único.

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Abrió los ojos acostumbrándose a la luz que se colaba por su ventana.

Intento levantarse pero unos brazos lo sostenían de la cintura,hizo una sonrisa al saber de quién se trataba.

Giro un poco su cuerpo,tratando de no despertar a su acompañante de todas las mañanas, ahora que estaba de cara a cara con ese chico volvió a apreciar su lindo rostro.

Su cabello rubio desordenado,sus lindo bigotes que estaban en sus cachetes, sus ojos azules que ahora estaban cerrados y la baba que caía por su boquita le parecía adorable....

Si bien tenían entrenamiento poco le importaba,quería seguir viendo dormir a su Naru.

No le parecía raro que el rubio siempre despertara en su cama a lado suyo, el solo se dormía y a la mañana siguiente lo encontraba ahí a su lado.

Así era desde hace 6 años, y no se arrepentirá de aver invitado a su rubio amigo a dormir con el solo por un berrinche.

Estaba en la habitación que el tercer hokage le había dado,su clan ya no existía, ya no tenía a su madre que siempre le consolaba o su padre que le decía que tenía que mejorar, o su hermano que antes amaba.

Y aunque pareciera un niño serio le dolía mucho, nunca se imaginó que su hermano mayor hiciera eso, en verdad lo odiaba....

Si bien habían pasado unos meses pero aún lloraba en las noches recordando los momentos que tuvo con su familia.

Había tumores de el y su clan por toda la aldea y eso le molestaba, solo quería hacerse más fuerte para vencer a su hermano ese era su objetivo de ahora en adelante...

Ahora era de noche aún con los ojos llorosos, se dispuso a ver qué había en su alacena para darse cuenta que no había nada.

Suspiro al recordar que no fue a comprar nada esta semana por estar concentrado en su entrenamiento que tenía frutos pero no como él esperaba.

Si bien era un niño responsable pero sabía cocinar? Su mamá siempre le hacía su comida y el nunca le interesó cómo aprender

Sacudió la cabeza al recordar a su madre no quería volver a llorar, rápidamente agarro el monedero que le dio el hokage y salió de la habitación.

Afuera hacia frío,no era una noche estrellada si no con nubes grises con la advertencia que iba a llover, al ver el cielo apresuró su paso, solo debía ir a comprar un poco de arroz, era lo único que su hermano le enseño a ser..

Después aprendería a hacer la sopa de tomate que su madre le hacia..

Cerro la puerta y se aseguró de ponerle seguro, dejo el arroz en su mesa y cerró las ventanas,había empezado a caer gotas de lluvia.

Se dirigió a la cocina para empezar a preparar el arroz rezaba para que no se le quemará....
 

Se escuchaban los truenos y rayos afuera, no había ni una alma afuera,las mujeres habían metido su ropa y animales dentro de sus hogares, los puestos ya habían cerrado, y la calle tenía inmensos charcos de agua.

"juntos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora