Para Emilio:
Siempre que hablo contigo acabo reviviendo un poquito más. Al final del día, siempre te elegiré a ti.
Tu adorado, Joaquín.
Algunas primaveras después...
Emilio:
Cuando llego, los niños se encuentran en el jardín delantero. Robbie cerca de Penny nuestra pequeña de 4 años, Maddie persigue a Frankie, mientras se esfuerza en andar en su patineta.
—Mantén tu maldito casco puesto, Francesco — le gritó. Rueda los ojos, pero lo hace.
—¡Papá! —grita Frankie—. ¡Ayuda! —Se lanza hacia mí tirando su patineta, con Maddie en sus talones, con una oruga en sus dedos—Madison dijo que pondrá la oruga en mi oído, y que va a comer mi cerebro y poner huevos, y cuando todas las orugas bebés nazcan mi cráneo va a explotar.
Le doy a Maddie una mirada dura.
—¿Qué pasa contigo?Ella se encoge de hombros, acariciando al bicho. Tiene 12 años y es un maldito tormento.
—Tiene que aprender a no creer todo lo que se dice.
Antes de decir una palabra más, desde el otro lado de la casa Penny grita—: ¡Te salvaré, Frankie! —Luego dispara dos pistolas de agua automáticas al aire.
—¡Sí! ¡Pistolas de agua! —gritan los tres, casi al mismo tiempo, antes de que todos se dirijan, gritando, en dirección de Frankie.
Ahueco las manos alrededor de mi boca y les recuerdo—: ¡Aléjense de la piscina!Los miro por un minuto, disfrutando de la sonrisa que se crea con facilidad en mis labios. Y entonces, entro en la casa. Joaquín se encuentra en la cocina, limpiando la encimera; su cabello en ondas suaves y sedosas recién recortadas logra que unos pantalones vaqueros y una camiseta sean más atractivo que cualquier traje.
Levanta la vista cuando entro en la habitación.
—Hola, bebé. No te escuché llegar.
—¿Con todo ese ruido?— pregunto—Apenas puedo creer que no se me ha reventado un oído.
Joaquín de ríe.
—Esos gritos son música para los míos.Me acerco a él, tomo su rostro en mis manos y lo beso. Lo beso suave y dulce, duro y exigente. Lo beso hasta que gime y tiene que agarrarse de mis brazos porque sus rodillas se encuentran débiles. Luego le paso los dedos por las mejillas y miro esos magníficos ojos azules. Mi voz sale estrangulada y áspera—: Te amo.
El sonríe.
—Yo también te amo.
—Inclino la cabeza hacia la ventana, desde donde se filtran los gritos de cuatro voces—. En caso que no fuera claro, también los amo. Son horribles y perfectos.Salta a mis brazos, aferrándose tan fuerte que exhalo con intensidad. Joder, es la mejor sensación del mundo. Una década casados y todavía su contacto me hace estremecer. En segundo lugar, la sensación de sus labios contra los míos. Como si no se encontrara lo bastante cerca, envuelve las piernas alrededor de mi cintura. Como si no pudiera probar lo suficientemente profundo, mueve su cabeza con la mía. Mis dedos se clavan en su espalda y nuestros corazones palpitan.
Lo pongo sobre el mostrador, presionándome contra él, empujo su camiseta, necesitando sentir su piel contra mi piel.
—Los niños —jadea.
Le beso el cuello, la oreja, su bello rostro.
—Vamos a escucharlos. Mientras griten sabremos que se encuentran bien.
Y podemos oírlos, alto y claro, a través de la ventana. Todavía gritando y jugando; la mejor clase de gritos.
Su lengua se desliza contra la mía y gimo. Entonces Joaquín jadea—: Pero podrían venir en cualquier momento. Podrían vernos. Tiene razón. Maldición.
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Mr. Perfect Match || Emiliaco M-preg
FanficTodo lo que quería era un bebé. ¿Sin un papá? No hay problema. Para eso están los donantes anónimos... Contenido: 🔞 M-preg 🥉AFA como "Mejor M-preg"