🌾Único🌾

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JiMin era el heredero al trono... hasta que sus padres se enteraron que era un doncel.

El menor bufaba enfadado porque creían que al ser doncel no tendría la fuerza ni autoridad de gobernar su propio pueblo.
Caminaba por los pasillos hasta el gran salón... dónde le entregarían a su futuro esposo.

Su madre le había dicho que debía comportarse y someterse, nada de hacer berrinches o faltarle el respeto a su futuro esposo.

JiMin estaba molesto porque creían que él no sería capaz de dirigir un reino cómo muchos otros jóvenes. Sabía que tarde o temprano tendría que casarse pero así no. Por esas razones que él creía tan poca cosa, no estaba de acuerdo a casarse.

Suspiró y miró su traje por última vez. Seguía sin ninguna mancha o arruga en sus prendas. Estaría bien y su madre no le diría nada al respecto. Seguiría manteniendo ese pefil de príncipe educado que tanto sus padres remarcaban día a día y de lo que le hacían sentir orgullosos ante el reino mismo.

JiMin no quiere abrir la puerta. Solo desea correr e irse lejos de esas reglas que sus propios padres han impuesto en el momento que supieron que era un doncel.

Solo lo quería a él...

Casarse significaba mucha cosas para JiMin, tendría que arriesgarse a ser exiliado... y era algo seguro cuándo su futuro esposo se enterara de que no sería el primero en su vida.

Cuando JiMin tenía ocho años, un pequeño niño de piel más pálida que la suya, llegaba a jugar con él al palacio, pasaban horas jugando, luego de que él terminara todas sus lecciones reales. Se acercaron mucho y se hicieron muy buenos amigos... hasta que...

Ese niño pequeño se convirtió en su primer amor.

JiMin le entregó a ese niño sus primeros besos en la mejilla, sus primeros secretos y sus primeros abrazos escondidos bajo la sombra de unos árboles. Y no se arrepentía...

Cada vez que tenía la oportunidad de verlo... eran Mimi y Gigi...

A sus quince años, JiMin también le entregó su primer beso. Había sido luego del baile real. Su amor no apareció en toda la noche... llegando a las tres de la mañana, JiMin ya había perdido toda esperanza de verlo ese día tan importante para él... pero para su sorpresa en cuanto subió a su habitación, allí estaba YoonGi...

YoonGi vestía un simple pantalón negro y camisa del mismo tono, parecía un ladrón... y quizás lo era, porque JiMin aseguraba que YoonGi se había robado su corazón sin siquiera saberlo.

Min YoonGi, era un joven mayor que él, le sacaba dos años, pero siempre tenía tiempo para jugar a lo que JiMin quería.

Esa madrugada, al comenzar el alba, YoonGi le entregó su primer collar de zafiros, porque decía que sus ojos le recordaban a dos hermosos cielos estrellados. Y en un suave movimiento y respiraciones mezcladas, su beso sucedió...

JiMin nunca se había sentido tan bien, su amor de infancia, su primer amor le entregó su primer beso... su corazón latía con fuerza en ese momento y se aferro a la capa que YoonGi siempre llevaba puesta, que le camuflajeaba por las noches...

Desde ese día, sus visitas nocturnas se hicieron cada vez más frecuentes, le llevaba diferentes piedras de colores que el menor coleccionaba y guardaba dentro de su cajón. A veces eran flores, y otras muchas veces, solo besos...

JiMin sonríe sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. Porque ahora que debe casarse, quiere evitarlo. Quiere que YoonGi llegue a su lado y le rapte, que se lo lleve lejos y ahora que sabe que es un doncel, puedan tener la familia de la que hablaron en muchas ocasiones. YoonGi le comentaba lo lindo que sería tener pequeños a los cuales cuidar y amar, pero en sus sueños, ambos estaban incluidos...

Matrimonio arreglado... y... ¡ACEPTO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora