Capitulo Extra

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Me encontraba parado frente a la lapida de Mia en esta se podía observar su nombre completo junto con la fecha de su nacimiento y la fecha en la que me dejo "29 de enero 2001- 29 de enero 2019"

Andrea había dicho que estaba listo para ir a verla, para afrontar la realidad, quise hacerlo solo, pero Matteo insistió en traerme al cementerio y quedarse cerca por si lo necesitaba, no me dejo solo con la excusa de que somos hermanos y no me dejara solo en nada, menos en esto.

No sabia exactamente que decirle a Mia, quería gritar, quería llorar, sin embargo no podía, había prometido que estaría bien, así que me dispuse a recordar todo lo que habíamos pasado y una pequeña sonrisa escapo de mis labios.

-Te traje una rosa- dije sentándome y colocando la rosa cerca de su lapida, empecé a mover mis manos inconscientemente debido a los nervios -La verdad no se que decirte, tengo tantos recuerdos de nosotros dos ahora mismo, tengo tanto que decirte y a la vez nada, se que te preguntaras por qué no he venido a verte y la verdad es que no era lo suficientemente fuerte para venir acá y no se si ahora lo soy, pero aquí estoy, sentado enfrente de ti.

-¿Recuerdas como nos conocimos? Todo fue gracias a Thais y su amor por los cachorros, si te soy sincero me gustaste desde la primera vez que te vi y cuando te conocí mejor me enamore, jamás olvidare lo mucho que te esforzaste para que la cita que preparaste para ambos fuese perfecta y lo fue, no por las cosas que había, sino porque estabas tu, solo eso era lo que necesitaba; ¿Sabes? todo era tan mágico que jamás pensé que te iba a perder , por un momento pensé que cumpliríamos todas nuestras promesas, pensé que lo nuestro podría funcionar, que podríamos formar una familia más adelante, yo quería que seas la madre de mis hijos, quería que le cuentes como nos conocimos y todo lo que vivimos, pero supongo que ahora eso es imposible ¿verdad?, Andrea dijo que todo lo que pasa tiene una razón, que tal vez estábamos destinados a conocernos, pero no a vivir una vida juntos, también dijo que no fue mi culpa aquel accidente, sigo sin estar convencido de eso, sigo teniendo problemas con aceptar que no es mi culpa, sigo pensando que de no ser por mi ahora podríamos estar en la playa o en algún otro lado juntos; pero si es verdad lo que Andrea me dijo tal vez en otra vida podríamos ser felices, tal vez en otra vida yo seguiría siendo el lindo egocéntrico al que tu quieres, yo aun seguiría siendo tu chico- mis ojos empezaban a arder, las lagrimas caían por mis mejillas trate de respirar y calmarme tal y como estaba aprendiendo desde hace unos meses, mire el cielo y recordé aquella vez que Mia me pregunto cuanto la quería y le respondí que cuente las estrellas y sabrá, solté una risa triste al visualizar en mi mente la cara de indignada que puso Mia en ese momento porque no había ninguna estrella esa noche.

-A veces cuando te extraño pongo los discos que me regalaste, han pasado meses y aun es difícil aceptar que jamás regresaras- admití con los ojos llorosos -pero no te preocupes por mi, yo estaré bien, tal vez no ahora, pero pronto lo estaré, ah se me olvidaba contarte hace unos días encontré tu camiseta en el closet, aquella que usaste cuando te quedaste a dormir en la cabaña, cuando la encontré la abrace como si te estuviera abrazando a ti, la olí, pero tu perfume ya no se sentía en la camiseta, ya no podía sentir tu olor y cuando me acostaba a dormir me quedaba mirando el lado en el que dormiste, pasaba días repasando esa noche una y otra vez en mi cabeza hasta que no pude más y decidí volver con papá, se que tengo 18 y soy mayor de edad, pero no creo poder afrontar esto solo, una vez me dijiste que el tiempo sana las heridas, ahora me pregunto ¿Cuánto tiempo tardara en sanar la herida que provoco tu partida?- me quede en silencio mirando la lapida de Mia como si una parte de mi esperaba que ella respondiera.

-¿Recuerdas cuando me pediste que no te olvide? bueno jamás lo hare, aun sigo soñando contigo, a veces son lindos sueños en los que tu y yo aun estamos juntos, otras veces es el mismo recuerdo una y otra vez, ojala fuera un lindo recuerdo, pero no lo es, el recuerdo del que te hablo es el ultimo que tengo de ti, es del día en el que falleciste en mis brazos, el día en el que me dijiste te amo por ultima vez- mi vista se volvió borrosa por las lagrimas que se acumulaban en mis ojos.

No pude más, no pude seguir manteniendo la calma, me volví frágil de nuevo, empecé a llorar sin control y me alegra que Matteo no me haya hecho caso y se haya quedado cerca, él corrió hacia mi, me puso de pie y me abrazo, me desahogue en su hombro ignorando por completo el hecho de que lo estaba empapando con mis lagrimas.

-No puedo más Matteo, la extraño como no tienes una puta idea- grite aun llorando entre sus brazos como un niño pequeño que necesita de protección.

-Lo sé y también se cuanto la amabas, pero llorando no lograras nada más que autodestruirte Alex, llevas meses así, se lo importante que fue ella para ti, pero también se que tienes una vida por delante que no puedes desperdiciar, esto pasara lo prometo, pero necesito que pongas de tu parte y todo estará bien.

-¿Como podre seguir con mi vida sin ella?- pregunte mirándolo a los ojos.

-Ahora no lo sé, pero lo averiguaremos ¿esta bien? - trate de apartar mi cara, pero cogió mi cara entre su manos obligándome a mirarlo.

-No puedo seguir viviendo sin ella, no tengo nada ¿Entiendes? no tengo nada, perdí a mi mamá por mi culpa y ahora la perdí a ella- espete sin poder zafarme de su agarre.

-Tu no te puedes rendir y ¿quieres saber por qué?, no puedes porque yo te necesito, yo necesito a mi hermano ¿entiendes?, y no solo yo te necesito, te necesita tu padre o ¿crees que él aceptara que su hijo se tire al vacío? ¿no crees que esto también le duele a él?, te necesita tu hermano, James necesita que seas fuerte, él también perdió a su mamá, pero sigue de pie por ti y por tu papá. Por favor Alex, me duele verte así, yo se que poco a poco estarás bien, solo no te des por vencido ¿Si?- Matteo ahora se encontraba llorando, sabia que tenia razón, sabia que no estaba solo y eso me daba un motivo para no rendirme.

Admito que he estado mejorando poco a poco, tal vez no he mejorado mucho pero ahora como algo de comida, no como antes que había caído en depresión y a penas comía algo en todo el día, no he mejorado lo suficiente como para que el recuerdo de Mia deje de doler y se convierta en un lindo recuerdo, pero de verdad estaba tratando, se que esta visita me hizo recaer, pero la necesitaba, necesitaba verla, no podía estar más tiempo sin poder ir al lugar en donde estaba enterrada la persona que alguna vez ame.

-Si- le respondí a Matteo una vez que logre calmarme.

-Bien me alegra oír eso, ¿Quieres que te deje otro rato solo?- pregunto soltándome.

-No, yo ya dije todo, ve encendiendo el carro yo te alcanzo en un minuto, solo me despediré.

-Bueno- me dio dos palmadas en el hombro y estuvo apunto de irse pero regreso y esta vez se dirigió a la tumba de Mia -No te conocí tanto como Alex lo hizo, pero se que fuiste una gran persona y gracias por haber hecho feliz a mi amigo, adiós- dijo y se volvió a su carro para encenderlo.

-Gracias por todos los momentos que pasamos, gracias por todo, prometo volver a venir, tratare de recuperarme de esto y vendré a verte cada semana lo prometo, ahora debo irme, pero quiero que sepas que eres uno de mis ángeles favoritos tal y como lo pediste, te amo Mia, en esta vida y en todas las siguientes.


La Chica De La FeriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora