hablaba, pero nadie me escuchaba. Esto debe ser un sueño, o mas bien, una pesadilla que desgraciadamente, aun no daba fin.
-Andrés, pobre Andrés... -los soldados abrieron paso a lo que podría llamarse, su jefe, para que él se acercara a los soldados compañeros de mi padre, causando que ellos aumentaran su posición de guardia.
-Tu reino está en ruinas. Fuiste un pésimo rey. Perdiste a tus soldados... -dos flechazos por cada hombre basto para que estos cayeran desplomados al suelo. Mi padre ahora era quien mantuvo la posición de guardia, quedando a espaldas de mi madre para cubrirla-perdiste a tu esposa... Y a tu caprichosa pero preciosa hija.
Su expresión ahora había cambiado. Ya no tenia el gesto de enojo, sino, el de tristeza. Meneo su cabeza hacia los lados, negándose a si mismo que... Eso no era verdad. O para el, aquello... Era una cruel mentira, una forma de distracción, ya que el enemigo sabía que mi padre por una parte les creería un poco, y que por otro lado, sabían que no era tan crédulo, que su orgullo era aun mas grande.
-¡Mentira, mi hija esta a salvo!
Grite desesperada. Me había quedado dormida mientras miraba el lago, pensando en noche anterior, junto a Guillermo. La noche en que todo lo que deseaba, se había cumplido e imaginariamente se había tachado en mi lista de deseos.
Me senté en el pasto y lo observe con firmeza, tome una de sus hojas y lo tenté contra mis dedos, sintiendo sus minúsculos bordes, trazados en delgadas lineas oscuras.
-Solo fue una pesadilla-hable para mi misma. Solté un resoplido y tire hacia atrás mi cabeza, mirando hacia el cielo color turquesa con pequeñas nubes recién creadas por la ligera humedad de la atmósfera-ellos están bien...
-Supongo que fue una pesadilla muy fuerte-voltee hacia atrás y me encontré a Guillermo, recargado en un árbol con los brazos cruzados. Subí y baje una de las comisuras de mis labios, creando una sonrisa rápida, aunque si la analizamos bien, esa sonrisa fue más bien una mueca.
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Elementos diferentes, sentimientos iguales (Willyrex y tu)
FantasyEl hielo y el fuego nunca estaran juntos, a excepcion de dos almas de diferentes elementos que destinaron a estar juntas...