━ ¿𝐘 𝐒𝐈... 𝐉𝐔𝐍𝐏𝐄𝐈 𝐇𝐔𝐁𝐈𝐄𝐒𝐄 𝐕𝐈𝐕𝐈𝐃𝐎? [𝖮𝗇𝖾 𝗌𝗁𝗈𝗍]

→ 𝙋𝘼𝙍𝙏𝙀 𝙐́𝙉𝙄𝘾𝘼

— ¿Estás seguro que no quieres venir conmigo a la academia jujutsu?

— Lo estoy, necesito alejarme de todo esto, pero no dejaremos de ser amigos. Gracias por todo Itadori. — con eso Junpei se despidió de su primer y único amigo.

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Yoshino Junpei jamás fue transformado en una maldición, su alma jamás fue modificada por Mahito, solo fue mal herido y salvado. El azabache despertó en lo que parecía una enfermería, una mujer con ojeras, un adulto albino y otro rubio, junto con el reconocible Itadori estaban ahí.

El pelirrosa lo abrazó una vez lo vio despertarse, le contó todo lo ocurrido después de que se hubiese desmayado por perdida de sangre, le comentó lo feliz que estaba de verlo con vida, sabiendo que su amigo era fuerte, Jumpei tenía ganas de llorar, le pidió disculpa por todos los problemas que ocasionó, tanto a Itadori como a los demás. Esa noche se quedó en la escuela de hechicería, en una habitación vacía de ahí, en compañía de Itadori quien le contaba tan emocionado sobre el mundo de las maldiciones, Junpei lo escuchaba mientras tenía en su mente un millón de pensamientos de remordimiento por lo hecho.

— Te encantará estudiar aquí, Nobara y Fushiguro son increíbles, dicen que los de segundo año son muy fuertes ¡estoy emocionado por conocerlos! — ver al pelirrosa tan feliz hacia sentir paz en el interior de Yoshino, pero él sabía que ese mundo no era para él.

— Itadori. — lo llamó en un susurro que fue claramente escuchado por el nombrado, le dio toda la atención posible a el azabache. — No creo que ser un Chamán sea lo mío.

— ¿Por qué lo dices?

— Dañe a muchas personas por culpa de una maldición, casi moría y te puse en riesgo a ti, cause tantos problemas. — una mano fue depositada arriba de la de Junpei que descansaba en el colchón arriba de toda sábana. El azabache observó ambas manos y sintió un apretón amistoso y reconfortante; alzó su mirada en seguida y encontró esa sonrisa que me trasmitía paz y el mensaje de todo estará bien, como si en verdad lo estaría.

— Hey, te dije que ya pasó, no fue tu total culpa, te han pasado tantas cosas que es entendible, pero no estas solo, me tienes a mí. — Yoshino el sonrió. — Si no estas preparado esta bien, pasaron muchas cosas en poco tiempo, a mi también me sucedió cuando de la nada ya estaba aquí en Tokyo en una escuela nueva y un mundo nuevo por conocer.

— Necesito alejarme del mundo de la hechicería. — confesó. — La muerte de mi madre me afectó mucho, era lo único que tenía.

— Lo sé, pero ahora tienes a un amigo al cual podrás acudir.

— Gracias. — Junpei solo recibió un abrazo como respuesta, abrazo que alejó todo pensamiento negativo de su mente y así solo centrarse en esa cálida sensación de amor y protección que solo su madre le daba, pero que esta vez quien le trasmitía aquello era Itadori Yuuji.