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No supe describir la adrenalina que cruzó por mi cuerpo, mucho menos asimilar lo que acababa de pasar. Ver el mensaje de texto me hizo darme cuenta de que estaba olvidando algo muy importante, y sobre todo, la capacidad que tiene Chaeyoung para sacarme de este mundo.

Olvidar que Jiyong es mi padre, que mi madre me mintió respecto a él y que en algún instante debería afrontarlo, quitó toda la felicidad de mi cuerpo. Llegó el momento en el que quise dejar el martirio, y luego otro en el que le supliqué a Rosé que me llevará lejos, quería pensar y que todas las personas de mi alrededor desparecieran. Entonces, esto tampoco serviría. Mis pensamientos estarían en un círculo, sobre lo mismo y solo terminaría haciendo lo de un principio; pararme frente a Jiyong y enfrentar lo que sea que tenga decirme.

Para que Lisa y Jisoo pensaran que estaba desaparecida el problema había crecido, y en grande, no tan solo era un problema, si no era el PROBLEMA. ¿Y que haría yo con esto?

Después, huir se descartó de mi lista de posibilidades. Mi madre estará desesperada, incluso devastada. De solo pensarlo mi corazón de estruja y el nudo en mi garganta no permite detener el sollozo. Todo lo cause yo, por mi culpa.

—Jennie no sabía si te gust- —Se quedó en silencio, alce mi vista y su apariencia gastada y a la vez fresca era lo único que podía reconfortarme. Su cuerpo rodeándome—Para que te sientas mejor, iré contigo. Puedo no ser de mucha ayuda, pero creo que necesitarás apoyo.

—Estas en lo correcto—Murmuré contra su hombro, sintiendo un alivio apoderarse.

—Estoy contigo, mi amor.

Fue así como me armé de valor, después de una ducha caliente y un desayuno improvisado que Roseanne preparó, después de tanto logre comerlo, pues mi estómago estaba tan cerrado como un candado si llave.

Caminamos por las largas calles que rodeaban su casa para llegar a la avenida principal y tomamos el autobús. Su plan era que, tanto como el chofer y cualquier persona que trabajara para su familia, estarían enterados de la situación, obvio Jinyong no se quedaría callado y buscaría ayuda. Hasta la ayuda más misera.

Su sonrisa resplandeciente me vuelve loca, tal vez, su efecto ya me estaba haciendo daño. Pase del dolor a la excitación por los recuerdos de esta mañana. Saqué ese pensamiento cuando su mano apretó la mía. Habíamos llegado.

Los nervios me consumían, su brazo dándome calor sobre mi cintura y mis ganas repentinas de tirar la puerta de mi propio hogar. Me aturdí al captar dos ojos esmeralda quemar mi panorama. Su sonrisa parecía sacada de un cuento de terror. Roseanne armó una barrera protectora, solo así, me sentí un poco menos intimidada. Si no hasta oír su voz. Parecía enfadada, burlona y repentinamente feliz por ver lo que sus ojos captaban.

—¿Ya sabes el problema en el que te has metido?—Hablo con sorna—Supuse desde el primer día que no eras el tipo de chica que causaba problemas, pero ya veo que si lo eres.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes...?

—Tu madre llegó aquí con dos oficiales, asustada y gritando tu nombre, cuando pensé que este sería un lugar tranquilo después de un intenso día de trabajo, me equivoqué—Examinó a Chaeyoung de arriba hacia abajo, mi estómago ardió—. Supuse que el hogar de mi padre estaría libre de tanto drama, al parecer esta clase de gente nunca de cansa de arruinar todo.

Los puños de Rosé se apretaron contra mi abrigo, temí por sus palabras y por lo que sea que sintiera ella en este momento.

—¿Qué dijiste?—Retumbó fuerte su voz. Su cuerpo temblaba—No sabes de lo que hablas.

—¿No? Pareces del tipo de chica que merece la pena, no creo que quieras gastar tu tiempo con una niña que no sabe lo que ocasiona. Un capricho que está moviendo a varios oficiales en un "caso" de desaparición, cuando afuera hay varia gente pasando por lo mismo y nadie hace nada—Disparó fuerte, escondí mis lagrimas en la espalda de Rosé y sus músculos tensos se empezaban a relajar.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora